La península Ibérica presenta una gran variedad paisajística, con
montañas (abruptas o suaves) y depresiones. Su relieve se caracteriza por altitudes medias de 660m, lo que quiere decir que es
bastante elevado, y hasta podemos afirmar que se trata de tierras
montañosas cuando comparadas con otros países europeos; sólo Austria y
Suiza poseen un relieve más elevado, pero son territorialmente pequeños. En España,
el relieve se articula en torno de una meseta
central > ‘altiplanicie de gran extensión, situada a más de 500m de
altitud sobre el nivel del mar’- nos la define el diccionario; ocupa la mayor
parte de la península Ibérica. Fuera de esa meseta encontramos dos depresiones
importantes: la bacía hidrográfica del río Guadalquibir (suroeste) y la bacía del
río Ebro (noreste). Los sistemas montañosos de España son numerosos y ocupan
casi la mitad de todo el territorio nacional ej.: la cordillera Cantábrica, los
Pirineos, los sistemas Bético, Ibérico y Central, sierra Morena, montes de Toledo… España posee dos
archipiélagos de interés histórico y geográfico (fauna y flora), Baleares y
Canarias, además de pequeños enclaves costeros en el norte de África. La costa
peninsular está bañada por el océano Atlántico y los mares Cantábrico (norte) y Mediterráneo (este/sureste,) con gran
variedad de playas, acantilados y rías. Las costas altas predominan en el
norte, mientras que las costas bajas aparecen al sur [mediterráneo]. Este tipo
de relieve influye en la forma maciza y mal articulada de nuestra península, en las costas poco salientes y de elevadas
altitudes medias. En la geografía española se destaca un cinturón montañoso
peninsular que dificultó el acceso al interior, sobre todo a la Castilla
histórica de nuestros antepasados. En España existen tres tipos de rocas (silíceas,
calizas y arcillosas): unas más duras y resistentes como el granito y la
pizarra; otras de alta solubilidad en forma de paisaje kárstico (en Prádanos de
Ojeda prevalece este paisaje, sobre todo en el monte), muy influenciado por la
erosión del agua; y otras formadas por materiales de carácter sedimentario más
nuevos.
El relieve peninsular de España se
articula, por tanto, alrededor de la meseta central donde se ubican las
comunidades autónomas de Castilla y León, Castilla-La Mancha y la comunidad de
Madrid, además de partes relevantes de Extremadura y Aragón. En la meseta
central distinguimos varias zonas de características singulares: los páramos,
las campiñas y las vegas. Algunos ríos (Duero, Tajo y Guadiana) discurren por
la meseta en dirección oeste, siendo que el sistema Central divide la península
en dos submesetas: norte y sur. La
región norte es ocupada exclusivamente por Castilla y León y tiene una altitud
media de 670m. Al norte se destaca la Cordillera Cantábrica en cuya fimbria se
sitúa nuestro pueblo, Prádanos de Ojeda. La cuenca del Duero y sus afluentes
(entre ellos, el río Pisuerga => ‘columna
vertebral de Palencia y Burgos’) transcurren de este a oeste. Ya la región
sur, con altitudes medias también de 670m, está limitada por sucesivas cadenas
montañosas (sistemas Ibérico y Central, montes de Toledo, sierra Morena), y valles
profundos por donde transcurren los mayores ríos ibéricos: Tajo, Guadiana y Guadalquibir,
separados por los montes de Toledo y la sierra Morena. Entre las principales
cordilleras de la península se destaca la Cantábrica que se extiende de oeste a
este por casi 1.000km, al norte de la meseta castellana, haciendo de límite
entre Castilla y León y las comunidades autónomas cantábricas (Galicia,
Asturias, Cantabria y País Vasco). El mar Cantábrico baña la costa norte
peninsular: en términos generales es rectilínea y se caracteriza por la
abundancia de acantilados, rasas y
marcadas rías, con escasez de playas. La costa gallega es la más articulada de
España con abundantes y extensas rías que penetran 25/35km hacia el interior.
Ya la costa mediterránea es muy extensa y poco articulada: abundan las playas,
muy procuradas por el turismo de verano.
En general, podemos decir que el
accidentado y complejo relieve de España ha influido directamente en su
historia (batallas y guerras aquí libradas). Digamos que hace apenas 150 años
el acceso a muchos puntos de la península Ibérica era complicado y difícil ya
que era preciso superar cordilleras y zonas montañosas. Los antiguos romanos,
los visigodos, los árabes y, posteriormente, los propios cristianos, tuvieron
enormes dificultades para reconquistar su territorio, sobre todo porque las
poblaciones de regiones montañosas conocían bien la orografía del lugar. Tal
vez por este motivo se retrasó la Reconquista: en las zonas llanas, los
castillos se construían en lo alto de los cerros (o ‘cerrillas’) para poder
avistar al enemigo a tiempo y reaccionar ante sus investidas (razias).
Historiadores han comparado la meseta central a un enorme castillo, siendo las cordilleras que la rodean sus mejores
murallas. España y sus regiones nunca fueron fáciles de ser conquistadas,
debido sin duda al relieve montañoso. La geografía española ha sido uno de los
factores por qué España no ha tenido una red de autopistas y ferrocarriles
suficientemente extensa hasta ser superada por la tecnología contemporánea.
Esta falta de medios de transporte supuso un retraso inmenso que no siempre fue
llevado en cuenta al discurrir sobre la revolución industrial española,
considerada tardía. En España, como
decía un autor sin mayores espasmos geográficos, ‘atravesamos llanuras, subimos cerros y montañas, nos movemos por valles
cercanos a los ríos… El paisaje es cambiante [y sinuoso], ello se debe a que España no es un
territorio homogéneo y uniforme. Elevadas altiplanicies como la meseta central,
altas cordilleras como los sistemas Béticos o Pirenaicos, o amplias llanuras
como las de los ríos Guadalquibir y
Ebro, jalonan la geomorfología
peninsular e insular’.
Dentro de la meseta central predominante
se destaca la unidad histórico-geográfica de Castilla y León con 94.226km²,
siendo la mayor comunidad autónoma de toda España y una de las mayores regiones
de Europa. Mayor incluso que muchos países europeos. Está flanqueada orográficamente
hablando por la cordillera Cantábrica, los sistemas Ibérico y Central y el
macizo galaico-leonés en la frontera con Portugal. La comunidad autónoma de Castilla
y León está enclavada en la submeseta norte, con un territorio formado por alta
y extensa altiplanicie con una media de 670m de altitud; es atravesada [de este
a oeste] por el río Duero (897km => 213km
portugueses, 112km fronterizos, y 572km españoles), cuya área de bacía se
estima en casi 100.000km² - exactos 97.299km² (81% en territorio español y 19%
en tierras de Portugal) y 840m³/s de caudal medio. Los geógrafos españoles se
refieren al río Duero como la ‘columna
vertebral de Castilla y León’; es el tercer río más largo de la península
después del Tajo y del Ebro, pero es con mucho el de mayor potencial
hidroeléctrico no sólo de España como de toda Europa occidental. Una bisectriz
casi perfecta divide a Castilla y León en dos partes casi iguales, repartiendo
a ambas orillas una extensa oferta turística de paisajes, arte románico y
gastronomía. Sus márgenes contienen 35% del patrimonio histórico-artístico de
la región castellanoleonesa, además de un centenar de puentes romanos y
altomedievales, edificaciones monásticas o eclesiásticas, castillos y museos en
60 de sus municipios históricos. Entre tantas ciudades, se destacan algunos
enclaves monumentales que recuerdan y enaltecen la importancia del río Duero a
lo largo de la historia: Soria, la
ciudad de los poetas castellanos y cuna de Antonio Machado; Aranda de Duero, lugar de culto a la
gastronomía burgalesa; Peñafiel,
manantial del vino Ribera de Duero y
recuerdo de grandes condes castellanos; Tordesillas,
la ciudad del tratado del Nuevo Mundo; Toro,
la fértil vega celtíbera y vivero de leyes actualizadas de Castilla. En fin,
Zamora la capital del románico y la fortaleza de valores íntimos castellanos. A
final ‘Zamora no se conquistó en una hora’:
en todas las cosas hay que tener mucha
paciencia y discreción, porque si no la mula empaca en el atolladero. Al
recorrer el río Duero, atravesamos espacios naturales creados por la naturaleza
y convertidos en reservas de floras y faunas endémicas. Los Picos de Urbión, en la cordillera
Ibérica, protegen las nacientes de nuestro río histórico y, de modo especial,
los Arribes del Duero > el Parque Natural
de Zamora/Salamanca donde el río se despide de Castilla y León y, entre
cañones de singular belleza, delinea la frontera de los dos países hermanos, en
el corazón del Parque Natural del Duero Internacional.
Los Arribes
del Duero -una zona de depresión o de altitud más baja y otra de
penillanura o de altitud más elevada- constituyen un conjunto geográfico
original provocado por la erosión milenaria de los ríos en estas tierras de desniveles
de hasta 400m de altura. La orogenia alpina del Terciario produjo un progresivo
levantamiento del este peninsular con evidente inclinación hacia el océano
Atlántico, lo que llevó al Duero (y su mayor afluente el Pisuerga, el río de
nuestros abuelos), así como otros ríos peninsulares a abrirse camino en la
penillanura dando lugar a inmensos cañones de paredes, casi verticales, que
conforman los arribes > ‘depresiones geográficas originadas por el
Duero y demás ríos del territorio zamorano/salmantino’. Los habitantes de
Zamora se refieren a los enormes roquedos o gigantescas rocas graníticas
formadoras del encajonamiento de los ríos Duero, Esla y Tormes, como ‘arribanzos’, término superlativo de arribes en territorio español, o ‘arribas’ del lado portugués. Los
grandes desniveles del terreno, el alto caudal del río Duero y los numerosos
afluentes que en él desembocan, hacen del Parque Natural de Arribes del Duero uno
de los puntos de mayor potencial hidroeléctrico de toda la península Ibérica.
Por estos factores de vital importancia para España y Portugal se han
construido numerosas presas y embalses conocidas como Saltos del Duero - de los 15 embalses más importantes, Aldeadávila es el de mayor potencia
(1.143MW). Además, esta singularidad orogénica permite la existencia en estas
tierras de un inusual microclima mediterráneo favorable a la diversidad vegetal
y a un parque o lugar idóneo para refugio de una fauna salvaje única en la
península, especialmente de aves. Su ubicación en zona fronteriza y, por eso
mismo, alejada de los grandes núcleos de población y escasas infraestructuras,
ha provocado la despoblación del territorio de los Arribes del Duero. En realidad, todos esos factores han permitido
la conservación de un amplio patrimonio natural, histórico y cultural, además de numerosas
costumbres y tradiciones de capital importancia en tiempos de hoy. La zona se
ha convertido en un paraíso turístico y de comercio minorista fronterizo. Esta
circunstancia especial favorece la conservación del hábitat natural, el
patrimonio y desarrollo de innúmeras tradiciones socioculturales de grandioso y
suculento impulso económico.
El río Duero, sin cualquier exagero
-atraviesa cinco provincias (Soria, Burgos, Valladolid, Zamora y Salamanca), y
toda su cuenca fluvial de este a oeste- ha moldeado la historia de Castilla y
León, de los parajes naturales, de sus ciudades y pueblos -en Prádanos de
Ojeda, los tres arroyos de antaño vertían sus límpidas aguas en el río Pisuerga
(287,73km), el afluente más importante de toda la cuenca, tanto en desagüe
natural cuanto en historia altomedieval. Incluso, su caudal supera en 80m³/s el
aporte fluvial al propio río Duero, en la confluencia de ambos (Valladolid). No
nos olvidemos que este río condicionó y aún condiciona las tradiciones y
gastronomía castellanas, pues riega las numerosas comarcas vitivinícolas de
Castilla y León. Tres denominaciones de origen ‘beben’ el precioso líquido en
las vegas del Duero: Arribes del Duero
(Zamora y Salamanca) con sus viñas asomadas a las terrazas espléndidas y
escalonadas del río en la emergente comarca vitivinícola de la frontera
hispano-lusa; Ribera de Duero (¡qué
deliciosa bebida: en Herrera, no faltaba en la hora de la comida, en casa de mi
hermana Cristina!) presente en las provincias de Burgos, Soria, Valladolid y
Segovia, tierras de bodegas con personalidad y prestigio nacionales; y D.O Toro -como dice la propaganda, ‘vino fantástico, vino bueno, de alta
calidad, caro, selecto, excelente como ningún otro’- de Valladolid y
Zamora. La ciudad de Toro es la capital de los tintos de la Tierra del Vino. El río Duero es, además
de todo eso, un marco en las actividades de turismo acuático con cruceros ej.:
Euro-parques hispano-lusos de Miranda do Douro/Portugal) y práctica de deportes
en los numerosos embalses, construidos a lo largo de su cauce privilegiado y
maravilloso. Con un detalle importante: desde la desembocadura del río Águeda
hasta la ciudad portuguesa de Oporto, en el océano Atlántico, el río Duero
tiene una pendiente escasísima (0,6m/km), tornándole navegable (hay varias
esclusas), tradicionalmente por pequeñas embarcaciones que transportaban
materiales vitivinícolas del País do
Vinho (‘barcos rabelos’), sustituidos por barcazas de carga, aunque
últimamente, como dejamos escrito, se está desarrollando el sector turístico
con pequeños cruceros que surcan el río desde la frontera (Miranda do Douro)
hasta el océano Atlántico.
El Parque Natural de Arribes del Duero
es un caso aparte por tratarse de un espacio natural protegido: la Junta de
Castilla y León incorporó este territorio a la red de parques naturales (2002);
el gobierno portugués ya viene protegiendo su parte ribereña del Duero desde
1998 bajo el nombre Parque Natural del Duero Internacional. Y con toda razón,
pues el territorio (comarca natural sin límites definidos) sustenta una
relación económica, cultural y turística entre casi un centenar de municipios de la zona en aprecio. El Parque
Natural de Arribes del Duero posee una geografía a salvo del viento y está más
expuesta al sol debido a su menor altitud. En el parque existen dos tipos de
climatología: en las depresiones prevalece el clima mediterráneo con suaves
temperaturas, mientas en las zonas de penillanura se observa un clima
continental propio, de inviernos más fríos. El río Duero y sus afluentes constituyen
el elemento común de todo el territorio, extensivo linealmente por 120km: la
parte española posee una superficie de 106.105ha, y la portuguesa, 85.150ha; sumados
los dos parques dan un total de 191.255ha, constituyendo la mayor área protegida de Europa. La Junta de
Castilla y León, presente en las provincias de Zamora y Salamanca, organiza y
coordina todas las actividades de conservación y promoción del parque. Para tal
mantiene dos casas donde se puede profundizar sobre la historia, la
arquitectura, las tradiciones, los paisajes, la vegetación y sus numerosas
especies animales. También existen rutas y lugares turísticos, restaurantes,
alojamientos y material informativo. La flora y la fauna de este espacio
natural ostentan una gran riqueza y variedad de especies, siendo la orografía y
el clima dos elementos favorables a la
existencia de un ecosistema natural de singular y extraordinaria belleza. La
flora y la fauna del parque son una síntesis de los climas mediterráneo
(predominante en los valles) y continental (de predominio absoluto en la
penillanura): existen 200 especies catalogadas de aves, 47 de mamíferos y 21 de
reptiles. Esta diversidad animal fue uno de los motivos por los cuales la zona fue
declarada parque natural. Entre tantos animales a ser citados por su interés
faunístico podemos enumerar la cigüeña negra, el águila real, el buitre
leonado, el alimoche, el milano real, el gato montés y hasta el lince ibérico (especie casi extinta) -en
los valles más tranquilos y de vegetación mejor conservada, aún podrían existir
algunos ejemplares, deducen algunos estudiosos del parque. Como recuerdo de la
importancia de Arribes del Duero, podemos citar el almezal de Mieza (bosque), el más extenso de Europa, y el de Cozcurrita => aquí se conserva una
subespecie de enebro, única en Europa. Actualmente, son importantes los viñedos
con 14 bodegas que elaboran vinos con Denominación
de Origen -las vides son el cultivo más importante y extensivo de la zona.
Se cultivan también olivos, almendros y naranjos, además de numerosos árboles
frutales.
En Castilla y León vamos
encontrar otros dos Parques Naturales de importancia indiscutible en el paisaje
de nuestras tierras de origen: el Parque
Natural de los Picos de Europa y el
Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente
Cobre, ambos
componen el paisaje original de la Montaña Palentina. Este último debe el
nombre a los parajes considerados las nacientes de los ríos Carrión y Pisuerga,
respectivamente. Creado por la Ley de Espacios Naturales nº 04/2000 de CyL,
este parque posee 78.320ha de superficie, y es considerado ‘un espacio de relativa extensión, notable
valor natural y singular calidad biológica, en los que se contabiliza la
coexistencia del hombre y sus actividades con el proceso dinámico de la
naturaleza, a través de un uso equilibrado y sostenibles de los recursos’.
La Junta de Castilla y León así lo califica en su declaración como Parque
Natural en su Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, aprobado mediante Decreto
140/1998: ‘espacio de gran valor natural,
paisajístico, faunístico y botánico. Posee la masa de sabinas más septentrional
de Europa, junto con endemismos de la Cordillera Cantábrica como la Artemisa
cantábrica y el Echium cantabricum; y es refugio de una especie emblemática y
en peligro de extinción, el oso pardo’. El Parque de Fuentes Carrionas se
extiende por el extremo norte de la provincia de Palencia y su área montañosa
forma parte de la Codillera Cantábrica, apareciendo dibujada su orogenia por
las cuencas de los ríos Carrión (Fuentes
Carrionas) y Pisuerga (Fuente del
Cobre), con predominancia en la primera de fuertes pendientes con escasa
cobertura vegetal, mientras en la segunda (río Pisuerga) las cuestas son más
asentadas sobre el relieve bastante menos acentuado. El terreno se caracteriza
por la alternancia de pliegos fragmentados por fallas geomorfológicas; sus
tipos de rocas son las calizas que permitieron un modelado kárstico hipogeo,
igualmente presentes en Prádanos de Ojeda. Hay circos, umbrales, valles,
morenas y glaciares del Cuaternario. Se extiende por 10 municipios de la
Montaña Palentina y detiene 98 núcleos de población en su interior. Entre los
municipios más en destaque están: Carrión
de los Condes y más 6 localidades; Cervera
de Pisuerga y 24 localidades; y Aguilar
de Campoo y más 29 localidades. Aunque en la lista no conste Prádanos de
Ojeda y los otros tres pueblos circunvecinos, geógrafos de renombre nacional
incluyen localidades que se extienden hasta Herrera de Pisuerga, el ‘portón geológico e histórico de la Montaña
Palentina’, precisamente donde se sitúa Prádanos de Ojeda al lado de
Nogales de Pisuerga, Becerril del Carpio y Santibáñez de Ecla (nuestros
pequeños vecinos también ‘geológicos e históricos’).
Por otro lado, la privilegiada
localización del Parque Natural de Fuentes Carrionas/Palencia ha permitido y
aún permite admirar y disfrutar de ‘una
inmensa riqueza florística. Su vegetación presenta una notable variedad [de
especies], resultado de las diversas
condiciones climáticas que se conjugan en esta área, disfrutando de un clima
continental, con temperaturas medias de 19,5ºC en verano y 3,5ºC en invierno.
En consecuencia [aún en nuestros días]
encontramos tanto encinares y sabinares albares como hayedos, robledales o
abedulares’. Además, quien realmente desea observar bellos paisajes y
notables conjuntos florísticos deberá visitar lugares indescriptibles como la
Ruta Tejeda de Tosante > ‘un lugar
lleno de magia y encanto’, a unos 5km de Cervera de Pisuerga, considerada
una de las tejedas (=> lugar de tejos, árboles coníferos) más notables de
Europa occidental, así como el Pinar de
Velilla, uno de los pocos pinares naturales de la cordillera Cantábrica, o
el Enebral de las Peñas Lampas
(sabinar albar). Existen ciertos endemismos localizados normalmente en praderas
de alta montaña, sólo encontrados en estos parajes como el Echium cantabricum ya citado. La fauna también es rica y
especialísima en animales ‘exóticos’ (casi en extinción y, por eso, difíciles
de ser vistos en los montes) como el oso
pardo, el urogallo, el rebeco cantábrico, el lobo ibérico, el lagarto ocelado,
la liebre de piornal etc. En nuestra visita no sólo disfrutaremos de plantas y
animales ‘exóticos’ como afiancé, sino también de bellos macizos kársticos que
dan lugar a importantes cuevas, cavernas y simas de formas únicas existentes en
el mundo. Un ejemplo de los más espléndidos es la Cueva del Cobre, donde supuestamente nacería nuestro río Pisuerga,
ya que en realidad lo hace en el glaciar Covarrés.
Según entendidos, se trata de una de las cavidades más interesantes de España tanto
por sus formaciones de ‘marmitas y sifones’ (salas amplias, galerías, meandros
y otros hallazgos) como por los espacios naturales de gran valor y belleza
circundantes. Además se trata de una zona donde se concentra uno de los mayores
y más notables conjuntos de arte románico peninsular, con destaque para las
casas blasonadas de Aguilar de Campoo y las antiguas abadías (Lebanza y Colegiata
de San Miguel), monasterios (Santa María la Real y Santa María de Mave >
cerquita de Prádanos de Ojeda) y otros monumentos del Románico Norte, ej.:
ermita de Santa Eulalia, iglesia de San Andrés, etc. Con todo, existen algunas
restricciones como medidas de protección, restricciones estas de forma temporaria
en relación al acceso y tránsito de visitantes dentro de los límites
geográficos afectados por el Plan de Ordenamiento. Se ha restringido asimismo de
forma temporal el acceso y tránsito de personas, en varias zonas de reserva y
uso limitado con motivo de la cría del oso pardo. Estas restricciones han
afectado un poco al uso turístico y recreativo de los visitantes del parque,
aunque no a los propietarios de terrenos ni a los titulares de los derechos
sobre su uso (aprovechamientos forestales, cinegéticos y ganaderos), llevando
en cuenta el desarrollo de las actividades permitidas, según reza el BOCYL
(2002).
El Parque Nacional de los Picos de Europa
-no debemos confundirlo con el Parque
Regional de los Picos de Europa, espacio natural protegido por Castilla y
León (situase al sur)- es el único parque nacional perteneciente a Asturias y
Cantabria, y fue el primero a ser declarado Parque Nacional de España por Real Decreto de Alfonso XIII
(1918): inicialmente con 16.925ha, después fue ampliado para 64.660ha (1995).
La cota más alta del parque y de la Cordillera Cantábrica está localizada en el
Pico de Torrecerredo (2.648m de
altitud), divisoria entre Asturias y
León. Un detalle importante: oficialmente, la provincia de Palencia no posee
ningún territorio dentro del Parque de los Picos de Europa, pues la superficie
total está repartida entre Asturias (24.560ha), León (24.719ha) y Cantabria
(13.381ha), pero sus ‘marcas’ geomorfológicas
(geología e hidrología), fisicogeográfica (flora y fauna) y características
etnobotánicas (paisajísticas), se
dejan sentir en todo su diversificado prolongamiento de recurrencias por todo
el suelo palentino. Y más: la Montaña Palentina por definición y pertenencia ‘forma parte de la Cordillera Cantábrica, y
se localiza en el borde meridional de la misma, aspecto que le otorga un
carácter de espacio de transición entre dos unidades geomorfológicas: las
montañas atlánticas y las llanuras de la cuenca sedimentaria del río Duero’,
exactamente donde se localiza el Parque Nacional de los Picos de Europa. En
realidad, este espacio protegido forma parte de un conjunto interprovincial, sobre todo en relación a sus aguas y hielo
que son los grandes modeladores del paisaje de los Picos de Europa, así como su
riqueza de flora y fauna que podrá verse en distintos tipos de bosques leoneses
y palentinos.
Tal vez, lector amigo, no consigas
entender, pero el Parque de los Picos de Europa carece de un Plano Rector de
Uso y Gestión, y el único aprobado por las provincias interesadas fue
suspendido por sentencia del Tribunal Supremo de España. Existe un Plan
Director estableciendo que la caza y la pesca son incompatibles con los
objetivos de los Parques Nacionales (¡gracias a Dios, alguien pensó en este
asunto!). Sin embargo (caso único en Europa), estas actividades están
permitidas en el Parque Nacional de los Picos de Europa, gestionado por la
Junta de Castilla y León, incluso la caza de lobos. Un absurdo inconcebible: ¿hasta
cuando los españoles aprenderemos a respetar nuestra madre, la Naturaleza? En
el momento, continúan polémicas las cuestiones de caza y pesca y el uso turístico
del Funicular de Bulnes => un servicio de Bulnes y Poncebos, dos pueblos que
carecen de acceso por carretera. Afuera estos percances, el Parque de los Picos
de Europa cuenta con figuras importantes de protección en defensa de la calidad
natural y paisajística del lugar: Zona de
Especial Protección para las Aves (ZEPA), Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Reserva de la Biosfera por parte de la Unesco (2003). No sé si
funcionan a contento, porque tratándose de España todo cuidado es poco. De
cualquier forma, el parque (con protección garantizada o no) posee magníficos valles
(glaciares) en forma de U, circos (glaciares) excavados en las peñas y lagos (glaciares),
cuya actividad se manifiesta aún hoy en día con nieves eternas en las zonas más
altas y en los abrigos rocosos. Hace 65 millones de años se produjo un
rejuvenecimiento de estos paisajes dando ocasión al surgimiento de ríos y
glaciares que continúan modelando sus
montañas. Así, gracias a la erosión de los hielos cuaternarios se formaron
desfiladeros, gargantas, simas (abismos) y hoces, las más espectaculares de
España, si no del mundo. Cuando visité el pueblecito de Caín/León (¡caramba! oh
nombre tosco), en el valle de Valdeón, me impresionaron el desfiladero (la ‘Garganta Divina’) y las paredes abruptas
que se elevan desde el fondo del valle. Dentro del parque existen dos
macrobioclimas: un templado oceánico y otro submediterráneo, donde encontramos
bosques atlánticos (haya, pino, avellano etc) y pequeños bosques mediterráneos
(encinares, madroños, sabinares etc). El monte Corona/Valdeón es el único
bosque de tilos en Europa. Muchas plantas y flores son endémicas en el parque y
existen especies vegetales típicas del clima actual.
No obstante toda esa riqueza
paisajística, lo que más llama nuestra atención es la maravillosa y
sorprendente riqueza faunística de los Picos de Europa: muchos entendidos la
clasifican como ‘excepcional’, precisamente porque en este parque natural están
representadas todas las especies de animales cantábricas. La singularidad
faunística ocurre porque en los Picos de Europa se encuentra el límite
meridional de muchas especies europeas y el límite norte de especies
mediterráneas. La diversidad del Parque Nacional es tan rica y diversificada
que contiene estos números extraordinarios en relación a la península Ibérica:
anfibios presentes (82%), reptiles (63%), aves reproductoras en España con 170 especies catalogadas (72%), mamíferos
terrestres (88%). Existen especies emblemáticas y protegidas, tales como el
urogallo cantábrico, el quebrantahuesos, el oso pardo, el lobo ibérico, el
rebeco cantábrico (animal-símbolo de los Picos de Europa), etc. Y no para por
ahí: dentro del parque existen áreas representativas como valles glaciares,
bosques de hayedos y robledales, bosques mixtos (encinares y avellanares),
prados de fondo de valle, pastizales alpinos, además de lagos, crestas, peñas y
picos glaciares. Hay 30 rutas de alta montaña homologadas de Pequeño Recorrido,
complementadas por áreas recreativas, como senderismo, mountain bike, esquís de travesía, raquetas, piolets de ascensión
etc. No olvidemos el aspecto cultural de este parque único en el Planeta: la
presencia de calzadas romanas, reales cañadas de ovejas (trashumantes), viejos
e históricos caminos de carreteros mercantes, secretas veredas usadas por
maquis y guerrilleros etc, componen un escenario de absoluta singularidad y cultura
sofisticada. Y para completar, sabemos que existe en el Parque de los Picos de
Europa centenas de artesanos con talleres variables, además del rico patrimonio
cultural que se dibuja en iglesias románicas y barrocas, molinos y batanes,
casas blasonadas y torres medievales, romerías, gastronomía especial, juegos de
épocas pasadas, etc. En fin, un patrimonio histórico, artístico y etnográfico
sin igual en el mundo a tal punto que los cántabros llegaron a pensar de las
legiones romanas: ‘antes subirían las
olas del mar que las armas de Roma’.
Hasta hoy se discute el topónimo Picos de Europa. Hay varias teorías para
explicar o tentar entender el por qué de esta toponimia misteriosa: en mis
modestas conjeturas pienso que proviene realmente de un hecho histórico
bastante plausible, ya que en otras épocas llegó a recibir el nombre compuesto
de Picos de Europa y Escandinavia.
Los marineros y gente de mar provenientes de cualquier país de Europa
occidental, incluso los vikingos de Escandinavia, identificaban Los
Picos
[nombre cantábrico local de estas cumbres) como el primer indicio o señal de
que habían llegado efectivamente al norte de Hispania. Sea como fuere, estas
montañas y sus parques naturales están enclavados en tres comunidades autónomas
distintas (Asturias, Cantabria y Castilla y León). Y aunque modestos en
extensión -unos 20km N/S por 35km E/O, totalizando 700km² (¡?)- son
extremamente ricos en cimas y picos todos ellos de bellezas incalculables: por
encima de los 2.600m (14), por encima de los 2.500m (40) y por encima de los
2.000m (250). Son números respetables en parámetros ibéricos. Y una curiosidad
a más: los tres macizos más importantes están definidos por los ríos que los
escoltan y atraviesan en dirección atlántica. Como sugiere un comentarista
on-line, cabe destacar igualmente un hecho
interesante: los Urrieles o
macizo central constituyen el punto equidistante (80/90km) entre las tres
capitales [León, Oviedo y Santander], así como el Pico Tesorero marca el punto geodésico
o de encuentro entre las tres provincias citadas. Los Picos de Europa están
delimitados por varios ríos: Sella y Dobra (oeste), Cares y Duje (centro) y Deva y Quiviesa (este). En la zona limítrofe entre Cantabria, León y
Palencia, si sitúa Liébana/Pernía, una comarca histórica de Cantabria, pero
actualmente dividiendo espacio con la Montaña Palentina, al noreste de los
Picos de Europa. Es una región bastante extensa (570km²), de difícil acceso y
ruralizada, con capital en Potes/Cantabria. Tratase de una zona de montaña
cerrada, con relieve escarpado donde se destacan las rocas calizas (pizarras y
areniscas) que afectaron los procesos kársticos más abundantes en los fondos de
sus cuatro valles (Valdebaró, Cereceda, Cellorigo y Piedrasluengas (en los límites fronterizos Potes/Cervera). Este
proceso se prolongó por toda la Montaña Palentina, incluso hasta Prádanos de
Ojeda, al sur. Pico y Peña Cortada tuvieron origen en el
periodo Carbonífero a través de erosión kárstica > el agua se filtra por las
grietas y fisuras de los sustratos calizos: Fuente
Fría (lado de Becerril del Carpio) y El
Hontañón (lado de Prádanos de Ojeda) son fuentes originarias del mismo proceso
kárstico de la Montaña Palentina.
El Puerto
de Piedrasluengas (1.355m de altitud) es un lugar de paso de alta montaña
con 48,5km de longitud (15, 3km están en Palencia y 25,5km en Cantabria). Según
el diccionario, ‘puerto’ es un ‘paso entre montañas’. Piedrasluengas cruza
Ándara > el macizo oriental de los
Picos de Europa, uniendo precisamente las dos localidades más importantes de la
región: Potes/Cantabria y Cervera de Pisuerga/Palencia, ciudades
distanciadas entre sí por tan solos 56km. La ascensión o subida del ‘puerto’ propiamente dicho comienza en
Cantamuda, pocos quilómetros después de Cervera
(a 1.005m), y sigue por la carretera CL-627, finalizando en Potes
(291m), tras alcanzar la escalada de 1.390m de altitud, en el vértice geodésico
(coordenadas de 43º02’45’’ LN y 4º27’05’’ Long O), localizado en la provincia
de Palencia, casi en la divisa o límite interprovincial. La parte palentina
salva un desnivel de 290m, en tanto que la cántabra ultrapasa los 1.090m. Su
recorrido coincide con la calzada romana
llamada del Burejo: partía de Pisoraca
(Herrera de Pisuerga), atravesaba la Cordillera Cantábrica exactamente por este
‘puerto’ - hasta hoy en día acompaña el valle del río Bullón y sirve de paso
natural para vencer las montañas cántabras en dirección al litoral atlántico- y
terminaba en Portus Blendium (actual Suances),
en la desembocadura del río Saja/Besaya o ría de San Martín de la Arena. Este
puerto de mar llegó a ser tan importante que, en el siglo XII, fue atacado por
navíos de Santander debido a diferencias mercantiles (alto volumen de pesca de
ballenas y comercio marítimo). Estudios contemporáneos afirman ser este el ‘paso’
utilizado por las legiones romanas en las Guerras Cántabras (29/19 aC). El puerto de Piedrasluengas está dentro del
Parque Natural de Fuentes Carrionas y dispone de vistas panorámicas de
indescriptible belleza. El pueblecito de Piedrasluengas es el poblado más septentrional
de la provincia de Palencia. Aquí existe un mirador de madera desde el cual se
aprecian lugares emblemáticos para nosotros, descendientes del rey Pallatuo, según la leyenda, fundador, señor
y dueño de Palencia: Peña Labra, Pico
Tres Mares y todo el valle de
Liébana/Pernía. En sus estribaciones aparecen los mejores pastizales de la
región, anexos al ‘puerto’ montañés, y los hayedos más conservados de toda
Cantabria. En la Edad Media, la merindad menor de Liébana-Pernía > una
división administrativa de la corona de Castilla, se extendía casi a partes
iguales entre las actuales provincias de Cantabria y Palencia. Antaño no
existió la divisoria administrativa creada artificialmente en el siglo XIX: las
tierras de un y otro lado formaban una estrecha unidad. En el Becerro de Behetrías de Castilla (1352),
esta merindad abarcaba 130 entidades (115 poblados, 15 despoblados, 2
monasterios y 2 barrios, con una extensión de 1.295km², dispersos en pequeños
barrios agrupados en consejos, y éstos en
valles/municipios de las tres provincias actuales: Cantabria (648km²),
Palencia (638km²) y León (9,50km²). En 1502, el Adelantamiento de Castilla se
dividió en dos partidos: Burgos y Campos =
éste acabó reuniendo las merindades menores de Liébana, Saldaña, Campos, el
Infantado, Cerrato y Monzón = Prádanos
de Ojeda estuvo unido a esta merindad menor, por lazos históricos,
socioeconómicos y jurisdiccionales, hasta 1833.
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