Dando proseguimiento a la exposición de
las 14 especies oficiales más
amenazadas de extinción en la península Ibérica, iniciaremos nuestro apartado
con una advertencia sobre esas especies citadas en la Ley 42/2007, y los
métodos de caza o captura y acreditación de sus usuarios para especies
cinegéticas depredadoras, y estrategias
para la conservación de algunas especies más amenazadas en España, como el águila
imperial, el lince ibérico, el oso pardo, el lobo ibérico etc. La lucha contra
el uso ilegal de la caza predatoria o abusiva, y contra los cebos envenenados
en el medio natural, es algo que debe ser incrementado bajo todos los aspectos
posibles. De modo especial, el uso de venenos para eliminar animales silvestres
es considerado una de las mayores amenazas para la conservación de la
biodiversidad en España. Además es el método no selectivo que causa la muerte
de multitud de especies amenazadas, como las grandes águilas (imperial y real),
las aves necrófagas (buitres negro y leonado, alimoche y quebrantahuesos) y
grandes carnívoros (oso pardo, lince y lobo), etc. Uno de los grandes objetivos
de la Ley 42/2007 fue ‘estudiar nuevos
métodos para la captura y control de los depredadores (zorros, perros,
gatos, etc), y potenciar la figura de un
controlador profesional y supervisable de la Administración pública’. El
Convenio de Berna (1979), relativo a la conservación de la vida silvestre y del
medio natural de Europa, prohíbe métodos de captura vinculada a las especies
amenazadas:
1º- en
mamíferos quedan prohibidos, entre otros, lazos y redes de captura,
trampas, venenos y cebos tranquilizantes o envenenados, etc;
2º- en
aves son prohibidos lazos, ligas, anzuelos, redes, trampas, venenos etc., y
espejos y otros medios de deslumbramiento, así como aves ciegas o mutiladas
usadas como reclamo, etc.
El Parlamento Europeo y el Consejo de
la UE (2009) prohibieron cualquier forma de muerte o captura deliberadas de las especies de aves
incluidas en la Directiva, aunque autorizaban la caza de determinadas especies
de aves cinegéticas españolas, siempre que se respeten los principios que
rechazan métodos de muerte o captura masiva
o no selectiva, como los citados en líneas encima. El Tribunal de Justicia de
las comunidades autónomas desestimó un recurso de Castilla y León que requería
el uso de lazos con tope para la captura del zorro en zonas específicas de
nutrias. En relación a los tipos de caza se prohíbe en carácter general la
utilización y comercialización de todos los procedimientos masivos o no
selectivos para la captura o muerte de animales silvestres (redes, cebos,
trampas, ligas, venenos, etc). La utilización de estos métodos ‘sólo podrá ser autorizada mediante una
acreditación individual otorgada por la comunidad autónoma’. La Ley 4/96, relativa a la caza en Castilla y León
establece que ‘el control poblacional
sobre determinadas especies cinegéticas sólo podrá ser autorizado a los agentes
forestales, celadores del medio ambiente, guardas particulares de campo y
especialistas en control de predadores’.
Pero antes de todo deben prevalecer estos dos procedimientos
necesarios para no afectar a las
poblaciones amenazadas: a) el bienestar de los animales silvestres; y b) la readaptación de los animales
capturados a su hábitat tras ser
liberados in situ.
Todas estas leyes y recomendaciones
pretenden establecer estrategias de conservación de las especies más amenazadas,
dando preferencia a los taxones con mayor grado de riesgo de extinción en esa
lucha interminable y legítima contra las principales amenazas, y en defensa de
la biodiversidad peninsular en general, y de Castilla y León de modo
específico, como veremos a lo largo de nuestro pequeño informe. Hablamos de 4 especies extremamente amenazadas en
España: el águila imperial, la almeja de río, la focha moruna y la lapa
ferrugínea. Entretanto, existen otras 10 especies oficiales consideradas en
peligro de extinción o vulnerables. Prosigamos, pues, con su delineamiento:
5ª) el lince ibérico (Lynx
pardinus), la especie más amenazada de extinción en toda Europa; sólo
sobrevive en España y Portugal. Y la primera estrategia es criarlo en
cautividad como herramienta de apoyo a su conservación in situ, frente a la posible extinción de su especie, hoy tan
amenazada en España. En los años 1980, se informó que sólo existían unos 1000
ejemplares en la península Ibérica; según el último censo quedan apenas entre
150 y 200 linces, distribuidos en dos núcleos separados: Doñana y sierra
Morena. Desde el año 2002 hasta hoy (2013), el número de ejemplares ha
disminuido 85%. El escaso número de linces y su concentración en áreas muy reducidas y extremamente
humanizadas le hace muy vulnerable a procesos estocásticos (incendios, epidemias, impactos ambientales etc) y,
por eso mismo, susceptibles a su extinción total. En el Acebuche/Parque Doñana
(1992), se propuso un programa de cría a partir de 12 fundadores (5 machos y 7
hembras), como apoyo a los programas de conservación de la especie en la
naturaleza (conservación in situ). El
lince ibérico está en un proceso conocido como ‘torbellino de extinción’ = la especie sufre un rápido declive poblacional y sus números se reducen a unos
pocos ejemplares. El lince ibérico llegó a un punto en que factores
demográficos, ambientales y genéticos pueden causar la extinción local o total
de la especie. Un factor ambiental que suele
provocar el desencadenamiento del ‘torbellino’ son las epidemias del
mundo animal ej.: el oryx de Arabia, las tortugas de Monjave, las palomas
rosadas de las islas Mauricio, etc. En cuanto al lince ibérico existen dos
poblaciones susceptibles de ser gravemente afectadas por factores estocásticos ej.: una epizootia. El
programa de Cría en Cautividad ayudará a mejorar el conocimiento de las
enfermedades del lince. Se halló una hembra muerta por atropellamiento en el
Coto del Rey/Doñana, a 90km de su hábitat normal. Para llegar hasta allí tuvo
que atravesar varios campos de cultivo, dos grandes ríos (Tinto y Odiel), y dos
autovías. Murió por atropellamiento, pero en su cuerpo se alojaban numerosos
perdigones, legado de un encuentro con algún cazador. Este es otro triste
ejemplo de las dificultades que afronta el lince ibérico para sobrevivir en un
entorno tan difícil; otro lince fue abatido a bocajarro por disparos de un
infeliz cazador, en sierra Morena. Todos debemos estar conscientes de que es
necesario salvar a nuestro gato mayor.
6ª- la malvasía
cabeciblanca (Oxyura leucocephala),
una de las anátidas (patos, cisnes
etc) más amenazadas de Europa. Está catalogada en la categoría UINC en peligro de extinción. Existe una
estrategia para llevar a la malvasía cabeciblanca a una situación de equilibrio
con su hábitat, incrementando el número poblacional y su área de distribución.
Existen dos poblaciones de malvasía: una oriental (migradora) y otra occidental (sedentaria) = España y norte de África. A comienzos del siglo XX existían 100 mil individuos; en 1997 estaban
reducidos a 50 mil, de los cuales 45 mil eran migradoras y apenas 5 mil
sedentarias. En 2002 ya eran 10 mil migradoras y 4 mil sedentarias, siendo
España el único país europeo con una población significativa en las marismas
del Guadalquivir y laguna de Medina/Cádiz. Los factores contrarios a su
supervivencia son los impactos humanos y la destrucción y alteración de su
hábitat y zonas de aguas poco eutróficas, alcalinas, con abundantes macrófitos
sumergidos y vegetación emergente. Actualmente, muchas zonas húmedas donde la malvasía desarrolla su ciclo
vital están protegidas, pero si no se mantienen las medidas adecuadas es muy
probable su desaparición. Los hibridismos también son un problema muy serio
contra las especies autóctonas. Otra amenaza real es la alta concentración de
carpas y la existencia de cantidades de plomo en algunas zonas húmedas
frecuentadas por la malvasía. Es necesario controlar, según los expertos, las
prácticas agrícolas en los entornos de las zonas húmedas, los impactos de especies
exóticas, el plumbismo y las molestias producidas por el hombre en momentos
críticos.
7ª- el mejillón
cebra (Dreissena polymorpha), un
ejemplo emblemático de los efectos producidos por especies exóticas invasoras
(EEI). En realidad, esta es la segunda causa de la pérdida de biodiversidad
global (40% de las especies en peligro de extinción) después de la destrucción
o alteración de los hábitats naturales. La estrategia en defensa del mejillón
cebra es controlar la presencia de esas especies invasoras, e intentar
disminuir sus efectos negativos donde ya se instalaron. La razón está en el
desequilibrio ambiental provocado en el nuevo ecosistema, cuyos efectos son
catastróficos: la depredación sobre las especies nativas, los desplazamientos
de especies autóctonas, la desestabilización de la red trófica, y la
transmisión de enfermedades o alteraciones del patrimonio genético. La
combinación de todos esos impactos puede afectar el ecosistema y desembocar en
la pérdida, en definitiva, de la diversidad biológica. Por causa de la
fragilidad y aislamiento de determinados ecosistemas fluviales e isleños muchas
especies son especialmente vulnerables a otras especies exóticas, como es el
caso del mejillón cebra. La proliferación de este molusco bivalvo es un ejemplo
emblemático del comportamiento fuertemente invasor. Originario del mar Negro,
él viene expandiéndose hace dos siglos
en áreas foráneas como en los ríos catalanes, pero casi desapareció debido a
unas crecidas en las cuencas del Llobregat, Júcar y Segura. Actualmente,
existen varios estudios científicos sobre la especie y sus efectos ecológicos,
económicos y sociales de su proliferación, además de un adecuado control sobre
la expansión o desaparecimiento en determinados lugares del mejillón cebra en
España. Infelizmente, casi todo es pura teoría…
8ª- el oso pardo cantábrico (Ursus
arctos) está incluido en la categoría UINC en peligro de extinción, desde 1999, no sólo en España como en todo
el mundo (Francia, Italia etc, y algunos países asiáticos). La estrategia
actual es asegurar la viabilidad a largo plazo de las poblaciones cantábricas
de osos pardos, incrementando su número poblacional y su distribución
geográfica. En el mundo, muchas poblaciones de oso pardo se enfrentan a
crecientes amenazas de pérdida y fragmentación del hábitat, limitaciones
demográficas y desaparecimiento de la diversidad genética. En los países donde
viven las poblaciones de osos pardos se constata año tras año una inminente
amenaza de extinción, siendo las especies cantábricas los únicos representantes
puros de una de las 3 líneas evolutivas del oso pardo en Europa y de las 5 que parecen existir en el mundo. En la
cordillera Cantábrica hay dos poblaciones que posiblemente están incomunicadas:
población oriental (Cantabria, Castilla y León) y población occidental
(Asturias y Galicia). La población oriental junto con las poblaciones
autóctonas de los Pirineos y del Trentino tienen el más bajo grado de
variabilidad genética registrado: los relictos de osos cantábricos resultaron de un proceso de regresión demográfica y de
área muy antiguo. La densidad humana, la agricultura y ganadería, el desarrollo
económico han ocasionado la persecución sistémica de la especie y la
destrucción de su hábitat. Las relaciones del oso pardo y su hábitat son
variables, complejas y desconocidas. No es fácil interpretar el carácter
omnívoro de la especie, la variación espacial y temporal de los alimentos y las
limitaciones a su hábitat, así como el tamaño de sus poblaciones y movimientos
geográficos. Los osos cantábricos ocupan áreas entre 5 y 7mil/km² y están
separados por 30/50km de distancias donde se acumulan importantes actividades
humanas (minería, autopistas, pistas de esquí, gasoductos, etc): Castilla y León
ocupan el 85% de toda esa área con 50/65 osos. Las elevadas tasas de mortalidad
(especialmente de las hembras) responden por la actual situación de peligro.
9ª- el oso pardo de los Pirineos (Ursus
arctos) está igualmente catalogado en la categoría UINC en peligro de extinción. Para salvarlo
de su posible e inminente extinción (aún más acentuada) es necesario
incrementar su número poblacional y distribución geográfica junto con las
limitaciones inherentes a su coexistencia y las comunidades rurales y al
desarrollo socioeconómico de su hábitat. En los Pirineos, la población del oso
pardo se circunscribe a la zona occidental con media docena de ejemplares
(apenas 6 osos). La tentativa de repoblación con ejemplares de Eslovenia no
tuvo mucho suceso: dos hembras fueron muertas por cazadores franceses. El
hábitat del oso pirenaico se reparte entre Francia, Andorra y España (Cataluña,
Aragón y Navarra). Actualmente se estiman entre 8 y 12 ejemplares. Los
entendidos dicen que la población pirenaica del oso pardo es considerada
prácticamente inviable a largo plazo debido al aislamiento geográfico y al
demasiado bajo número de individuos, especialmente de hembras adultas. Serían
necesarios por lo menos 25/30 osos, con 6/8 hembras de un año y altas tasas de
supervivencia. Para que esto fuese posible serían necesarias 3 hembras y 2
machos en el Pirineo central y 6 hembras y un macho en el Pirineo occidental,
para que la extinción en 50 años fuese de 5%. Hoy la viabilidad de la población
pirenaica pasa necesariamente por la continuidad del reforzamiento venido de
fuera. El Pirineo es un hábitat adecuado para albergar una población osera
suficiente y viable. Los osos utilizan el piso montano (entre 1300 y 1800m) en
laderas pendientes y cobertura vegetal, donde encuentran refugio y protección
pues evitan los espacios abiertos. Sus hábitats más utilizados son los bosques
maduros de hayas y abetos, las formaciones de matorral subalpinas y vertientes
escarpadas con pinares aclarados de pinos negros, pastizales y herbazales
húmedos.
10ª- la pardela balear (Puffinus
mauretanicus), una especie diferente de la pardela mediterránea y pardela
pichoneta, está en la categoría UINC en
peligro de extinción desde 2000. Tratase de un ave marina pelágica con
distribución en aguas del Mediterráneo occidental y Atlántico norte. La población
mundial está en torno de unas 2000 parejas, repartidas entre las diferentes
islas baleares: Mallorca (600), Ibiza (350), Menorca (200), Cabrera (200) y
Formentera (685). Esta ave marina nidifica en cavidades y cuevas de difícil acceso
para sus predadores (acantilados costeros de islas e islotes). Durante 10
meses, ellas se ligan de una o de otra manera a su colonia de nidificación,
pues es un ave gregaria que se alimenta de pequeños peces pelágicos. La entrada
a la colonia ocurre siempre de noche y en la obscuridad total, aunque al
atardecer se agrupan en formaciones que el pueblo llama de balsas, sin duda para defenderse de los ataques de las gaviotas y
otros depredadores alados. La depredación por parte de mamíferos introducidos
en las islas y la recolección de individuos para el consumo humano son los
factores responsables por el declive histórico de su población. La recolección
y captura especialmente estuvo muy extendida en los años 1970, llegándose al
número absurdo de 2.700 anuales. En 2004 estaba sufriendo un descenso anual de
7,4% lo que sugiere una elevada mortalidad adulta causada por redes de pesca.
Los vertidos y la contaminación también se tornan factores de riesgo, tanto por
la biología de la especie (extremamente gregaria) como por su área de
distribución y migración hasta las costas gallegas. Un vertido de crudo cerca
de la invernada sería catastrófico para su población. El reciente accidente del
Prestigie (petrolero ruso) dio un
alerta dramático acerca de la pardela balear. Es necesario cuidar más de las
áreas prioritarias como las colonias de nidificación (y aguas costeras
circundantes), zonas marinas de alimentación y zonas del paso migratorio, así
como controlar la depredación por carnívoros introducidos por el hombre (gatos,
ratas negras, ginetas).
11ª-
el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) está incluido en la
categoría UINC en peligro de extinción
inmediata desde 1990. En Europa sobreviven entre 110/120 parejas de las cuales
92 (79% del total) estarían en los Pirineos/España y el resto en Francia y
Gracia (islas mediterráneas). La población pirenaica se resume a 167 individuos
adultos. En la cordillera Cantábrica y montañas vascas corresponde a un
territorio de 5,2%. Contra esta ave atientan los venenos y sustancias tóxicas,
el área de ocupación y la fragmentación de su hábitat. Es necesario también
cuidar de las zonas de nidificación y de alimentación, y zonas críticas = reducción de los factores de mortalidad, protección y mejora del hábitat, y
reintroducción y refuerzo en sus poblaciones. Hay esfuerzos en este sentido,
así como gestionar con mayor rigor los cotos de caza, mantener censos actualizados
de perros de caza y establecer restricciones temporales en áreas críticas. Es
necesario sensibilizar a la opinión pública sobre las causas de la gran
mortalidad del quebrantahuesos. Hay asimismo estudios sobre áreas de
nidificación en las ZEPAs = Zonas de Especial Protección para las Aves, y
comederos suplementares y facilitar, en las reservas de caza, el
aprovechamiento de los cadáveres de los ungulados silvestres dejados por los
cazadores. Como decía una estudiosa del quebrantahuesos, ‘hay que avanzar en el conocimiento de la biología de la reproducción
del quebrantahuesos y de las causas del fracaso reproductor’. Sin embargo,
por lo que pude observar existen muchas hipótesis, investigaciones y devaneos
sobre como interferir en la extinción de esta ave, pero de concreto y con
deseos reales de aclarar la situación muy poco. Sólo intenciones y criterios
orientadores (¿!?) no bastan. El Grupo de Trabajo del Quebrantahuesos, aún se
debate entre ‘definir con claridad el ámbito geográfico’ e ‘identificar los problemas
de la conservación’, entre muchas otras prioridades… Los estudios aún están en
aquella fase burocrática de ‘el
Ministerio de Medio Ambiente fomentará la cooperación entre los diferentes
departamentos de la Administración General’. Lamentable, digo yo.
12ª – el urogallo cantábrico (Tetrao
urugallus cantabricus) es una ave forestal de distribución paleártica
boreal que se extiende desde la península Ibérica hasta la Siberia oriental: de
las 12 subespecies conocidas, dos se encuentran aisladas geográficamente del
resto del mundo: el urogallo cantábrico y el urogallo pirenaico. Entre los dos
existen notorias diferencias, a comenzar por el hábitat forestal: en la
cordillera Cantábrica, prevalecen los bosques caducifolios pero distintamente a
las otras especies, el urogallo cantábrico de alimenta de brezos, helechos,
hojas de acebo y brotes de haya, su dieta invernal = el hábitat típico es el
hayedo mezclado con robles albares, abedules y acebos, pero siempre con
estructura abierta de sotobosque. El arándano es un recurso habitual del
urogallo, hospedador de orugas e insectos, su dieta alimenticia. También es
frecuente encontrarlo en prados, brezales y piornales. Sus dominios vitales
varían entre 140/1.200 ha. Los urogallos cantábricos ocupan áreas de 2000km²,
desde los Ancares de Lugo hasta los bosques de Cantabria., pero su área de
distribución está cada vez más restringida y fragmentada: la situación
atraviesa un momento difícil, pues en apenas dos décadas la población quedó
reducida a la mitad. Hoy se estima en 500/600 ejemplares adultos (hembras y
machos). La subespecie cantábrica se encuentra gravemente amenazada. El
pronunciado declive se debe a una combinación de factores globales: cambios
climáticos, pérdida y fragmentación de hábitats, elevada densidad de
competidores y depredadores, además de su tasa bajísima de reproducción (0,37
valor medio frente al 2 de poblaciones en equilibrio). Y, sobre todo, la
fragmentación forestal y los bordes boscosos de su hábitat favorecen a sus
muchos depredadores, sin olvidar las actividades cinegéticas, senderismos y
observación de aves. Pero el peor de todos está en la irresponsabilidad de
cazadores furtivos y contendidos eléctricos.
13ª – el urogallo pirenaico (Tetrao
urugallus aquitanicus) está amenazado de extinción desde 2001. Es un ave
forestal cuya distribución ocurre a lo largo de los Pirineos (España, Francia y
Andorra). El área e distribución abarca ciertos sectores forestales/sierras,
desde Navarra hasta Girona, en un área de 5.700km² pero con hábitats
fragmentados. El urogallo pirenaico está sufriendo un declive acentuado en las
dos últimas décadas. En España (2002/04) se estima existan actualmente unos 664
machos adultos, lo que supone una población de 1.328 ejemplares (machos y hembras):
en Navarra y Aragón hay pocas probabilidades de supervivencia. Cataluña se
destaca con 85% de la población de urogallos. El hábitat típico de esta ave es
el bosque de coníferas, sobre todo el pino (negro y silvestre) y el abeto,
aunque aparece también en bosques mixtos o de hayas. El arándano es el recurso
habitual del urogallo pirenaico, que consume las hojas y frutos, y a veces se
sirve de los tallos para su dieta alimenticia. Los pollos y juveniles se alimentan
de insectos y orugas. La especie está globalmente amenazada, con grandes
declives en varias partes de Europa debido al aislamiento de sus poblaciones.
En Alemania existen costosos proyectos de conservación auspiciados por la UE en
sus programas Life-Naturaleza. Su declive en los Pirineos se debe a un conjunto
de factores entre los cuales destacamos: cambios climáticos globales y
regionales, pérdida y fragmentación de bosques hábitat del urogallo, presión
humana y depredadores (jabalíes, zorros, pequeños carnívoros y córvidos
forestales). Sin olvidar que estos factores actúan en conjunto de forma
sinérgica. El declive acentuado se debe a la bajísima productividad (0,63 valor
medio), lejos de los valores de equilibrio próximos a 2. Pero la opinión
general dice que el declive tan acentuado se debe principalmente a la calidad
del hábitat y actividades asociadas al deporte de montaña (nieve y estaciones
de invierno).
14ª- el visón europeo (Mustela
lutreola) es una especie catalogada como en peligro de extinción. Existen tres áreas en Europa: Rusia,
Rumania y Francia/España (pequeñas áreas pirenaicas). Hasta el siglo XIX, el
visón ocupaba toda la Europa central y septentrional (desde Francia hasta
Finlandia); durante el siglo XX, el visón ha desaparecido de la mayoría de los
países europeos donde habitaba, perdiendo prácticamente 80% de su área
original. Causa: el éxito colonizador de las poblaciones asilvestradas del
visón americano. Ya el visón autóctono habita regiones acuáticas de variada
tipología: ríos, arroyos, lagunas, zonas pantanosas, canales, marismas y zonas
costeras. En España, prefiere los cursos (medios y bajos) de ríos con corriente
lenta, cobertura vegetal de ribera ancha y densa, y buena calidad de agua. En
los años 1990, la población del visón en España estaba en torno de 1000 ejemplares;
en 2002 ya estaba en 500/600 visones, y la tendencia general es negativa.
Actualmente, el grueso de los efectivos está en el río Ebro (Navarra), y no es
más objeto de explotación tradicional/artesanal de pieles. El declive es
global, y en España la pequeña población existente sufre de afecciones y
patologías generalizadas. El declive y regresión de la especie se debe
principalmente a la fragmentación de su hábitat (entre 1900/2100km de río) para
menos de 500 ejemplares. Así, dado su pequeño número y la reducida área que él ocupa,
existe un riesgo muy grande de pérdida de su viabilidad genética. Por eso, es
necesario desobstruir gradualmente su hábitat a través de canalizaciones,
detracciones de caudal, limpieza de la vegetación de ribera y desecación de
zonas húmedas. También es preciso descontaminar su hábitat normal y controlar
la elevada mortalidad por parte de sus predadores habituales (perros, zorros,
etc) y atropellos, así como mantener un rígido sistema de control de las especies
foráneas o exóticas. En 2003 fue declarada especie en peligro de extinción, y protegida en Cataluña. Además fueron determinadas
algunas Áreas de Interés Especial para el
Visón Europeo, consideradas vitales para la supervivencia y recuperación de
la especie que incluyen enclaves de refugio, reproducción y alimentación en las
diferentes estaciones del año.
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