sexta-feira, 7 de fevereiro de 2014

La Ojeda y los Arribes del Duero



               
      
             La península Ibérica presenta una gran variedad paisajística, con montañas (abruptas o suaves) y depresiones. Su relieve se caracteriza por altitudes  medias de 660m, lo que quiere decir que es bastante elevado, y hasta podemos afirmar que se trata de  tierras  montañosas cuando comparadas con otros países europeos; sólo Austria y Suiza poseen un relieve más elevado, pero son territorialmente pequeños. En España, el relieve se articula en torno de una meseta central > ‘altiplanicie de gran extensión, situada a más de 500m de altitud sobre el nivel del mar’- nos la define el diccionario; ocupa la mayor parte de la península Ibérica. Fuera de esa meseta encontramos dos depresiones importantes: la bacía hidrográfica del río Guadalquibir (suroeste) y la bacía del río Ebro (noreste). Los sistemas montañosos de España son numerosos y ocupan casi la mitad de todo el territorio nacional ej.: la cordillera Cantábrica, los Pirineos, los sistemas Bético, Ibérico y Central, sierra Morena,  montes de Toledo… España posee dos archipiélagos de interés histórico y geográfico (fauna y flora), Baleares y Canarias, además de pequeños enclaves costeros en el norte de África. La costa peninsular está bañada por el océano Atlántico y los mares Cantábrico (norte)  y Mediterráneo (este/sureste,) con gran variedad de playas, acantilados y rías. Las costas altas predominan en el norte, mientras que las costas bajas aparecen al sur [mediterráneo]. Este tipo de relieve influye en la forma maciza y mal articulada de nuestra península,  en las costas poco salientes y de elevadas altitudes medias. En la geografía española se destaca un cinturón montañoso peninsular que dificultó el acceso al interior, sobre todo a la Castilla histórica de nuestros antepasados. En España existen tres tipos de rocas (silíceas, calizas y arcillosas): unas más duras y resistentes como el granito y la pizarra; otras de alta solubilidad en forma de paisaje kárstico (en Prádanos de Ojeda prevalece este paisaje, sobre todo en el monte), muy influenciado por la erosión del agua; y otras formadas por materiales de carácter sedimentario más nuevos.                           
           El relieve peninsular de España se articula, por tanto,  alrededor de la meseta central donde se ubican las comunidades autónomas de Castilla y León, Castilla-La Mancha y la comunidad de Madrid, además de partes relevantes de Extremadura y Aragón. En la meseta central distinguimos varias zonas de características singulares: los páramos, las campiñas y las vegas. Algunos ríos (Duero, Tajo y Guadiana) discurren por la meseta en dirección oeste, siendo que el sistema Central divide la península en dos submesetas: norte y sur. La región norte es ocupada exclusivamente por Castilla y León y tiene una altitud media de 670m. Al norte se destaca la Cordillera Cantábrica en cuya fimbria se sitúa nuestro pueblo, Prádanos de Ojeda. La cuenca del Duero y sus afluentes (entre ellos, el río Pisuerga => ‘columna vertebral de Palencia y Burgos’) transcurren de este a oeste. Ya la región sur, con altitudes medias también de 670m, está limitada por sucesivas cadenas montañosas (sistemas Ibérico y Central, montes de Toledo, sierra Morena), y valles profundos por donde transcurren los mayores ríos ibéricos: Tajo, Guadiana y Guadalquibir, separados por los montes de Toledo y la sierra Morena. Entre las principales cordilleras de la península se destaca la Cantábrica que se extiende de oeste a este por casi 1.000km, al norte de la meseta castellana, haciendo de límite entre Castilla y León y las comunidades autónomas cantábricas (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco). El mar Cantábrico baña la costa norte peninsular: en términos generales es rectilínea y se caracteriza por la abundancia de acantilados, rasas y marcadas rías, con escasez de playas. La costa gallega es la más articulada de España con abundantes y extensas rías que penetran 25/35km hacia el interior. Ya la costa mediterránea es muy extensa y poco articulada: abundan las playas, muy procuradas por el turismo de  verano.        
            En general, podemos decir que el accidentado y complejo relieve de España ha influido directamente en su historia (batallas y guerras aquí libradas). Digamos que hace apenas 150 años el acceso a muchos puntos de la península Ibérica era complicado y difícil ya que era preciso superar cordilleras y zonas montañosas. Los antiguos romanos, los visigodos, los árabes y, posteriormente, los propios cristianos, tuvieron enormes dificultades para reconquistar su territorio, sobre todo porque las poblaciones de regiones montañosas conocían bien la orografía del lugar. Tal vez por este motivo se retrasó la Reconquista: en las zonas llanas, los castillos se construían en lo alto de los cerros (o ‘cerrillas’) para poder avistar al enemigo a tiempo y reaccionar ante sus investidas (razias). Historiadores han comparado la meseta central a un enorme castillo, siendo las cordilleras que la rodean sus mejores murallas. España y sus regiones nunca fueron fáciles de ser conquistadas, debido sin duda al relieve montañoso. La geografía española ha sido uno de los factores por qué España no ha tenido una red de autopistas y ferrocarriles suficientemente extensa hasta ser superada por la tecnología contemporánea. Esta falta de medios de transporte supuso un retraso inmenso que no siempre fue llevado en cuenta al discurrir sobre la revolución industrial española, considerada tardía. En España, como decía un autor sin mayores espasmos geográficos, ‘atravesamos llanuras, subimos cerros y montañas, nos movemos por valles cercanos a los ríos… El paisaje es cambiante [y sinuoso], ello se debe a que España no es un territorio homogéneo y uniforme. Elevadas altiplanicies como la meseta central, altas cordilleras como los sistemas Béticos o Pirenaicos, o amplias llanuras como las de los ríos Guadalquibir y Ebro, jalonan la geomorfología  peninsular e insular’.     
        Dentro de la meseta central predominante se destaca la unidad histórico-geográfica de Castilla y León con 94.226km², siendo la mayor comunidad autónoma de toda España y una de las mayores regiones de Europa. Mayor incluso que muchos países europeos. Está flanqueada orográficamente hablando por la cordillera Cantábrica, los sistemas Ibérico y Central y el macizo galaico-leonés en la frontera con Portugal. La comunidad autónoma de Castilla y León está enclavada en la submeseta norte, con un territorio formado por alta y extensa altiplanicie con una media de 670m de altitud; es atravesada [de este a oeste] por el río Duero (897km => 213km  portugueses, 112km fronterizos, y 572km españoles), cuya área de bacía se estima en casi 100.000km² - exactos 97.299km² (81% en territorio español y 19% en tierras de Portugal) y 840m³/s de caudal medio. Los geógrafos españoles se refieren al río Duero como la ‘columna vertebral de Castilla y León’; es el tercer río más largo de la península después del Tajo y del Ebro, pero es con mucho el de mayor potencial hidroeléctrico no sólo de España como de toda Europa occidental. Una bisectriz casi perfecta divide a Castilla y León en dos partes casi iguales, repartiendo a ambas orillas una extensa oferta turística de paisajes, arte románico y gastronomía. Sus márgenes contienen 35% del patrimonio histórico-artístico de la región castellanoleonesa, además de un centenar de puentes romanos y altomedievales, edificaciones monásticas o eclesiásticas, castillos y museos en 60 de sus municipios históricos. Entre tantas ciudades, se destacan algunos enclaves monumentales que recuerdan y enaltecen la importancia del río Duero a lo largo de la historia: Soria, la ciudad de los poetas castellanos y cuna de Antonio Machado; Aranda de Duero, lugar de culto a la gastronomía burgalesa; Peñafiel, manantial del vino Ribera de Duero y recuerdo de grandes condes castellanos; Tordesillas, la ciudad del tratado del Nuevo Mundo; Toro, la fértil vega celtíbera y vivero de leyes actualizadas de Castilla. En fin, Zamora la capital del románico y la fortaleza de valores íntimos castellanos. A final ‘Zamora no se conquistó en una hora’: en todas las cosas  hay que tener mucha paciencia y discreción, porque si no la mula empaca en el atolladero. Al recorrer el río Duero, atravesamos espacios naturales creados por la naturaleza y convertidos en reservas de floras y faunas endémicas. Los Picos de Urbión, en la cordillera Ibérica, protegen las nacientes de nuestro río histórico y, de modo especial, los Arribes del Duero > el Parque Natural  de Zamora/Salamanca donde el río se despide de Castilla y León y, entre cañones de singular belleza, delinea la frontera de los dos países hermanos, en el corazón del Parque Natural del Duero Internacional.   
           Los Arribes del Duero -una zona de depresión o de altitud más baja y otra de penillanura o de altitud más elevada- constituyen un conjunto geográfico original provocado por la erosión milenaria de los ríos en estas tierras de desniveles de hasta 400m de altura. La orogenia alpina del Terciario produjo un progresivo levantamiento del este peninsular con evidente inclinación hacia el océano Atlántico, lo que llevó al Duero (y su mayor afluente el Pisuerga, el río de nuestros abuelos), así como otros ríos peninsulares a abrirse camino en la penillanura dando lugar a inmensos cañones de paredes, casi verticales, que conforman los arribes > ‘depresiones geográficas originadas por el Duero y demás ríos del territorio zamorano/salmantino’. Los habitantes de Zamora se refieren a los enormes roquedos o gigantescas rocas graníticas formadoras del encajonamiento de los ríos Duero, Esla y Tormes, como ‘arribanzos’, término superlativo de arribes en territorio español, o ‘arribas’ del lado portugués. Los grandes desniveles del terreno, el alto caudal del río Duero y los numerosos afluentes que en él desembocan, hacen del Parque Natural de Arribes del Duero uno de los puntos de mayor potencial hidroeléctrico de toda la península Ibérica. Por estos factores de vital importancia para España y Portugal se han construido numerosas presas y embalses conocidas como Saltos del Duero - de los 15 embalses más importantes, Aldeadávila es el de mayor potencia (1.143MW). Además, esta singularidad orogénica permite la existencia en estas tierras de un inusual microclima mediterráneo favorable a la diversidad vegetal y a un parque o lugar idóneo para refugio de una fauna salvaje única en la península, especialmente de aves. Su ubicación en zona fronteriza y, por eso mismo, alejada de los grandes núcleos de población y escasas infraestructuras, ha provocado la despoblación del territorio de los Arribes del Duero. En realidad, todos esos factores han permitido la conservación de un amplio patrimonio natural,  histórico y cultural, además de numerosas costumbres y tradiciones de capital importancia en tiempos de hoy. La zona se ha convertido en un paraíso turístico y de comercio minorista fronterizo. Esta circunstancia especial favorece la conservación del hábitat natural, el patrimonio y desarrollo de innúmeras tradiciones socioculturales de grandioso y suculento impulso económico.     
        El río Duero, sin cualquier exagero -atraviesa cinco provincias (Soria, Burgos, Valladolid, Zamora y Salamanca), y toda su cuenca fluvial de este a oeste- ha moldeado la historia de Castilla y León, de los parajes naturales, de sus ciudades y pueblos -en Prádanos de Ojeda, los tres arroyos de antaño vertían sus límpidas aguas en el río Pisuerga (287,73km), el afluente más importante de toda la cuenca, tanto en desagüe natural cuanto en historia altomedieval. Incluso, su caudal supera en 80m³/s el aporte fluvial al propio río Duero, en la confluencia de ambos (Valladolid). No nos olvidemos que este río condicionó y aún condiciona las tradiciones y gastronomía castellanas, pues riega las numerosas comarcas vitivinícolas de Castilla y León. Tres denominaciones de origen ‘beben’ el precioso líquido en las vegas del Duero: Arribes del Duero (Zamora y Salamanca) con sus viñas asomadas a las terrazas espléndidas y escalonadas del río en la emergente comarca vitivinícola de la frontera hispano-lusa; Ribera de Duero (¡qué deliciosa bebida: en Herrera, no faltaba en la hora de la comida, en casa de mi hermana Cristina!) presente en las provincias de Burgos, Soria, Valladolid y Segovia, tierras de bodegas con personalidad y prestigio nacionales; y D.O Toro -como dice la propaganda, ‘vino fantástico, vino bueno, de alta calidad, caro, selecto, excelente como ningún otro’- de Valladolid y Zamora. La ciudad de Toro es la capital de los tintos de la Tierra del Vino. El río Duero es, además de todo eso, un marco en las actividades de turismo acuático con cruceros ej.: Euro-parques hispano-lusos de Miranda do Douro/Portugal) y práctica de deportes en los numerosos embalses, construidos a lo largo de su cauce privilegiado y maravilloso. Con un detalle importante: desde la desembocadura del río Águeda hasta la ciudad portuguesa de Oporto, en el océano Atlántico, el río Duero tiene una pendiente escasísima (0,6m/km), tornándole navegable (hay varias esclusas), tradicionalmente por pequeñas embarcaciones que transportaban materiales vitivinícolas del País do Vinho (‘barcos rabelos’), sustituidos por barcazas de carga, aunque últimamente, como dejamos escrito, se está desarrollando el sector turístico con pequeños cruceros que surcan el río desde la frontera (Miranda do Douro) hasta el océano Atlántico.    
            El Parque Natural de Arribes del Duero es un caso aparte por tratarse de un espacio natural protegido: la Junta de Castilla y León incorporó este territorio a la red de parques naturales (2002); el gobierno portugués ya viene protegiendo su parte ribereña del Duero desde 1998 bajo el nombre Parque Natural del Duero Internacional. Y con toda razón, pues el territorio (comarca natural sin límites definidos) sustenta una relación económica, cultural y turística entre casi un centenar de  municipios de la zona en aprecio. El Parque Natural de Arribes del Duero posee una geografía a salvo del viento y está más expuesta al sol debido a su menor altitud. En el parque existen dos tipos de climatología: en las depresiones prevalece el clima mediterráneo con suaves temperaturas, mientas en las zonas de penillanura se observa un clima continental propio, de inviernos más fríos. El río Duero y sus afluentes constituyen el elemento común de todo el territorio, extensivo linealmente por 120km: la parte española posee una superficie de 106.105ha, y la portuguesa, 85.150ha; sumados los dos parques dan un total de 191.255ha, constituyendo  la mayor área protegida de Europa. La Junta de Castilla y León, presente en las provincias de Zamora y Salamanca, organiza y coordina todas las actividades de conservación y promoción del parque. Para tal mantiene dos casas donde se puede profundizar sobre la historia, la arquitectura, las tradiciones, los paisajes, la vegetación y sus numerosas especies animales. También existen rutas y lugares turísticos, restaurantes, alojamientos y material informativo. La flora y la fauna de este espacio natural ostentan una gran riqueza y variedad de especies, siendo la orografía y el clima  dos elementos favorables a la existencia de un ecosistema natural de singular y extraordinaria belleza. La flora y la fauna del parque son una síntesis de los climas mediterráneo (predominante en los valles) y continental (de predominio absoluto en la penillanura): existen 200 especies catalogadas de aves, 47 de mamíferos y 21 de reptiles. Esta diversidad animal fue uno de los motivos por los cuales la zona fue declarada parque natural. Entre tantos animales a ser citados por su interés faunístico podemos enumerar la cigüeña negra, el águila real, el buitre leonado, el alimoche, el milano real, el gato montés y hasta el lince ibérico (especie casi extinta) -en los valles más tranquilos y de vegetación mejor conservada, aún podrían existir algunos ejemplares, deducen algunos estudiosos del parque. Como recuerdo de la importancia de Arribes del Duero, podemos citar el almezal de Mieza (bosque), el más extenso de Europa, y el de Cozcurrita => aquí se conserva una subespecie de enebro, única en Europa. Actualmente, son importantes los viñedos con 14 bodegas que elaboran vinos con Denominación de Origen -las vides son el cultivo más importante y extensivo de la zona. Se cultivan también olivos, almendros y naranjos, además de numerosos árboles frutales.    
        En Castilla y León vamos encontrar otros dos Parques Naturales de importancia indiscutible en el paisaje de nuestras tierras de origen:  el Parque  Natural de los Picos de Europa y el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, ambos componen el paisaje original de la Montaña Palentina. Este último debe el nombre a los parajes considerados las nacientes de los ríos Carrión y Pisuerga, respectivamente. Creado por la Ley de Espacios Naturales nº 04/2000 de CyL, este parque posee 78.320ha de superficie, y es considerado ‘un espacio de relativa extensión, notable valor natural y singular calidad biológica, en los que se contabiliza la coexistencia del hombre y sus actividades con el proceso dinámico de la naturaleza, a través de un uso equilibrado y sostenibles de los recursos’. La Junta de Castilla y León así lo califica en su declaración como Parque Natural en su Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, aprobado mediante Decreto 140/1998: ‘espacio de gran valor natural, paisajístico, faunístico y botánico. Posee la masa de sabinas más septentrional de Europa, junto con endemismos de la Cordillera Cantábrica como la Artemisa cantábrica y el Echium cantabricum; y es refugio de una especie emblemática y en peligro de extinción, el oso pardo’. El Parque de Fuentes Carrionas se extiende por el extremo norte de la provincia de Palencia y su área montañosa forma parte de la Codillera Cantábrica, apareciendo dibujada su orogenia por las cuencas de los ríos Carrión (Fuentes Carrionas) y Pisuerga (Fuente del Cobre), con predominancia en la primera de fuertes pendientes con escasa cobertura vegetal, mientras en la segunda (río Pisuerga) las cuestas son más asentadas sobre el relieve bastante menos acentuado. El terreno se caracteriza por la alternancia de pliegos fragmentados por fallas geomorfológicas; sus tipos de rocas son las calizas que permitieron un modelado kárstico hipogeo, igualmente presentes en Prádanos de Ojeda. Hay circos, umbrales, valles, morenas y glaciares del Cuaternario. Se extiende por 10 municipios de la Montaña Palentina y detiene 98 núcleos de población en su interior. Entre los municipios más en destaque están: Carrión de los Condes y más 6 localidades; Cervera de Pisuerga y 24 localidades; y Aguilar de Campoo y más 29 localidades. Aunque en la lista no conste Prádanos de Ojeda y los otros tres pueblos circunvecinos, geógrafos de renombre nacional incluyen localidades que se extienden hasta Herrera de Pisuerga, el ‘portón geológico e histórico de la Montaña Palentina’, precisamente donde se sitúa Prádanos de Ojeda al lado de Nogales de Pisuerga, Becerril del Carpio y Santibáñez de Ecla (nuestros pequeños vecinos también ‘geológicos e históricos’).       
                 Por otro lado, la privilegiada localización del Parque Natural de Fuentes Carrionas/Palencia ha permitido y aún permite admirar y disfrutar de ‘una inmensa riqueza florística. Su vegetación presenta una notable variedad [de especies], resultado de las diversas condiciones climáticas que se conjugan en esta área, disfrutando de un clima continental, con temperaturas medias de 19,5ºC en verano y 3,5ºC en invierno. En consecuencia [aún en nuestros días] encontramos tanto encinares y sabinares albares como hayedos, robledales o abedulares’. Además, quien realmente desea observar bellos paisajes y notables conjuntos florísticos deberá visitar lugares indescriptibles como la Ruta Tejeda de Tosante > ‘un lugar lleno de magia y encanto’, a unos 5km de Cervera de Pisuerga, considerada una de las tejedas (=> lugar de  tejos, árboles coníferos) más notables de Europa occidental, así como el Pinar de Velilla, uno de los pocos pinares naturales de la cordillera Cantábrica, o el Enebral de las Peñas Lampas (sabinar albar). Existen ciertos endemismos localizados normalmente en praderas de alta montaña, sólo encontrados en estos parajes como el Echium cantabricum ya citado. La fauna también es rica y especialísima en animales ‘exóticos’ (casi en extinción y, por eso, difíciles de ser vistos  en los montes) como el oso pardo, el urogallo, el rebeco cantábrico, el lobo ibérico, el lagarto ocelado, la liebre de piornal etc. En nuestra visita no sólo disfrutaremos de plantas y animales ‘exóticos’ como afiancé, sino también de bellos macizos kársticos que dan lugar a importantes cuevas, cavernas y simas de formas únicas existentes en el mundo. Un ejemplo de los más espléndidos es la Cueva del Cobre, donde supuestamente nacería nuestro río Pisuerga, ya que en realidad lo hace en el glaciar Covarrés. Según entendidos, se trata de una de las cavidades más interesantes de España tanto por sus formaciones de ‘marmitas y sifones’ (salas amplias, galerías, meandros y otros hallazgos) como por los espacios naturales de gran valor y belleza circundantes. Además se trata de una zona donde se concentra uno de los mayores y más notables conjuntos de arte románico peninsular, con destaque para las casas blasonadas de Aguilar de Campoo y las antiguas abadías (Lebanza y Colegiata de San Miguel), monasterios (Santa María la Real y Santa María de Mave > cerquita de Prádanos de Ojeda) y otros monumentos del Románico Norte, ej.: ermita de Santa Eulalia, iglesia de San Andrés, etc. Con todo, existen algunas restricciones como medidas de protección, restricciones estas de forma temporaria en relación al acceso y tránsito de visitantes dentro de los límites geográficos afectados por el Plan de Ordenamiento. Se ha restringido asimismo de forma temporal el acceso y tránsito de personas, en varias zonas de reserva y uso limitado con motivo de la cría del oso pardo. Estas restricciones han afectado un poco al uso turístico y recreativo de los visitantes del parque, aunque no a los propietarios de terrenos ni a los titulares de los derechos sobre su uso (aprovechamientos forestales, cinegéticos y ganaderos), llevando en cuenta el desarrollo de las actividades permitidas, según reza el BOCYL (2002).
            El Parque Nacional de los Picos de Europa -no debemos confundirlo con el Parque Regional de los Picos de Europa, espacio natural protegido por Castilla y León (situase al sur)- es el único parque nacional perteneciente a Asturias y Cantabria, y fue el primero a ser declarado Parque Nacional  de España por Real Decreto de Alfonso XIII (1918): inicialmente con 16.925ha, después fue ampliado para 64.660ha (1995). La cota más alta del parque y de la Cordillera Cantábrica está localizada en el Pico de Torrecerredo (2.648m de altitud),  divisoria entre Asturias y León. Un detalle importante: oficialmente, la provincia de Palencia no posee ningún territorio dentro del Parque de los Picos de Europa, pues la superficie total está repartida entre Asturias (24.560ha), León (24.719ha) y Cantabria (13.381ha), pero sus ‘marcas’ geomorfológicas (geología e hidrología),  fisicogeográfica (flora y fauna) y características etnobotánicas (paisajísticas), se dejan sentir en todo su diversificado prolongamiento de recurrencias por todo el suelo palentino. Y más: la Montaña Palentina por definición y pertenencia ‘forma parte de la Cordillera Cantábrica, y se localiza en el borde meridional de la misma, aspecto que le otorga un carácter de espacio de transición entre dos unidades geomorfológicas: las montañas atlánticas y las llanuras de la cuenca sedimentaria del río Duero’, exactamente donde se localiza el Parque Nacional de los Picos de Europa. En realidad, este espacio protegido forma parte de un conjunto interprovincial,  sobre todo en relación a sus aguas y hielo que son los grandes modeladores del paisaje de los Picos de Europa, así como su riqueza de flora y fauna que podrá verse en distintos tipos de bosques leoneses y palentinos.
       Tal vez, lector amigo, no consigas entender, pero el Parque de los Picos de Europa carece de un Plano Rector de Uso y Gestión, y el único aprobado por las provincias interesadas fue suspendido por sentencia del Tribunal Supremo de España. Existe un Plan Director estableciendo que la caza y la pesca son incompatibles con los objetivos de los Parques Nacionales (¡gracias a Dios, alguien pensó en este asunto!). Sin embargo (caso único en Europa), estas actividades están permitidas en el Parque Nacional de los Picos de Europa, gestionado por la Junta de Castilla y León, incluso la caza de lobos. Un absurdo inconcebible: ¿hasta cuando los españoles aprenderemos a respetar nuestra madre, la Naturaleza? En el momento, continúan polémicas las cuestiones de caza y pesca y el uso turístico del Funicular de Bulnes => un servicio de Bulnes y Poncebos, dos pueblos que carecen de acceso por carretera. Afuera estos percances, el Parque de los Picos de Europa cuenta con figuras importantes de protección en defensa de la calidad natural y paisajística del lugar: Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Reserva de la Biosfera por parte de la Unesco (2003). No sé si funcionan a contento, porque tratándose de España todo cuidado es poco. De cualquier forma, el parque (con protección garantizada o no) posee magníficos valles (glaciares) en forma de U, circos (glaciares) excavados en las peñas y lagos (glaciares), cuya actividad se manifiesta aún hoy en día con nieves eternas en las zonas más altas y en los abrigos rocosos. Hace 65 millones de años se produjo un rejuvenecimiento de estos paisajes dando ocasión al surgimiento de ríos y glaciares  que continúan modelando sus montañas. Así, gracias a la erosión de los hielos cuaternarios se formaron desfiladeros, gargantas, simas (abismos) y hoces, las más espectaculares de España, si no del mundo. Cuando visité el pueblecito de Caín/León (¡caramba! oh nombre tosco), en el valle de Valdeón, me impresionaron el desfiladero (la ‘Garganta Divina’) y las paredes abruptas que se elevan desde el fondo del valle. Dentro del parque existen dos macrobioclimas: un templado oceánico y otro submediterráneo, donde encontramos bosques atlánticos (haya, pino, avellano etc) y pequeños bosques mediterráneos (encinares, madroños, sabinares etc). El monte Corona/Valdeón es el único bosque de tilos en Europa. Muchas plantas y flores son endémicas en el parque y existen especies vegetales típicas del clima actual.       
                No obstante toda esa riqueza paisajística, lo que más llama nuestra atención es la maravillosa y sorprendente riqueza faunística de los Picos de Europa: muchos entendidos la clasifican como ‘excepcional’, precisamente porque en este parque natural están representadas todas las especies de animales cantábricas. La singularidad faunística ocurre porque en los Picos de Europa se encuentra el límite meridional de muchas especies europeas y el límite norte de especies mediterráneas. La diversidad del Parque Nacional es tan rica y diversificada que contiene estos números extraordinarios en relación a la península Ibérica: anfibios presentes (82%), reptiles (63%), aves reproductoras en España  con 170 especies catalogadas (72%), mamíferos terrestres (88%). Existen especies emblemáticas y protegidas, tales como el urogallo cantábrico, el quebrantahuesos, el oso pardo, el lobo ibérico, el rebeco cantábrico (animal-símbolo de los Picos de Europa), etc. Y no para por ahí: dentro del parque existen áreas representativas como valles glaciares, bosques de hayedos y robledales, bosques mixtos (encinares y avellanares), prados de fondo de valle, pastizales alpinos, además de lagos, crestas, peñas y picos glaciares. Hay 30 rutas de alta montaña homologadas de Pequeño Recorrido, complementadas por áreas recreativas, como senderismo, mountain bike, esquís de travesía, raquetas, piolets de ascensión etc. No olvidemos el aspecto cultural de este parque único en el Planeta: la presencia de calzadas romanas, reales cañadas de ovejas (trashumantes), viejos e históricos caminos de carreteros mercantes, secretas veredas usadas por maquis y guerrilleros etc, componen un escenario  de absoluta singularidad y cultura sofisticada. Y para completar, sabemos que existe en el Parque de los Picos de Europa centenas de artesanos con talleres variables, además del rico patrimonio cultural que se dibuja en iglesias románicas y barrocas, molinos y batanes, casas blasonadas y torres medievales, romerías, gastronomía especial, juegos de épocas pasadas, etc. En fin, un patrimonio histórico, artístico y etnográfico sin igual en el mundo a tal punto que los cántabros llegaron a pensar de las legiones romanas: ‘antes subirían las olas del mar que las armas de Roma’.     
            Hasta hoy se discute el topónimo Picos de Europa. Hay varias teorías para explicar o tentar entender el por qué de esta toponimia misteriosa: en mis modestas conjeturas pienso que proviene realmente de un hecho histórico bastante plausible, ya que en otras épocas llegó a recibir el nombre compuesto de Picos de Europa y Escandinavia. Los marineros y gente de mar provenientes de cualquier país de Europa occidental, incluso los vikingos de Escandinavia, identificaban Los Picos [nombre cantábrico local de estas cumbres) como el primer indicio o señal de que habían llegado efectivamente al norte de Hispania. Sea como fuere, estas montañas y sus parques naturales están enclavados en tres comunidades autónomas distintas (Asturias, Cantabria y Castilla y León). Y aunque modestos en extensión -unos 20km N/S por 35km E/O, totalizando 700km² (¡?)- son extremamente ricos en cimas y picos todos ellos de bellezas incalculables: por encima de los 2.600m (14), por encima de los 2.500m (40) y por encima de los 2.000m (250). Son números respetables en parámetros ibéricos. Y una curiosidad a más: los tres macizos más importantes están definidos por los ríos que los escoltan y atraviesan en dirección atlántica. Como sugiere un comentarista on-line, cabe destacar igualmente un hecho  interesante: los Urrieles o macizo central constituyen el punto equidistante (80/90km) entre las tres capitales [León, Oviedo y Santander], así como el Pico Tesorero marca el punto geodésico o de encuentro entre las tres provincias citadas. Los Picos de Europa están delimitados por varios ríos: Sella y Dobra (oeste), Cares y Duje (centro) y Deva y Quiviesa (este). En la zona limítrofe entre Cantabria, León y Palencia, si sitúa Liébana/Pernía, una comarca histórica de Cantabria, pero actualmente dividiendo espacio con la Montaña Palentina, al noreste de los Picos de Europa. Es una región bastante extensa (570km²), de difícil acceso y ruralizada, con capital en Potes/Cantabria. Tratase de una zona de montaña cerrada, con relieve escarpado donde se destacan las rocas calizas (pizarras y areniscas) que afectaron los procesos kársticos más abundantes en los fondos de sus cuatro valles (Valdebaró, Cereceda, Cellorigo y Piedrasluengas (en los límites fronterizos Potes/Cervera). Este proceso se prolongó por toda la Montaña Palentina, incluso hasta Prádanos de Ojeda, al sur. Pico y Peña Cortada tuvieron origen en el periodo Carbonífero a través de erosión kárstica > el agua se filtra por las grietas y fisuras de los sustratos calizos: Fuente Fría (lado de Becerril del Carpio) y El Hontañón (lado de Prádanos de Ojeda) son fuentes originarias del mismo proceso kárstico de la Montaña Palentina.
       El Puerto de Piedrasluengas (1.355m de altitud) es un lugar de paso de alta montaña con 48,5km de longitud (15, 3km están en Palencia y 25,5km en Cantabria). Según el diccionario, ‘puerto’ es un ‘paso entre montañas’. Piedrasluengas cruza Ándara > el macizo oriental de los Picos de Europa, uniendo precisamente las dos localidades más importantes de la región: Potes/Cantabria y Cervera de Pisuerga/Palencia, ciudades distanciadas entre sí por tan solos 56km. La ascensión o subida del ‘puerto’ propiamente dicho comienza en Cantamuda, pocos quilómetros después de Cervera  (a 1.005m), y sigue por la carretera CL-627, finalizando en Potes (291m), tras alcanzar la escalada de 1.390m de altitud, en el vértice geodésico (coordenadas de 43º02’45’’ LN y 4º27’05’’ Long O), localizado en la provincia de Palencia, casi en la divisa o límite interprovincial. La parte palentina salva un desnivel de 290m, en tanto que la cántabra ultrapasa los 1.090m. Su recorrido coincide con la calzada romana llamada del Burejo: partía de Pisoraca (Herrera de Pisuerga), atravesaba la Cordillera Cantábrica exactamente por este ‘puerto’ - hasta hoy en día acompaña el valle del río Bullón y sirve de paso natural para vencer las montañas cántabras en dirección al litoral atlántico- y terminaba en Portus Blendium (actual Suances), en la desembocadura del río Saja/Besaya o ría de San Martín de la Arena. Este puerto de mar llegó a ser tan importante que, en el siglo XII, fue atacado por navíos de Santander debido a diferencias mercantiles (alto volumen de pesca de ballenas y comercio marítimo). Estudios contemporáneos afirman ser este el ‘paso’ utilizado por las legiones romanas en las Guerras Cántabras (29/19 aC). El puerto de Piedrasluengas está dentro del Parque Natural de Fuentes Carrionas y dispone de vistas panorámicas de indescriptible belleza. El pueblecito de Piedrasluengas es el poblado más septentrional de la provincia de Palencia. Aquí existe un mirador de madera desde el cual se aprecian lugares emblemáticos para nosotros, descendientes del rey Pallatuo, según la leyenda, fundador, señor y dueño de Palencia: Peña Labra, Pico Tres Mares y todo el valle de Liébana/Pernía. En sus estribaciones aparecen los mejores pastizales de la región, anexos al ‘puerto’ montañés, y los hayedos más conservados de toda Cantabria. En la Edad Media, la merindad menor de Liébana-Pernía > una división administrativa de la corona de Castilla, se extendía casi a partes iguales entre las actuales provincias de Cantabria y Palencia. Antaño no existió la divisoria administrativa creada artificialmente en el siglo XIX: las tierras de un y otro lado formaban una estrecha unidad. En el Becerro de Behetrías de Castilla (1352), esta merindad abarcaba 130 entidades (115 poblados, 15 despoblados, 2 monasterios y 2 barrios, con una extensión de 1.295km², dispersos en pequeños barrios agrupados en consejos, y éstos en valles/municipios de las tres provincias actuales: Cantabria (648km²), Palencia (638km²) y León (9,50km²). En 1502, el Adelantamiento de Castilla se dividió en dos partidos: Burgos y Campos = éste acabó reuniendo las merindades menores de Liébana, Saldaña, Campos, el Infantado, Cerrato y Monzón = Prádanos de Ojeda estuvo unido a esta merindad menor, por lazos históricos, socioeconómicos y jurisdiccionales, hasta 1833.
   

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