En España, Urraca fue un nombre egregio durante la Alta Edad Media (siglo
XIII), utilizado por numerosas reinas y otras damas de la realeza peninsular.
Un detalle curioso señala este nombre usado reiteradamente entre las clases
dirigentes, pero de ningún apelo o divulgación popular; tampoco entre las otras
familias reales de Europa. A este respecto se habla de una anécdota cronística:
cuando los embajadores de Luis VIII (1223/26), futuro rey de Francia, llegaron
a la corte del rey Alfonso VIII de Castilla (1155-1214) -el fundador del primer
Studium Generale/Universidad, en
Palencia (1208), y el vencedor de Las
Navas de Tolosa/Jaén (1212)- con la intención de buscar una esposa para su
rey, se quedaron estupefactos ante el nombre de la infanta Urraca, rechazándola de inmediato. En su lugar, escogieron a su
hermana menor, doña Blanca, un nombre
más acorde con la prosodia francesa, y futura madre de san Luis IX (1226-1270).
Este hecho, auténtico o anecdótico, pone en evidencia la importancia del nombre
de Urraca, usado con orgullo por
tantas reinas de tiempos pasados, pero caído en descrédito debido a su
etimología latina furax, con el
significado de ‘inclinado al hurto’,
aplicado literalmente a la urraca (ave), un pájaro con tendencia a llevar a su
nido objetos brillantes. El primer personaje histórico y documentado con este
nombre fue doña Urraca, segunda mujer de Fruela II (874-925), rey de Asturias y
León. Otra curiosidad de esta primera Urraca: era hija del príncipe musulmán
Banu Qasí, wali de Tudela/Navarra (+915). A pesar de todos estos datos
históricos, existe otra etimología más armónica y aceptable: sería un simple hipocorístico
godo-germánico (diminutivo o alteración de un nombre familiar), cuya traducción
cariñosa y coloquial haría alusión a la Virgen María, la Madre de Jesucristo,
con el significado de ‘mujer de mucho valor y coraje’. Un
hipocorístico español típico y muy extendido en la península sería Lola, de Dolores.
Este preliminar y honroso onomástico
-un historiador del cual no recuerdo exactamente el nombre [tal vez sea Jaime
de Salazar y Acha (1947…), director de la Real Academia Matritense de Heráldica
y Genealogía, dice que el término Urraca
derivaría de una palabra vasco-navarra Hurre
> ‘dorada’, o ‘hecha de oro; la terminación ca sería la forma femenina de Hurraco
(masculino)- quiero dedicarlo a todas las Urracas de nuestra historia
castellanoleonesa. Al contrario de la etimología latina aplicable en sentido
literal ‘al pájaro más inteligente entre
los paseriformes’, las reinas de nombre Urraca fueron también muy
inteligentes y perspicaces, doñas distintas
y mujeres muy dignas de sus reinos y, a lo que consta, no robaron nada de sus
súbditos en contraposición a gentes no muy dignas en los días de hoy. Fueron
sin duda verdaderas heroínas y contribuyeron para el devenir histórico de
España, más particularmente de Castilla y León. Un ejemplo corrobora este recuerdo
glorioso: doña Urraca de Zamora, hija primogénita
del primer rey de Castilla, Fernando I (1016-1065). Es conocida la frase ‘Zamora no se toma en una hora’,
atribuida con toda justicia a esta valiente y decidida mujer castellanoleonesa,
al mismo tiempo que paciente y plena de prudencia, virtudes que sus hermanos
Sancho II y Alfonso VI no tuvieron en momento alguno. Después de conquistar uno
a uno los territorios divididos por su padre, Sancho y Alfonso de común acuerdo
enviaron mensajeros a Zamora bajo el comando del legendario Cid Campeador
- fuera madrina de su investidura de caballero
feudal- para que entregara la fortaleza
de Zamora a cambio de una renda vitalicia que le permitiría vivir de acuerdo
con su linaje. Doña Urraca no aceptó: don Sancho entonces montó en cólera y
cercó la ciudad durante 7 meses, un cerco que costó la vida al propio rey don Sancho
debido al despreciable, astuto y traicionero Bellido Dolfos, según comentarios
de un bloguero, ‘discípulo de Satán y capaz de todo con tanto de obtener sus objetivos’
> conseguir los favores amorosos de la infanta doña Urraca por quien estaba
perdido de deseos pecaminosos. El rey don Sancho fue muerto a traición, en
cuanto hacía sus necesidades fisiológicas
atrás de un matorral por esa figura execrable de nuestra historia. El
final del traidor zamorano no podía ser otro: por manos castellanoleonesas, fue
amarrado a cuatro caballos y despedazado en las cuatro direcciones, según los
costumbres de la época. Otra leyenda dice que doña Urraca le permitió huir a
los reinos moros, pues a final con la muerte de don Sancho el cerco no tenía
más sentido. Doña Urraca de Zamora (1033-1101) se recogió a un monasterio
leonés hasta el final de sus días. De ella está escrito: ‘poseía un gran don de gobierno ligado a una profunda honestidad,
prudencia, sabiduría y otras grandes virtudes que la hicieron muy respetada en
los reinos de Castilla y León. Incluso, al final de la Edad Media, se extendió
por todo el reino de León la fama de santidad de doña Urraca, atribuyéndole una
serie de milagros’.
Entretejí estos dichos y hechos históricos
antes de describir a la urraca de nuestros campos de Castilla, más
especialmente de Palencia, donde se la conoce con el nombre de picaza o pigaza. En verdad, tratase de una de
las aves más comunes de Europa hasta los 1.500m de altitud, y un pájaro generalmente
negro y blanco que forma parte de los córvidos
> aves de tronco, patas y pico robustos; y ojos penetrantes de quien
está en constante investigación. Es considerada por todos sus aficionados como un
ave extremamente inteligente. En realidad, los córvidos son los paseriformes de
mayor tamaño y los más evolucionados e inteligentes, de picos fuertes y largos,
al igual que sus patas, de plumaje negro y diseño muy marcado. Anidan en
árboles, acantilados y agujeros, donde construyen el nido con ramas y barro:
ponen entre 6 y 8 huevos incubados
durante 20 días; los polluelos dependen de los padres hasta más o menos un mes,
cuando levantan el vuelo. Por el Real Decreto 172/1998 se la considera ave
cinegética en Castilla y León, junto con otros córvidos ej.: corneja negra,
grajilla etc. Están presentes en cualquier hábitat, excepto en bosques densos y
parajes situados por encima de los 1.500m de altitud, frecuentando más la
proximidad de campos roturados y terrenos degradados por el hombre, aunque no
desdeñan las cercanías de pueblos y ciudades. En las redondeces de las
poblaciones, las urracas almacenan objetos brillantes por los cuales demuestran
una debilidad mórbida especial como se de tesoros se tratase. Son trozos o
pedazos de latas, cristales, vidrios, botellas etc, y hasta gafas y joyas de
valor fueron encontrados en sus grandes nidos. Almacenan también en sitios que
sólo ellas conocen excedentes de alimentos para todo el año, lo que según
opinan los ornitólogos demuestra una inteligencia y comportamiento
diferenciados en relación a los otros animales. Un dato por demás curioso es
reconocerse a sí misma en un espejo, capacidad que hasta ahora sólo se había
observado en delfines y primates como el chimpancé y el orangután.
La urraca de Castilla la Vieja es considerada el pájaro más
inteligente y astuto de la naturaleza. Coincidentemente, su encéfalo tiene el
mismo tamaño relativo que el del hombre y algunos primates como el chimpancé
que comparte 96% del genoma con el de los seres humanos. De cualquier forma, está
probado ‘científicamente’ (!?) su poder de comunicación: cuando se ve amenazada
por predadores tipo azor o gavilán, llama la atención de sus congéneres y les
avisa acerca de la presencia amenazadora del enemigo. En estos casos, se junta
al grupo y revolotea alrededor del depredador increpándole con sus graznidos y no
dejándole actuar como de costumbre en sus ataques mortíferos. Y si descubre un
animal muerto (de gran tamaño), las urracas se agrupan y emiten estrepitosos
graznidos para llamar la atención de buitres, grajos, otros cuervos, alimoches
y demás carroñeros, incentivándoles a que se sacien del cadáver allí presente
para después, ella y sus ‘hermanos’ córvidos, festejar un buen banquete y limpiar lo
que restó sólo para sus congéneres. Con este tipo de comportamiento, la urraca
‘ha conseguido adaptarse, multiplicarse y
aprovecharse de las alteraciones del medio ambiente provocado por el hombre’.
Su expansión y distribución prácticamente sin límites, lo que consigue en gran
parte gracias a su carácter omnívoro > ‘sobrevive
en ambientes muy degradados’. En realidad, una de las causas de su gran
expansión por todo el mundo de debe a la falta de su peor y más característico
enemigo, el azor común (Accipiter
gentilis) > un especialista en cazar otros tipos de aves en ecosistemas
arbóreos que le permitan gran movilidad y capacidad de maniobra ej.: ambientes
con mucha vegetación, pues es capaz de
volar asimismo en ambientes densos; rara vez lo hace en campos abiertos. Además
la urraca, no obstante su inteligencia comprobada, debe enfrentarse al mejor
cazador del bosque, pues el azor persigue a sus presas velozmente entre los
árboles; vuela bajo con gran habilidad. El azor acostumbra cazar al acecho, posado
en una atalaya o lugar privilegiado desde donde localiza sus posibles presas
sin ser visto: desde abajo si el ave está en vuelo, y a ras del suelo si la
presa está en tierra. Las urracas se defienden como pueden del azor
revoloteando en torno de él con graznidos aterrorizantes. Actualmente, la
urraca está con suerte, porque los azores están listados en la categoría
amenazada en España, aunque la UINC global le considera en preocupación menor
(LC).
Las urracas (Pica pica) se destacan por su cuerpo blanco y negro irisdicente (reflejos coloridos), que
terminan en una larga cola de color azul o verde metálico; miden en torno de
0,45cm de longitud con una envergadura de 0,60cm. Es un pájaro inconfundible y
fácil de ser reconocido entre otras aves, exactamente por sus colores bien
distribuidos: cabeza, pico, cola y patas son negros; pecho y gran parte de las
alas son blancos (foto). Los ojos son pequeños y vivos; el pico es recto y
robusto. Una característica que la identifica entre los otros córvidos es su
larga cola escalonada y las alas cortas y redondeadas tipo rabilargo > un pequeño córvido muy inquieto y agresivo frente a
sus depredadores y extremamente parecido con la urraca. Su dimorfismo sexual es
mínimo, aunque los machos sean más corpulentos; la voz es aquel matraqueo
áspero, monótono y estridente tcha-tcha-tcha.
Esta distribuida por toda Europa, Asia y África. En la América del Norte existe
una especie muy parecida, sólo muda su pico amarillo, que de ordinario no
presenta adaptación específica para cualquier tipo de comida, pero es fuerte y
recto. En verdad, la urraca es omnívora, pues come todo tipo de comida. Con
bastante frecuencia se la ve en los bordes de caminos y carreteras, andando a
pequeños saltos, procurando granos, restos de comida o cualquier cosa que tenga
aspecto de alimento con el cual pueda matar el hambre. Sin embargo, su
especialidad son los insectos y restos de cereales (trigo, cebada, centeno
etc), y no desdeña carroña, polluelos, huevos… La reproducción ocurre en
primavera, de 4 a 7 huevos, incubados en 20 días. Los polluelos dependen
totalmente de los padres hasta por lo menos un menos, cuando entonces empiezan
a volar. Los cazadores la consideran ave perniciosa para sus intereses
cinegéticos por ser depredadora de otras especies muy procuradas por esa clase
de gente desalmada
La urraca es un ave bastante popular en
el mundo entero. En España es considerada ave de mal agüero y sobre ella recaen
muchas supersticiones: los expertos en asuntos exotéricos la consideran muy
parecida a gatos negros, cornejas y
cuervos, animales asociados a las brujas. En la Edad Media se creía que este
tipo de gente poseía la facultad de convertirse en uno de aquellos animales
para realizar toda suerte de maleficios y, por eso, habrían sido perseguidos y
quemados en las hogueras públicas altomedievales. En leyendas populares de los
diversos folclores europeos (alemán, francés, italiano, inglés etc) existe una
firme y persistente creencia de que las urracas sienten verdadera obsesión en
recoger objetos brillantes, especialmente los preciosos o dorados. El
compositor erudito italiano, Gioachino
Antonio Rossini (1792-1868) colocó esta vieja creencia como argumento de su
célebre ópera La gazza ladra, y de
uno de los más famosos episodios en las aventuras de Rintintín - Las joyas de Castafiore. En Valencia/España, se cree que la urraca (aquí se la
llama de blanca) esconde los objetos
brillantes y, por esta circunstancia se aplica vulgarmente a las personas
avarientas y a todos aquellos que tienen afán excesivo de poseer y guardar
riquezas por el solo placer de tenerlas. De ahí aquel dicho regional: ‘pareces una urraca que todo lo esconde y
guarda’. La urraca también está asociada a las personas parlanchinas o
chismosas, o a aquellas que hablan mucho
y con indiscreción. En el Alto Aragón/España, a las urracas se las llama de garzas > aves zancudas, de gran
tamaño y plumaje colorido, de cabeza pequeña y moño largo: vive en las riberas
de lagos y pantanos. Los aragoneses usan este nombre para enaltecer y piropear
a las mujeres vistosas y de buen garbo y salero. Lo curioso en este caso, es el
hecho de primar por la belleza del plumaje, en tanto que en los demás
lugares de España se la considera un
animal peligroso y maligno debido a su comportamiento ‘escandaloso’ y
carroñero. En Cataluña, se usa a la urraca en aquel dicho popular equivalente
al popular ‘me dieron gato por liebre’.
Entre los catalanes se dice ‘me dieron
urraca por perdiz’, con el mismo significado, o sea, se dice cuando se
tienta engañar a otra persona dándole alguna cosa de inferior calidad a la que
sería de esperar. En Inglaterra, existe
aquella leyenda de maldición: cuando Jesucristo estaba agonizando en la cruz
todos los pájaros del mundo acudieron a consolarle y le quitaron uno a uno
todos los espinos, menos la urraca. De ahí la maldición eterna que recayó sobre
este pobre animal. En Escocia e islas Británicas, la urraca es considerada ave
de la mala suerte: si por acaso ella se posa en la ventana de una vivienda, es
anuncio de muerte inminente en aquella casa.
El hábitat de la urraca es ‘universal’, exceptuándose los bosques densos
y parajes situados a más de 1.500m de altitud. Por lo general, prefiere los
campos roturados o lugares degradados por el hombre (caminos, carreteras,
basureros, alrededores de pueblos y ciudades de pequeño porte donde haya
sembrados de cualquier especie). Procura las poblaciones humanas y, de ahí
deriva su adaptabilidad a las alteraciones del medio ambiente provocadas por
las infraestructuras y abertura de carreteras en los páramos. Y por ser de
distribución ‘universal’ se cuentan cosas curiosas de esta ave singular: en la
primavera, antes de la reproducción, charla durante horas enteras, y rellena su
tiempo de ocio saqueando los nidos de los pájaros más frágiles. Con frecuencia
también ataca a los adultos a los cuales se junta para conseguir alimento:
entonces se lanza sobre ellos de sorpresa y sopetón; cualquier descuido,
incluso de aves más poderosas que ella, es fatal: les quita en un abrir y
cerrar de ojos la comida. Es inteligente, astuta y extremamente atrevida. No
encuentra semejanza en el mundo de las aves. El emparejamiento es precedido de una
especie de ‘charla’ o conversación, que puede durar horas y horas en que
parecen unidos, macho y hembra. Pero antes de emparejarse, las urracas
(machos/hembras) celebran el noviazgo con ‘fiestas’ que por lo general terminan
en matrimonio duradero (‘por toda la vida’).
Las urracas de que yo me acuerdo nidificaban en las ramas más altas de
los árboles, aunque también lo hacían en matorrales densos o espesos,
utilizando barro o arcilla en las que entrelazan ramitas verdes y finas.
Curiosamente, los nidos de urraca poseen una techumbre que construyen con
raíces de plantas y pelos de animales encontrados en el suelo o simplemente
arrancan de las ovejas, cabras, ciervos o venados etc. que caigan en sus garras
afiladas y sin consideraciones. Su nido, por estas ‘cualidades’ extraordinarias
podría considerarse de lujo y bastante sofisticado, libre de las inclemencias
del tiempo y de sus numerosos enemigos y predadores. Las urracas ponen entre 6
y 8 huevos moteados que incuba ella sola. El macho apenas es amable durante la
incubación, y ambos ‘dialogan’ o hablan cariñosamente a lo largo de 18/20 días
cuando nacen los polluelos (muy pequeños) y sin plumaje, pero tremendamente
espabilados en busca de comida que piden a los padres (insectos): estiran el
cuello y abren la boca cuanto pueden al mismo tiempo en que pían sin parar.
Pasada la semana ya pesan 50gr y les empiezan a salir las plumas. Antes del mes
ya tientan volar y planear por las redondeces. En la fase de incubación ocurre
un hecho extremamente curioso: en el nido de las urracas aparecen uno o varios
huevos extraños puestos allí por un ave muy parecida al picapinos de nuestros
bosques o ‘montes’.
Tratase del críalo/hembra (Clamator glandarius) que suele poner sus huevos en nidos de
urracas, cornejas, rabilargos y otros córvidos. Aprovecha la ausencia de la hembra
que sale con el macho en busca de juerga. Pero no siempre consigue hacerlo a
contento porque las urracas no les permiten posar en su nido, y otras veces los
destrozan o simplemente se los comen, pues tienen la capacidad innata de
distinguirlos de los suyos propios. Sin embargo, como el pollito del críalo
nace antes y son también más grandes y espabilados, las
urracas les dan de comer y acaban
olvidándose de sus propios hijos.
Curiosamente, los padres adoptivos (las urracas) prosiguen alimentándoles después
que salen del nido hasta que un buen día escuchan los gritos de un críalo
adulto a quien siguen de inmediato. Durante el verano, los críalos se reúnen y
luego, luego, toman el rumbo de África donde pasarán el invierno. Un detalle:
siempre que consigan evitar a sus peores enemigos o depredadores (zorros, gatos
monteses, turones y, sobre todo, su mayor enemigo el azor), la familia de las
diferentes urracas busca alimento por toda parte. A veces se junta a otras
familias de urracas si existe comida abundante ejs.: un burro, una oveja, un
ciervo (muertos) etc. que aparezcan en su camino, las urracas se acercan y
lanzan gritos estridentes con el objetivo de atraer grajos o buitres que poseen
picos y garras más fuertes para taladrar la piel de los animales muertos. Sólo
después las urracas empiezan el banquete…
Una vez dispuesto el banquete, después
de la acción saludable de buitres (alimoches, cuervos o milanos), lobos,
jabalíes y hasta perros, las urracas deciden dar proseguimiento a sus esquistos
manjares de hecho, porque si no fuera por aquellos animales, nuestro córvido
más inteligente y astuto no podría alimentarse de la carroña restante. En este
sentido, las urracas son benéficas en los muladares o basureros de nuestros
pueblos, aunque ciertamente de hambre ellas no mueren, dado que comen de todo lo
que aparece, sean animales vivos (insectos o mosquitos, lombrices, ranas,
lagartijas, larvas etc), sean huevos de nidos, pollitos de otras aves,
semillas, frutos, restos de comidas urbanas, sean también dulces, salados,
carnes diversas, pescados, pasta… En fin, sea cualquier cosa que sirva de
alimento, y como es costumbre decir en legítimo español ‘sea lo que sea’ =
todo sirve de delicioso banquete para este córvido que, en opinión de sus
estudiosos, es ‘un animal precioso con un
plumaje en que se juntan diversos colores, el blanco con el negro, el azul y el
verde irisados… En verdad, una auténtica maravilla de la naturaleza que no
sabemos apreciar suficientemente por verla a diario, ya que se las ve por todas
las partes’. Por lo general, el hombre es su enemigo declarado, aunque
contradictoriamente busque su proximidad y compañía, ya que en tales circunstancias
significará para ellas comida abundante y fácil. En realidad esta proximidad es
considerada ‘distante’ porque existen personas que las alimentan, las salvan de
sus depredadores y las adoptan como mascotas. Pero también hay personas que las
matan por placer o superstición, o simplemente las envenenan con huevos cocidos
en los que colocan estricnina > alcaloide de sabor amargo, poco soluble y
venenoso, extraído de la nuez vómica y utilizado como pesticida. Lo hacen
erróneamente, por pensar que las urracas se comen los huevos y pollitos de perdices/codornices.
Con certeza, esto puede ocurrir de hecho, pero jamás a punto de poner en
peligro ese tipo de caza. Además, las urracas ejecutan un trabajo de limpieza
orgánica cuando deciden comer toda especie de animales muertos. Y eso sin
llevar en cuenta la enorme cantidad de insectos y mosquitos que consumen a lo
largo de cada estación anual, sobre todo de alimañas perjudiciales al hombre.
Leí que si se las enseña desde pequeñitas aprenden diversos sonidos, incluso
imitan la voz humana como si de loros o papagayos se tratase. Perviven entre
10/15 años cuando en cautividad y son bien tratadas, aunque como aves
silvestres prefieran la libertad de los bosques abiertos y los campos de
roturo. En Prádanos, yo aún un niño de 5/6 años de edad me quedaba absorto
viendo a las urracas (siempre en bando) hociqueando en un muladar existente en
las afueras del pueblo, un poco distante de la Fuente Palacios.
Y para terminar, quiero resumir la mejor
identificación que encontré en mi pesquisa de rutina: las urracas están
distribuidas por toda España, en apreciable cantidad, colonizando incluso zonas
en las que no hace mucho tiempo atrás era totalmente desconocida. Aunque
debemos llevar en cuenta que los nidos de las urracas son parasitizados por el
llamado críalo europeo. Sus
costumbres alimenticias hacen de las urracas aves extremamente impopulares
entre los cazadores y por este motivo son altamente perseguidas en áreas
cinegéticas de Castilla y León. Infelizmente, son personas insensibles y
desconocedoras de la cadena alimentaria. Las urracas ‘roban’ los nidos de otras
aves incluyendo perdices/codornices tanto los huevos como los jóvenes: esto
contraría terriblemente a los cazadores de media pataca, como decimos en el
Brasil. Las urracas normalmente viven solitarias o en parejas (macho/hembra, ‘por
toda la vida’), aunque en la primavera puedan verse decenas o centenas de
urracas en grupos ceremoniales con objetivos aún por desvendar. De cualquier
forma, gritan, saltan de rama en rama y se persiguen unas a otras como en
juegos de ‘niños’, a pillarse en torno del arbolado. El tan decantado instinto de almacenar objetos brillantes
(> común a todos los córvidos) está más desarrollada en las urracas (¡nadie
hasta hoy, sabe decir por qué lo hacen!), pues suelen ocultar no sólo el
alimento sobrante -nadie, absolutamente nadie lo hace, afuera el ser humano-,
sino también cualquier objeto o cosa brillante o coloreados que llame su
atención. En fin, las urracas parecen ser las aves más inteligentes y astutas
de toda la Naturaleza. Sobre todo, tienen un gran poder de comunicación con sus
congéneres. Y como remate de este estudio, diré que las urracas son capaces de
diferenciar individualmente a personas con las cuales se relaciona. Las
urracas, a pesar de ser consideradas ‘aves de mal agüero’, en realidad son aves misteriosas y de de
grandes recursos ‘humanos’.
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