
Es curioso constatar, de otro lado, que sólo existan dos cantigas en castellano [una de Alfonso X, y otra de Alfonso XI]. Empero, su adscripción geográfica pasa por el territorio gallego-portugués, en cuya lengua se compilaron los cancioneros de cada ciclo literario ej.: el territorio al sur del Bajo Miño, precisamente en la región donde fijaron residencia los hijos de D. Mendo [D. Ega y D. Gueda], y donde probablemente nació nuestro ancestral. El hecho de las composiciones líricas peninsulares presentar sus nacientes en Galicia y Portugal pudo haber influenciado en el numero considerable de compositores y juglares nacidos en aquellas regiones, en contraste con otras formas lingüísticas trovadorescas ej.: el uso de la 3ª persona singular del pretérito perfecto de la 2ª y 3ª conjugaciones muy frecuente en Galicia [a partir del siglo XIII], pero escasa al sur del rio Miño.
De cualquier forma, portugueses o gallegos, castellanos, aragoneses o catalanes, los trovadores y juglares son, antes de todo, peninsulares sin referencias visibles a su origen ‘nacional’. En sus cantigas, no sólo regiones geográficas son citadas, como también ciudades y aldeas ej.: Lisboa, Toledo, Porto, Sevilla, Granada, Santarém, Braga etc. Incluso, en cantigas anteriores a la Reconquista. En el futuro territorio que se llamaría Portugal, por ejemplo, nacieron y vivieron algunos de los mejores poetas árabes, caso de Almutámide, natural de Beja y señor de Silves. De hecho, el sur portugués tuvo una vida cultural hispano-árabe notable. En Santarém y Lisboa nacieron y vivieron varios trovadores en cuyas poesías no es raro observar el estuario del Tajo, o comprobar la vida cotidiana de Lisboa, Sevilla o Toledo. Muchas cantigas de escarnio contextualizan a sus personajes y comienzan así: ‘ayer en Burgos’,’el otro día en Redondela’, ‘cuando pasé por Sevilla’, ‘olhai o río en su manto’, ‘em Lixboa sobre la mar’ etc. A lo largo del siglo XI, toda la región meridional de Lisboa se constituía en refugio seguro y estable para el mundo cultural hispano-árabe; con la reconquista cristiana muchos poetas abandonaron sus territorios, principalmente rumo a Granada.
Efectivamente, la cultura del noroeste ibérico se impone gradualmente a las otras regiones. En esa época (siglo XI), Lisboa [y alrededores] aparece no solamente como capital del reino portugués, pero también pasa a destacarse como exponente máximo de la cultura galaico-portuguesa [profana]. En Galicia, la ciudad de Vigo surge con cantigas de Martin Codax. Curiosamente, nos dirá Graça Lópes, no es la ciudad de Lisboa que se destaca en el cancionero lírico, y sí Santarém – la ‘capital del gótico’ y el principal entrepuesto comercial y administrativo del Portugal Viejo. Este discurso o digresión logística me llevan a conferir, vivenciar y describir, los lugares y la geografía por donde pasó nuestro ilustre antepasado. Evidentemente, hacemos reparos o restricciones a los nombres y regiones que describimos, porque no existen hasta el momento testimonios históricos que contextualicen con cierta exactitud todos los sitios citados, principalmente los señoríos portugueses de Felgueiras/Celorico de Basto donde según se dice habría nacido y se criado Gonçal’Eanes hasta los 20 años de edad, aproximadamente. Pesquisidores de renombre, sobre todo portugueses, no están de acuerdo con las informaciones a respecto de esos lugares. Pero como existe una cierta tradición compensatoria nos interesa ‘pasear’ y dar una mirada geográfica a la tierra y ‘patria’ natural de D. Gonçal’Eanes do Vinhal, futuro señor de Aguilar de la Frontera, y nuestro antepasado linajudo. De cualquier manera, sustentados por la autoridad del filólogo Resende de Oliveira – en su opinión, D. Gonçal’Eanes do Vinhal tendría nacido en uno de los nobles señoríos ubicados entre Felgueiras y Celorico de Basto -, daremos un rápido vuelo de pájaro por eses y otros lugares donde se dice que Gonçal’Eanes pasó la juventud y aprendió las lecciones del caballerismo andante. Felgueiras es una ciudad portuguesa, del Distrito de Porto, región Norte y subregión del Támega, hoy con cerca de 16 mil/hab., integrada a la ‘freguesía’ de Margaride. Es la sede de un municipio con 115,74 km² y cerca de 60 mil/hab (2011). Esta subdividida en 32 ‘freguesías’ (> parroquias) y se limita al noroeste precisamente con Celorico de Basto. El nombre de Felgueiras está asociado a felgaría > un terreno cubierto de fetos-arborescentes [planta abundante en la región]; cuando secos presentan un color rojizo, semejante al fuego; de ahí su nombre toponímico.
En 1220 – la data de nacimiento de Gonçal’Eanes sería más o menos en 1223? – la villa de Felgueiras contaba con 20 parroquias y varios conventos e iglesias de estilo románico (¡lindísimas!). El Monasterio de Santa María de Pombeiro fue declarado Monumento Nacional (1910); es la joya del románico portugués. Felgueiras también forma parte de la llamada Ruta del Románico del Valle del Sousa > un camino turístico y cultural [en el extremo norte del Distrito de Porto] que enlaza 21 monumentos de arquitectura románica, en el Valle do Sousa, después alargado al Valle do Támega. En su geografía, forma parte de un territorio de grande belleza natural y paisajística, entre montes y valles de exuberantes riquezas históricas, culturales y patrimoniales, donde sobresale el Monasterio de Pombeiro, contemporáneo de la nacionalidad portuguesa. Desconocido y sin dueños declarados (¿?), este territorio comenzó a ser frecuentado por la nobleza galaico-portuguesa y, muy probablemente, castellana de Toledo – en este rol colocamos D. Ega (origen de los Aguilar españoles) y D. Gueda El Viejo (origen de los Aguiar portugueses!); al principio, con carácter estrictamente venatorio (caza) y militar. La región es dominada por el Monte das Pombas, siendo actualmente una tierra de excepción, marcada por gente trabajadora e con singular capacidad de emprendedorismo: 50% de las exportaciones nacionales de calzados, 1/3 de los mejores vinos verdes del país, lindos bordados hechos por ‘mãos de fadas’, y un patrimonio cultural e histórico espantoso, además de sus tradiciones religiosas y literarias. Un comentario pintoresco nos dice que Felgueiras se asemeja a ‘una concha de raros encantos y de un valor insuperable’, donde se dibujan numerosos valles y pequeños montes. Su gente es trabajadora y dinámica, siempre dispuesta a luchar ardientemente para engrandecer a su tierra, aunque las condiciones sean a veces adversas. Sin gran accesibilidad viaria, Felgueiras dio el ‘gran salto’ > pasó de una sustentación agrícola para una pujanza industrial (calzados). En el perímetro urbano existen 450 empresas > industrias de transformación que contribuyen en grande escala para el desarrollo económico de la región y del país. Em 2001, Felgueiras se destacaba por presentar el mejor índice de desarrollo económico del norte portugués; era el 2º mayor polo exportador de calzados europeo y 9º del mundo. Sus vinos verdes producen anualmente 16 millones de litros, además de ser grande productor de leche, maíz/sorgo, centeno, fréjoles, patatas, cebollas y miel, todos ellos formando parte de la balanza comercial portuguesa.

La reconquista, a partir del siglo XII, trajo profundas transformaciones sociales y políticas para toda esta región. El sistema feudal aquí vigente fue más tarde exportado para el resto de Portugal por una nobleza oriunda de la propia tierra o requerida de Castilla, como fue el caso de nuestros antepasados. En realidad, se trataba de una nobleza fuerte y decidida que acabaría por construir la base del poder económico y simbólico de Portugal, tomando por base diversos castros y fortificaciones, donde se incluyen los castillos de Guimarães, Lanhoso, Vermoim y Arnóia. Muchos de estos nobles lucharon al lado de D. Afonso Henriques (1109-1185) y le ayudaron a proclamar la independencia de Portugal. El Valle do Ave fue la cuna de la nacionalidad portuguesa. En esta región, profundamente religiosa, se encuentra la mayor parte de los monasterios e iglesias del Medioevo, que dieron origen no sólo a las grandes extensiones y propiedades agrícolas, como también a muchas obras-primas de la arquitectura medieval. La expansión marítima lusitana, a lo largo del siglo XVI, comenzó aquí, con su secular tradición migratoria para África y América - especialmente para el Brasil. Hoy, el Valle do Ave es sinónimo de ‘excelencia y competitividad”, y se tornó igualmente una zona extremamente dinámica e industrializada.
Es curioso constatar como la figura de D. Gueda El Viejo fue ofuscada por nuestro ancestral linajudo, D. Gonçal’Eanes do Vinhal. Ese olvido, entre tanto, no nos impide de dar una ojeada en el posible solar del otro ascendente, también recordado por su honradez y valentía en la guerra contra los moros. Salvador Moxó nos dice que D. Gueda fijó residencia en Alfaiates, distante 19 km de Sabugal – ciudad portuguesa de 12,6 mil hab. (2011) y con una área de 826,7 km² > región de Beira Interior Norte, en la frontera con la actual provincia de Salamanca (España). Alfaiates es una de las freguesías más antiguas de Portugal, localizada en la margen derecha del arroyo que lleva el mismo nombre. Se alza sobre un otero (antigua Alchaeata), de donde se descortina un vastísimo horizonte. A lo que consta, el nombre deriva del árabe Alchaiat > sastre. En tiempos remotos se llamó Castillo de la Luna, construido a mando del rey Affonso X de León (1230); después, fue dado en dote a la reina Santa Isabel por el-rey D. Dinis (1282). Perteneció al reino de Castilla hasta el Tratado de Alcañices (1297) cuando pasó en definitivo al reino vecino. En el siglo XVII sería restaurado totalmente por D. Blás García de Mascareñas, pues se encontraba en ruinas. La historia de Alfaiates tuvo inicio en tiempos de D. Afonso Henriques, cuando constituyó toda la región de Ribacoa en reguengo > tierras reales en torno del Monasterio de Santa Maria de Aguiar, un ejemplo fidedigno da primitiva arquitectura cisterciense, próximo a Castelo Rodrigo. Está construido en una región donde eran frecuentes las escaramuzas entre moros y cristianos.
Fue precisamente aquí donde se instalaron D. Gueda, sus hijos y descendientes. El apellido Aguiar tendría origen precisamente en el señorio que nuestro pariente recibió de Afonso Henriques, situado sin duda alguna en esta área de frontera, particularmente montañosa. Resulta, entre tanto, un poco misterioso, forzado y enigmático esta coincidencia histórica entre los dos apellidos: D. Gueda recibe tierras reales junto a la Torre de Aguiar, en Portugal; y un de sus descendientes, D. Golçal’Eanes, las recibe en Aguilar de la Frontera, en Castilla, aparentemente sin tener nada en común los dos señoríos. Pero, en fin, historia es historia, y ¡quien soy yo para desmentirlo! Sabemos hasta los nombres de los dos primeros religiosos de la Orden cisterciense a ocupar el monasterio: Pedro y Sancho, los ‘arquitectos’ de un convento cerca del río Esla, en las cercanías de Zamora (1143). Este monasterio fue declarado Monumento Nacional (1932): restaurado cinco años más tarde, es considerado uno de los más bellos ejemplares del Cister de toda Europa. En la Historia, y en tiempos de nuestro ascendiente paterno, tuvo importancia geo-estratégica, cuando D. Afonso Henriques y D. Alfonso VII de León y Castilla (1105-1157), firmaron el Tratado de Zamora (1143), donde reconocían a Portugal como reino autónomo. Posteriormente, con Sancho I y Alfonso IX las relaciones entre ambos no fueron muy tranquilas, incluso D. Sancho fue derrotado en la batalla de Arganal (1180), cerca de Ciudad Rodrigo. Años más tarde, hicieron las paces, cuando la hija del primero, D. Teresa Sánches, casó con el rey castellano-leonés. Pero esta alianza no duró mucho tiempo: el casamiento de D. Sancho con D. Dulce de Aragón, llevó los dos reinos a afrontar el ‘imperialismo’ castellano. El rey de Castilla recurrió al papa, pidiendo que anulase aquel matrimonio, pues eran primos. El papa dio la sentencia, pero los esposos no se importaron. Después, nuevamente olvidaron los resentimientos e hicieron nuevas paces. Fue en ese medio tiempo que Alfaiates recibió la carta foral (entre 1182 y 1205), donde constaban numerosos privilegios, entre los cuales la dispensa de trabajos en ‘obras públicas’ y pagamientos de impuestos.

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