Siguiendo el tema de 'ayer' os diré, caros amigos on-line, que las categorías y criterios utilizados por la UINC tienen el objetivo o intención de ser un sistema de fácil comprensión para clasificar las especies en alto riesgo de extinción global. Así, durante 30 años y hasta 1994 se han empleado, con algunas modificaciones, las listas rojas de la UINC que ofrecen a los usuarios una guía clara sobre cómo evaluar los diferentes factores que conducen al riesgo de extinción de un determinado taxón. Las nueve (09) categorías y criterios de la UINC - Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, son las siguientes:
1)
Extinto (EX) =; no existe ninguna
duda razonable de que el último individuo existente ha muerto, o sea,
cuando después de prospecciones exhaustivas de sus hábitats, conocidos y/o
esperados en su área de distribución histórica, no se detecta un solo
individuo;
2)
En Peligro Crítico (CR) = las evidencias disponibles indican que el
taxón está enfrentando un riesgo extremamente
alto de extinción en estado silvestre;
3) En
Peligro (EN) =; las evidencias disponibles indican que el taxón está
enfrentando un riesgo muy alto de
extinción en estado silvestre;
4) Vulnerable
(VU) = las mejores evidencias disponibles indican que el taxón está
enfrentando un riego alto de
extinción en estado silvestre;
5) Casi
amenazado (NT) = evaluado el taxón según los tres criterios anteriores
(CR, EN, VU), no los satisface actualmente, pero está cercano a satisfacerlos,
o los puede satisfacer en un futuro próximo;
6)
Preocupación menor (LC) = evaluado
el taxón, no cumple ninguno de los criterios anteriores (CR, EN, VU, NT). En
esta categoría se incluyen taxones abundantes y de amplia distribución
biogeográfica;
7) Dados
insuficientes (DD) = no existen informaciones adecuadas del referido
taxón para hacer una evaluación, directa o indirecta, del riesgo de extinción.
Puede estar bien estudiado y su biología conocida, pero carece de datos
apropiados sobre su abundancia y/o distribución geográfica. No significa estar
amenazado, pero se exige mayor información a su respecto;
8) No
evaluado (NE) = el taxón no ha sido clasificado en relación a todos los
criterios anteriores;
9) evaluación
regional (RE) = el taxón es considerado extinto o en vías de extinción
según aspectos regionales de un área más o menos amplia;
Según esos criterios y categorías, podemos
evaluar la disminución poblacional rápida: si el declive efectuado en 10 años o
3 generaciones es de 90%, estará en situación CR; si el declive efectuado
en 10 años o 3 generaciones es de 70%, estará en situación EN; si el declive
efectuado en 10 años o 3 generaciones es de 50% estará en situación VU; y si el
declive efectuado es de 20% estará en situación NT, esta última con base en más
de un taxón. En análisis cuantitativo la probabilidad de extinción en estado
silvestre será 50% en 10 años o 3 generaciones (CR); de 20% en 20 años o 5
generaciones (EN); de 10% en 100 años (VU). En casos endémicos ej.: islas
Canarias, los criterios de aplicación atienden exclusivamente a las categorías
propias de la UINC española, sin correcciones regionales del riesgo de
extinción que afecta a toda la población del archipiélago. Los factores combinados en la hora de la
evaluación (alta diversidad, grado de endemicidad, aislamiento y fragmentación
natural ocurrida normalmente en islas y archipiélagos), explicarían el alto
porcentaje de taxones canarios en el Libro Rojo. Es necesario resaltar que las
evaluaciones se realizan con suficiente intercambio de opiniones dadas por
expertos, incluso en algunas evaluaciones más complejas se consultan las
opiniones de expertos extranjeros. En este estudio del Libro Rojo (2004), tan
importante y decisivo, se contó con 64 especialistas en dos talleres de trabajo:
en el taller de Valsaín (2001), de
ámbito nacional, se estudiaron las aves marinas, acuáticas, rapaces,
esteparias, forestales, montañas y paseriformes, bajo los criterios y
categorías de la UINC, presentes en sus respectivas áreas geográficas. Entre
los objetivos principales de este primer trabajo estaban: definir la lista
final de especies a evaluar, así como buscar un consenso sobre las tendencias y
amenazas de los taxones candidatos a ser evaluados; también se buscó identificar
las principales amenazas. Las fuentes consultadas para realizar este trabajo
exhaustivo fueron: las bibliografías ya publicadas en libros rojos (mundial,
nacional y regional), anuarios y atlas ornitológicos, revistas especializadas
etc. Y el taller regional de Canarias
(2002): contó con 11 especialistas en la avifauna canaria, y los resultados
circularon entre los participantes para recabar una mayor información a fin de
continuar con evaluaciones pendientes. Se siguió una metodología similar al
taller de Valsaín.
En estos estudios sobre animales y
plantas, se busca antes de todo hacer comparaciones posibles entre las evaluaciones
del Libro Rojo de 1992 y las del Libro Rojo actual (2004). Técnicamente no es
adecuada, según nos dicen los expertos en la materia, si llevamos en cuenta que
los criterios de la UINC han
evolucionado considerablemente,
pero cabe una cierta aproximación cuando se consideran las categorías de
amenaza en los tres niveles, de mayor a menor CR, EN y VU. Se citan
algunos casos emblemáticos como el aventoro
común, el ánsar campestre, la focha moruna etc. En el caso del ánsar
campestre, su desaparición parece haber llegado una década después, y cuanto a
la focha moruna y al aventoro las evaluaciones han mejorado ligeramente.
La mejora de la focha moruna se debe a varios proyectos de reintroducción en Andalucía
y Comunidad Valenciana: de un estado desesperado ha pasado a una situación de
esperanza, aunque continúa el riesgo de extinción. Existen varios ejemplos de
especies que han mejorado claramente si comparados con la situación de 1992
ej.: la cigüeña negra, el quebrantahuesos, el águila imperial ibérica etc. Es
alentador que algunas especies emblemáticas como el águila imperial hayan mejorado su estado de conservación a lo largo
de la última década. Otros taxones muestran mejoras porque existe un mayor
conocimiento actualmente sobre su situación real y a una tímida y aparente
recuperación. Al contrario, se relatan casos en que el taxón empeoró el estado
de conservación cuando se le compara con el Libro Rojo de 1992, porque ha
sufrido notable declive y, por tanto, presenta un elevadísimo riesgo de
extinción inminente ej.: la alondra de Dupont y la terrera marismeña de
Tenerife (islas Canarias).
Es necesario resaltar en cualquier
estudio a ser concretizado que existen muchas amenazas naturales y
artificiales, poniendo en riesgo grave a la avifauna española. Los expertos
resumen las 20 causas más insidiosas en territorio español tras un examen más detallado.
No pueden olvidarse las siguientes
categorías:
1ª -
la destrucción o pérdida del hábitat
es la amenaza más común y perjudicial a un mayor número de taxones. Su
importancia y cuidados son tales que los taxones son clasificados como CR
cuando ocurre esta amenaza; casi 70% de los casos estudiados están amenazados
de extinción por causa de este riesgo inminente. Y en áreas importantes para
las aves, la destrucción o pérdida del hábitat aparece como la mayor amenaza;
2ª - las molestias
o enfermedades humanas en la avifauna española son provocadas por el
hombre/mujer de muchas maneras: realizando deporte, pescando, observando la
fauna, paseando, circulando fuera de las pistas, recogiendo leña, andando a
pie, de bicicleta, a caballo etc. En casi 40% de los taxones esta amenaza es alta;
3ª - el abandono
agrícola e intensificación agrícola y ganadera, o sea, la intensificación
de cultivos a través del regadío. Esta amenaza provoca grandes pérdidas de
hábitats esteparios y de secano cerealista. Supone asimismo la destrucción de
lindes y roturación de eriales, ocasionando una disminución de los lugares de
alimentación y cría para un gran número de especies, además del uso indiscriminado
de productos fitosanitarios que disminuyen las presas potenciales para las
aves. Más del 54% de los taxones son afectados por esta amenaza terrible,
aunque casi 40% de ellas no poseen datos suficientes de evaluación;
4ª - las causas
naturales o artificiales como la
depredación natural o diferentes interacciones con otras especies: en
condiciones normales no presentarían una amenaza, pero taxones con poblaciones
pequeñas pueden ser afectados por una amenaza que los lleve a la extinción. La
caza insostenible o ilegal es otra amenaza gravísima para especies consideradas
en estado crítico o para especies carismáticas como el quebrantahuesos y el
águila (azor) perdicera. La competencia y depredación por especies introducidas
en determinados ecosistemas también son terriblemente perjudiciales. En esta
amenaza se incluyen especies (introducidas) de aves, mamíferos, peces y
crustáceos que depredan o compiten con las especies locales ej.: animales
domésticos asilvestrados o no. En realidad, es una de las amenazas más
frecuentes en aves marinas/fluviales y en la avifauna de nuestros archipiélagos
ej.: en esta situación se citan 4 especies en la categoría CR, y 19 en la de EN
(islas Canarias).
5ª - otra amenaza terrible son las
electrocuciones o colisiones en tendidos eléctricos e infraestructuras
(carreteras, parques eólicos, canalizaciones, minería, instalaciones deportivas
de montaña etc), precisamente por el número enorme de especies afectadas.
Fueron 24 taxones afectados por los tendidos eléctricos en 1994, siendo 10 de
ellos (rapaces y otídidas =
avutardas, sisones y otras 25 especies) los más afectados [con situación alta
de peligro]. Las amenazas producidas por las infraestructuras en general
afectan a un número enorme de taxones, colectiva o individualmente, siendo
algunos de ellos muy importantes para determinada especie ej.: el veneno para
el alimoche canario y el milano real.
El caso específico del zambullín cuellinegro es colocado como
un ejemplar característico de la costa occidental de Europa. Su expansión se
debe al cambio climático del mar Caspio, cuando se desecaron amplias zonas
palustres esteparias de aquella área geográfica, aunque sólo en parte explica
un tal fenómeno. De cualquier forma, las poblaciones de Europa occidental son
mucho menores que las poblaciones de Ucrania y Rusia donde se concentra el 70%
del taxón zambullín cuellinegro. En España, la población está restringida y
dispersa, en Andalucía (especialmente en las marismas del Guadalquivir), La
Mancha y Levante. Existen otras localidades reproductoras de menor importancia
en Aragón, Navarra, Castilla y León… En
realidad, se trata de una especie fluctuante e irregular con marcada asociación
a la disponibilidad de recursos hídricos. En años lluviosos no sólo se
incrementa el número de parejas en los núcleos reproductores, sino también el
número de crías en humedales esteparios como la Laguna de la Nava/Palencia. Estas
oscilaciones y la amplitud de puntos de cría potenciales dificultan la
obtención de dados periódicos. Hubo un descenso en los años de 1991/95, años
bastante secos sobre todo en las marismas, cuyos efectivos oscilaron entre 300
y 700. En España, las marismas de Andalucía son las zonas más importantes de
nidificación del zambullín cuellinegro, pero la especie sufre grandes fluctuaciones,
asociadas a las condiciones hídricas de la marisma. Según José Antonio Valverde
(1926-2003), biólogo, naturalista y ecólogo activista vallisoletano, el zambullín es una especie nidificante
regular en las marismas de bastante agua, y no se reproduce en años malos de
poca lluvia. En años de lluvia forma
colonias que pueden llegar a un millar de parejas, ubicadas en Las Nuevas,
marismas del Guadalquivir/Huelva. Actualmente se reproduce por toda la marisma
del Parque Nacional Doñana, con una población de hasta 9.000 ejemplares en
total (2002), sobre todo en las zonas transformadas en salinas extensivas. En
las cercanías del río Odiel, se sobresale la primera área de invernada de esta
especie en España.
Otro caso emblemático es el
milano real (Milvus milvus), una
especie preciosa, pero ‘insuficientemente conocida’, y que está
al borde de la extinción en varias zonas españolas, principalmente en las islas
Baleares, con efectivos mínimos, y en
disminución en otras CC. AA. El milano real es una de las rapaces continentales
con distribución restringida y centrada en Europa. En Portugal existe una
pequeñísima población, fragmentada y vinculada a las
poblaciones extremeñas y
castellanoleonesas. Ya en España, su distribución histórica es poco conocida.
Ornitólogos españoles señalan tres áreas de concentración: noroeste de España,
en especial áreas de media montaña y piedemonte; penillanuras y sierras bajas
del centro-oeste español, y áreas de media montaña o piedemonte del sistema Central
(Ávila, Segovia y Soria). Su distribución peninsular estaría condicionada por
tres factores básicos: clima (evita áreas atlánticas y mediterráneas),
orografía (evita grandes llanuras, áreas más escarpadas y alta montaña) y la
persecución humana, especialmente el uso de venenos. Sus áreas de nidificación están
asociadas a las actividades agropecuarias (muladares, basureros, granjas,
pastizales y ganadería extensiva). En Castilla y León, después del censo de
1994, se detectó la presencia de alrededor de mitad de la población española,
estimada en 1.700/2.000 parejas. Ya en los años 1990 se detectaban importantes
regresiones en varias zonas de Segovia, Ávila, Valladolid y otras provincias castellanoleonesas,
un proceso que ha continuado en los últimos diez años. Hoy posiblemente la
población esté reducida a un 50% de lo que fue en 1994. El milano real se
encuentra presente sólo en forma de parejas aisladas o en muy baja densidad en
la mayor parte del Duero central, especialmente en las zonas más áridas y desarboladas
de la Tierra de Campos (Valladolid y Palencia). Se encuentra presente, pero de
forma irregular, en las áreas de media montaña o piedemonte de la cordillera
Cantábrica y el sistema Ibérico, en lo que corresponde a las provincias de
León, Palencia y Burgos. En estas zonas la distribución debería ser extensa y
más abundante a juzgar por las predicciones de algunos ornitólogos. De
cualquier forma, uno de los núcleos de población del milano real está en
Salamanca y Zamora. No se sabe si está compuesto de parejas reproductoras o de
apenas ejemplares juveniles y no reproductores. Especie migradora parcial, los
milanos reales del centro y norte de Europa pasan el invierno en latitudes más
meridionales, especialmente en la península Ibérica. Por eso, sobre nuestro
país recae un alto porcentaje de responsabilidad de conservación de esta
espectacular especie rapaces. Su hábitat típico es el paisaje mixto de áreas
abiertas y amplias donde busca alimentos y árboles adecuados para nidificar. La
población de esta especie está asociada a áreas de pastizal o cultivos
cerealistas extensivos. Al contrario, evita bosques extensos, cultivos arbóreos
y áreas de regadío. Para nidificar utilizan amplias áreas forestales hasta
árboles de buen tamaño y aislados.
El milano real (Milvus milvus) es un ave rapaz que usa de estrategia para obtener su alimento, como buscadora y oportunista que es, basada en la localización de carroñas o en la captura de presas fáciles (animales de pequeño tamaño y ejemplares enfermos y juveniles). Es una de las aves de menor carga alar, lo que le permite realizar vuelos a poca altura con bajo gasto energético, además de permitir que su vuelo sea independiente de las corrientes térmicas; utiliza la más mínima brisa para mantenerse en el aire sin esfuerzo. Su alimentación es variada: desde pequeños insectos hasta mamíferos del tamaño de conejos jóvenes o aves volantonas de córvidos. Sin embargo, tiene tendencia a la especialización individual. Por ejemplo: en las poblaciones mediterráneas el conejo es la presa básica, cuya abundancia puede determinar el éxito reproductivo y la densidad poblacional del milano real. Es además un ave asociada a las actividades humanas, frecuentando basureros, granjas, pueblos, muladares, carreteras y cualquier posible fuente de alimento de origen humano. De modo especial, está más asociado a las actividades ganaderas; de ahí ser abundante en dehesas con ganado vacuno de régimen extensivo, sobre todo ganado bravo, áreas montanas con prados de siega (como era mi pueblo, Prádanos de Ojeda, en mis tiempos de infancia), zonas con abundante carroña de tamaño pequeño; existe una asociación del milano real con las áreas de ganado ovino en régimen extensivo. Es asimismo un ave social, reuniéndose en grandes dormideros de invierno: llegan a reunirse en bandos, o en concentraciones alrededor de fuentes de alimento abundantes y concentradas en un determinado espacio, como muladares en las afueras de los pueblos castellanoleoneses (más de 300 ejemplares ya fueron registrados en un mismo muladar). Este carácter social puede suponer una desventaja terrible en casos de envenenamiento, pues puede afectar a un elevado número de individuos. El declive en las poblaciones del milano real se debe a varias causas, entre las cuales se destaca el uso de venenos en el campo. En los últimos 15 años, la disminución del conejo de monte y de la perdiz roja, así como a los cambios de gestión cinegética (tiro de aves de caza, asociado a un intenso control de depredadores), ha afectado especialmente al milano real muy sensible a dicha persecución. El modo de obtener alimento, basado en la búsqueda minuciosa de carroñas o presas fáciles, le hace especialmente sensible a la colocación de cebos envenenados. En las estadísticas del programa Antídoto (2000), el milano real figura entre las especies más afectadas. Este número sólo es superado por el buitre leonado, siendo que la población del milano real es muy inferior. Otras causas serían las intoxicaciones indirectas (plagas de topillos, especialmente en Castilla y León), la destrucción o pérdida de hábitats de nidificación en bosques de ribera, dehesas etc, la electrocución, los cambios de explotación agraria (asociados a basureros, muladares y ganadería), la sustitución de pastizales por áreas de matorral, cultivos de regadío o arbóreos, etc. Se suele citar también la diferencia en relación a otras aves rapaces, pues se dedica poco esfuerzo humano y financiero a la conservación del milano real: se trata de ‘una especie claramente desatendida’.
Es posible que mucha gente sepa de algo que
caracteriza a nuestra península Ibérica: la fauna, como dijimos, presenta una
amplia diversidad que se debe a varios factores geográficos, climáticos y
etnobotánicos. En consecuencia, aparece con el mayor número de invertebrados
del continente europeo. Así se contabilizan, por ejemplo, 38.000 especies de
insectos (y varios miles de arácnidos, ácaros, miriápodos y crustáceos) y
45.000 artrópodos (sin contar otros
invertebrados). En el Libro Rojo de los Invertebrados de España se incluyen 272
especies amenazadas (UINC), sobre todo en medios acuáticos y riparios (30%),
matorral mediterráneo (19%), bosque de encinares y hayedos (10%), además de
otros ambientes semidesérticos, esteparios, sistemas de dunas y medios
cavernícolas, entre otros muchos. Entre los peces continentales hay una
proporción muy elevada de endemismos (islas Canarias, Baleares y demás islotes),
bastante diferentes de la fauna ictiológica europea. Este número elevado de
endemismos se debe al aislamiento geográfico de la península Ibérica,
tornándola una isla biogeográfica de origen muy antiguo y manteniéndola aislada
de las faunas africanas y europeas. Los peces de agua dulce, con bajo poder de
dispersión, han evolucionado por separado del resto continental, dando lugar a
un número elevadísimo de taxones y poblaciones muy diferenciadas del resto de
Europa. El Atlas de Peces Continentales
de España (2001) describe 70 especies en la península Ibérica entre
autóctonas y alóctonas. En realidad, son poblaciones con áreas de distribución
reducida y, por eso mismo, muy vulnerables a las alteraciones de sus hábitats;
muchas de ellas están en peligro de extinción o seriamente amenazadas. La causa principal de esta amenaza está en la
introducción de especies exóticas (peces
de otras regiones como especies de pesca o también de forma accidental). Estas
especies se comportan como invasoras depredando a las autóctonas o
desplazándolas para compartir alimentos o requerimientos ecológicos: de las 70
especies enumeradas, 24 han sido introducidas por el hombre. Hay también
especies migradoras ej.: los esturiones y lampreas; debido a su capacidad de
dispersión encuentran su principal amenaza en la construcción de presas y otras
barreras físicas que les impide llegar a los altos cursos de ríos ibéricos
desde el mar o viceversa.
En la península Ibérica existen 28
especies de anfibios y 47 de reptiles; de ellas, 14 son exóticas introducidas
por el hombre. En España, los anfibios están representados con 10 especies de
urodelos y 22 especies de anuros. Todos los anfibios durante su vida están
íntimamente ligados a los diferentes medios acuáticos (humedales, ríos de
montaña, charcas estacionales, lagunas, albuferas, marismas etc.). Se destacan
especialmente, los endemismos ibéricos y especies muy raras en el continente
europeo ej.: el gallipato (foto), el mayor urodelo de Europa. Los reptiles, en
España, están representados por los galápagos de agua dulce, las tortugas de
tierra, lagartos y lagartijas, culebras, víboras y salamanquesas, etc; en la
península Ibérica existen 17 especies endémicas. La tortuga acuática, por
ejemplo, presenta una amplia distribución mundial debido a su carácter invasor
y a la popularización de su venta como mascota. Existe un peligro enorme en
relación a las especies de la herpeto-fauna ibérica, pues están seriamente
amenazadas: 30% de los anfibios y 23% de los reptiles, debido a las
alteraciones de los hábitats naturales, a las mudanzas climáticas y a la
introducción de especies exóticas invasoras. El número de aves es realmente
extraordinario en relación a las otras faunas europeas. Especies del norte
europeo o de África subsahariana invernan o nidifican en zonas de la península
Ibérica. Es fácil constatar el avistamiento de muchas aves que cruzan el
estrecho de Gibraltar como paso de sus migraciones entre África y Europa. Entre
los grandes rapaces se destacan las aves carroñeras ej.: el quebrantahuesos, el
alimoche y buitre leonado, el águila imperial etc. En las montañas y bosques
españoles aún se avistan grandes poblaciones de azores, águilas reales,
halcones peregrinos etc. Ya en las llanuras cerealistas son frecuentes los
aguiluchos, los milanos reales o negros, los ratoneros etc. Y en los pueblos y
ciudades vemos lechuzas, cernícalos, búhos reales, águilas pescadoras,
mochuelos etc. Los paseriformes y los
ciconiformes son incontables ej.: los
gorriones, los córvidos (urracas,
cuervos y cornejas), los ardeidos
(garzas, cigüeñas => negras y blancas), etc. Las costas y ríos de España
albergan una gran variedad de anátidas,
limícolas, láridos etc, sin contar una avifauna accidental o rara que cuenta
con 352 especies, de las cuales 9 están amenazadas de extinción; y 7 especies
fueron introducidas por el hombre.
Entre los grandes carnívoros se destacan
algunas especies desaparecidas en buena parte de Europa Occidental, como el oso pardo que sobrevive en la cordillera
Cantábrica y en ciertos enclaves pirenaicos; el lobo ibérico, subespecie endémica en España; el emblemático y más
curioso carnívoro de la península Ibérica, nuestro glorioso lince ibérico; el félido más
amenazado de todo el continente europeo. Numerosas son aún las poblaciones del
gato
montés, del zorro rojo, del
tejón, de la comadreja etc. Aunque menos numerosas, también se destacan la
nutria, la marta, la garduña, la gineta etc. Los herbívoros están representados
por especies bastante extendidas, como los cérvidos
(el ciervo común, el gamo y el corzo); en España tenemos poblaciones endémicas
de la cabra montés, del rebeco (Cantabria y Pirineos); también está bastante
extendido el jabalí, así como algunos insectívoros
(musarañas, desmanes, topos), roedores (ardilla,
lirón, topillos), logomorfos (liebres),
quirópteros (murciélagos), entre
otros muchos. Sin embargo, y a pesar de esta enorme variedad de vertebrados en
España, muchos de ellos se encuentran en peligro de extinción. A cada tres
especies de vertebrados, más de una se encuentra En Peligro (EN), lo que quiere decir que 37% de las especies de
animales vertebrados ibéricos está en peligro de extinción, y 7% al borde del
desaparecimiento. Ciertamente se sabe que la extinción es una manera de
evolución: en ciertos casos ocurre de forma natural y necesaria, pero acontece
que en estas últimas décadas sobresalen algunas causas inmediatas, creadas y consentidas
por el hombre/mujer, como la destrucción de varias especies debido a la tala de
árboles y bosques, sequías de ríos y arroyos -en Prádanos de Ojeda, con la
extinción prácticamente efectiva del Arroyón
(o Arroyo Grande) muchas especies desaparecieron del pueblo. Una anomalía
indisculpable de las autoridades; las fuentes del campo se quedaron secas en el
verano. Los pobres animales no tienen como sobrevivir sin agua). Además, la
excesiva explotación de zonas industriales o preindustriales, la contaminación
y la caza (furtiva o no), el tráfico de especies exóticas y la introducción de
especies alóctonas etc, todas son causas y concausas provocadas por el hombre,
y no por la Madre Naturaleza. Las sequías, las inundaciones, los incendios etc,
aunque aparentemente ‘naturales’ (la mayoría de las veces tienen el dedo del
hombre) en muchas ocasiones son devastadores para las especies de nuestro suelo
ibérico. Se dice que de cada diez especies cuatro desaparecen por motivos
humanos. Diferentes autores siempre citan como los más en riesgo de extinción los
siguientes animales, pero su número es infinitamente mayor. Encabezando la
lista están: el lince ibérico (reducción
de alimento y del hábitat, la caza irresponsable y las enfermedades); el oso pardo, (caza y reducción de sus
hábitat original, y daños al sector ganadero); el quebrantahuesos (tendidos eléctricos, caza y envenenamiento); el urogallo cantábrico (cambios climáticos,
fragmentación y pérdida del hábitat, tala de bosques, presión del turismo
inocuo); el lobo ibérico (caza, reducción del hábitat, envenenamiento de propósito
por parte de los ganaderos); la foca
monje (caza, reducción y presión del
turismo); la malvasía cabecilla blanca
(introducción de especies alóctonas); el lagarto
gigante de Canarias (reducción del hábitat y venta ilegal); el águila imperial (tendidos eléctricos,
caza y envenenamiento, y reducción de sus hábitat), etc. La lista es
interminable, para desdicha de los amantes de la naturaleza y, por eso,
repetimos con muchos ornitólogos cuyas palabras se pueden aplicar a todas las
especies naturales de España: ‘la fauna y
la flora silvestres forman parte esencial del rico patrimonio natural de la
península Ibérica, razón por la cual su conservación (y protección) es una prioridad
del Ministerio del Medio Ambiente’. Y deberá ser también de cada uno de los
españoles que aman verdaderamente a su tierra… Os dejo hasta el próximo 'post' cuyo asunto o tema será sobre 'Animales En Peligro' (EN). Hasta la vista, amigos del campo y de sus grandes protagonistas, los animales.
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