terça-feira, 27 de novembro de 2012

Usos y costumbres de mi pueblo – los juegos (3A)

        
            Retorno a entablar con mis caros lectores un posible diálogo cuando se trata de discurrir sobre ‘usos y costumbre’ de nuestro pueblo. Pido disculpas por este pequeño intervalo. Por otro lado, me fue necesario hacerlo para llevar a cabo un deseo largamente acariciado: visitar mis parientes de España después de 14 años de ausencia, no querida ni consentida, pero real. De todas las formas, retorno a mis pasatiempos diarios: recordar y estudiar algunos ‘usos y costumbres’ de mi pueblo en relación a los juegos infantiles y de adultos, más populares y tradicionales entre las gentes de cualquier poblado de la Ojeda. Especialmente de Prádanos, mi tierra natal.

           Y retomo este apartado con una frase feliz de un comentarista que encontré por ahí, no recuerdo si fue en un libro que trataba sobre el asunto. Si la memoria no me engaña decía algo así: antes de que existiesen la TV, el asfalto, el tráfico de carreteras y las videoconsolas, nuestros niños y hasta las personas mayores jugaban en las plazas y calles de nuestros pueblos a un innumerable conjunto de juegos tradicionales. ¡Es la más pura verdad! Estaa frase resume de modo cabal el juicio que hago a respecto de los usos y costumbres de Prádanos de Ojeda, cuando paso a comentar alguna cosa sobre los juegos infantiles de antaño. Incluso, sobre los juegos de adultos que aún sobreviven aquí y allí, en la comarca de Boedo/Ojeda. Una prima mía de Villanuño de Valdavia (Palencia), forma parte del equipo de mujeres que juegan [¡aún en nuestros días!] a los bolos. La mayoría de los equipos era de gente adulta, bastante pasada de años, pero con la firme esperanza de competir con otros pueblos. El campeonato se realizó en Herrera de Pisuerga (2012). Pero los espectadores, de hecho, no eran muchos…
          En realidad, los dos adjetivos > tradicionales e infantiles, suelen acompañar toda y  cualquier explanación retórica sobre juegos [individuales o colectivos], por más anticuada que ella pueda parecer. Por eso, la mejor traducción de estas dos palabras es la siguiente: por juegos tradicionales entendemos todos aquellos que se realizan al aire libre, con la exposición del cuerpo por parte de los competidores, o con recursos fácilmente encontrados en la calle o en la naturaleza ej.: piedras, huesos, ramos, flores, mimbres etc. O también aquellos que utilizan objetos domésticos o caseros, como cuerdas, hilos, botones, papeles, tablas etc. O simplemente, todos aquellos juegos que emplean y usan juguetes de origen desconocido, inmemorial o muy antiguo ej.: muñecas, canicas, pelotas, peonzas, dados etc. Ya por juegos infantiles, como dice el propio nombre, entendemos todos aquellos que son o fueron practicados por niños (as) tanto en plazas y calles como en escuelas, clubes, asociaciones etc. Por otro lado, existen juegos tradicionales que los propios niños (as) construyen con materiales disponibles en sus lugares de origen ej.: caballitos de palo, herramientas o armas simuladas, aviones o barcos de papel, etc.  Sin olvidar que existen igualmente juegos de mesa y/o de cartas, en gran profusión ej.: el parchís, la oca, las damas, el ajedrez, los barquitos etc. Los juegos de cartas de modo especial, además de universales, son tan variados que sería imposible encuadrarlos en un simple comentario…
          Hay juegos tradicionales [e infantiles], dichos individuales y/o colectivos, siendo más común la interacción entre dos o más niños (as) que juegan a cualquier cosa, pero sujetos a reglitas sencillas y de fácil interpretación. Hoy se habla hasta en cultura infantil callejera porque la inmensa mayoría de los juegos implica actividades físicas que se realizan en plazas y calles, al aire libre, o en patios de colegios y escuelas ej.: juegos que obligan a los niños (as) a saltar, a correr, a caminar, a esconderse etc. Muchos de esos juegos ocurren en las escuelas bajo la supervisión de maestros, o de los propios padres desde la más tierna edad de sus hijos. Mi sobrino José Miguel trabaja en una empresa que se dedica a montar parques infantiles, ya prontos y diseñados para niños (as) ej.: columpios, balancines, toboganes etc., cuja legislación obliga a cumplir determinadas normas de seguridad, incluso llevando en consideración las edades de los niños o adolescentes.
          Como todos los juegos de que tenemos noticia, los juegos tanto de adultos como de niños (as) poseen algún grado de complejidad, observación, competitividad, colaboración o toma de decisiones. Aunque son considerados juegos ‘infantiles’, todos ellos exigen un análisis que no tiene nada de trivial o menor. Cualquier tipo de juego – muchos siguen la tradición y se juegan como antiguamente – forma parte del folclore de cada país, provincia o localidad; casi todos tienen un origen remoto o desconocido. Los juegos infantiles son considerados formas de una cultura popular característica de determinada región o pueblo. Hay gente entendida que no consigue diferenciar juegos populares y juegos tradicionales. En tratados específicos se habla  en deportes populares, tradicionales, autóctonos o vernáculos, rurales… Los juegos vernáculos, por ejemplo, son propios de determinada área geográfica, muy antiguos o de tiempos inmemorables ej.: muñecas, peonzas, pelotas, canicas, etc. En muchos lugares, esos juegos ya se encuentran reglamentados y con objetivos direccionados: diversión, educativos, deportes o actividades extraescolares, entre muchos otros.
          Examinando los juegos propios de mi tiempo, y de los cuales tengo noticia, yo los encuadraría en cuatro o cinco categorías a fin de darles una pequeña organización didáctica. Tal vez así, un lector más curioso, también podrá recordarlos en su memoria un tanto cuanto lejana. En general, los juegos de los cuales me recuerdo, yo los clasificaría en cinco categorías:
1ª -  juegos de niños (as) realizados con objetos caseros y encontrados en cualquier lugar ej.: combas, sogas, cuerdas, sacos, pañuelos, trompos, canicas, cometas, etc.
2ª – juegos de niños (as) que exigen alguna actividad física o expresión corporal ej.: papel y tijeras, pares o nones, el marro, mediamanga, echar pulsos, juego de películas u otros asuntos con base en  pistas ‘mudas’ etc.
3ª – juegos de niños (as) con persecución como escondite, gato y ratón, guardia y ladrón, etc.
4ª – juegos de niños (as) que usan las palabras – se los denomina juegos de palabras – como medio de medir la inteligencia o perspicacia de los competidores, ej.: adivinanzas, charadas, retahílas, veo veo, telegramas, etc.
5ª – los juegos infantiles que pasan de padres a hijos, de generación en generación. Casi todos ellos están ligados a la historia, cultura y tradiciones de un país o pueblo. Existen juegos ligados a la zona geográfica, a las costumbres y clases trabajadoras ej.: pelota vasca, barra española, juegos de pastores o de soldados etc. Existen otros juegos tradicionales que pasaron a ser deportes oficiales, organizados por clubes, asociaciones, federaciones etc. Hay campeonatos oficiales y competiciones más o menos regladas. Sirvan de ejemplos los bolos (hombres y mujeres), la rana, la petanca, el chito etc.
          Personalmente, después de haber pensado bastante sobre el asunto, me parece más lógico diferenciar estas tres categorías de juegos más en evidencia -  tradicionales, populares y vernáculos:
1º - juegos tradicionales son aquellos que son transmitidos de generación en generación, de padres a hijos, de hermanos mayores a menores, independientemente del lugar en donde son practicados. Por eso se dice que pasan de un pueblo a otro, pudiendo evolucionar o ser  modificados a través de rasgos peculiares de cada cultura o región ej.: la comba, el burro, la gallina ciega, cara o cruz, tira soga, el pino, las chinas etc.
2º - juegos populares son  aquellos que están muy arraigados en la sociedad pueblerina, son difundidos entre diferentes pueblos y ligados a conmemoraciones folclóricas, tales como el bote,  los cromos, las chapas, las sillas, las cuatro esquinas, las estatuas, el yo-yó, el trompo, el escondite, los pies quietos, la goma elástica, el corro de la patata, y muchos otros.
3º - juegos vernáculos o autóctonos son aquellos que ocurren en determinada  zona geográfica (País Vasco, Extremadura, Andalucía, Castilla y León etc). Como es costumbre decir, los juegos populares se tornaron durante centenas de años la mejor escuela de educación física, de relaciones sociales y de aprendizaje, para millones de personas en el mundo entero. De ahí decirse también que los juegos son, en general, un patrimonio común de la humanidad y que debemos dar a conocer a las generaciones venideras. Sus actividades físicas forman parte de nuestra cultura. Sin duda, los juegos tradicionales son patrimonio de la humanidad, siendo nuestros hijos o alumnos los herederos legítimos de esa riqueza patrimonial. Encontré dos frases de autores famosos sobre los juegos y sus competidores infantiles. Una es de Friedrich Nietzsche [filósofo, poeta, músico y filólogo alemán (1844-1900)]: la madurez significa recuperar la seriedad que uno tuvo en su infancia mientras jugaba. La otra es de Arturo Graf [escritor y poeta italiano (1848-19130]: desgraciado el hombre en el que no queda nada de niño. Y esta otra que nuestro maestro de enseñanza repetía muchas veces: la personalidad de un individuo desabrocha y se manifiesta en la comida y en los juegos.  Por estas frases vemos la importancia dada a los juegos infantiles.
          Después de estos preámbulos, absolutamente necesarios para entender nuestros mejores y más curiosos juegos de niños, tentaré relatar todos aquellos pasatiempos que  se realizaban en mi época, en Prádanos de Ojeda, y en otros pueblos circunvecinos. Tentaré resumir su  descripción para no alargarme en cada juego. Empezaré por el más tradicional y popular de todos:
1 -    jugar a las canicas:

es el juego infantil por excelencia. No existe niño en el mundo que no juegue o haya jugado a las canicas. Conforme las diferentes culturas, recibe nombres variados y presenta características diversas. En general, es un juego de gran simplicidad así como el material requerido: algunas bolas pequeñas > canicas, que pueden ser metálicas, de cerámica, vidrio, plástico o mármol. Los jugadores tienen reglas, objetivos y grados de dificultad propios. Existe una variedad enorme de modalidades, pero todas ellas exigen puntería y precisión. El objetivo es acertar el blanco pretendido, lanzando su canica con el dedo pulgar a través de un impulso preciso y certero.
             Existen cinco modalidades más puntuales entre tantas variantes observadas: 
            *el bombardero > se traza en el suelo/lugar escogido un círculo de unos 30cm; los jugadores colocan igual número de canicas (> 2, 3 o 4). Se saca la suerte con piedras, palitos o pajas para dar la salida. Objetivo de esta variante: bombardear las canicas que se encuentran en el círculo; gana quien más canicas coloca para fuera del trazado. El juego termina cuando el círculo se queda vacío;
           *el triángulo > en esta variante se traza un triángulo a unos 10m de distancia, y cada jugador lanza su canica para colocarla lo más próximo posible del objetivo. De esta manera se establece el orden de salida para cada jugador que deberá esperar su vez. En seguida, cada uno a su turno tentará realizar un tiro de precisión para sacar las canicas depositadas en el triángulo. Caso las saque serán suyas, pero si la canica se quedar dentro del triángulo dará su vez a otro jugador. Y así por delante. El juego termina cuando no hay más canicas para jugar, sea porque las perdieron para el oponente, sea porque no existen más canicas dentro del trazado;
           *el círculo > en esta otra variante se trazan  dos círculos: uno para los jugadores y otro para las canicas depositadas en partes iguales. Cada jugador, por turnos, tienta sacar las canicas de los oponentes. Consiguiéndolo, las hace suyas. Los más experimentados siguen acertando las canicas del círculo con la misma canica, en general más pesada y por eso ocasionando un golpe más fuerte. Y lo hace desde el punto en que se quedó la canica en cuestión. Por lo general, los jugadores  prefieren asignar una tirada por jugador;
         *el túnel > a una distancia convencional se marca un agujero o túnel. Se establecen el tiempo, las tiradas y el número de canicas por jugador. Pueden ser uno o más agujeros o túneles a ser confeccionados con diferentes materiales. Sirve una caja de zapatos o latas de cualquier tipo; todo depende del ingenio de los jugadores que pueden estipular hasta la graduación/tamaño de diversos agujeros. Esta variante es más sofisticada: en Prádanos, en mi tiempo de niño, nunca la observé;
          *el gua > pequeño hoyo abierto en el suelo con 3 x 8cm. A una distancia de 3/4m, los jugadores trazan una raya. Después, uno por uno, desde el gua lanzan sus canicas (> mayores que las convencionales, de cristal o de hierro). Quien consigue colocar su canica más próxima de la raya da la salida, sale por primero. Y así los demás hasta el último colocado. En seguida, el primero lanza su canica en dirección al gua; los otros lo hacen también, pero a una cierta distancia para no ser cogidos por el primer oponente.  La técnica más tradicional es esta: con  el dedo meñique de la mano izquierda, puesto exactamente en el lugar donde se quedó la canica, se apoya el dedo gordo en la muñeca de la mano derecha (entre la uña del dedo pulgar y la yema del dedo índice), se sujeta la canica y con el pulgar se la dispara con la mayor habilidad posible. Objetivo: golpear las bolas de los otros jugadores. Cuando se acierta por tres veces consecutivas – en este caso se hace matute > se tienta colocar la canica en el gua. Si lo consigue, gana  la canica del oponente, pero no será aquella y si otra retirada del bolso, por lo general de peor calidad. Este puede ser eliminado o simplemente coloca otra canica a distancia. Y el juego continúa. Sin embargo, si el primer jugador no acierta la canica del oponente, deja la canica en aquel mismo lugar, pues marró (> falló), dando la vez al segundo y así hasta terminar con todas las canicas y un solo jugador. A veces, en lugar de canicas se jugaban algunos céntimos. Yo nunca lo hice porque ni céntimos tenía…
         Este juego se realiza también con bolas, piedras, vidrios, metales etc. Ocurrían muchas riñas y se acusaban unos a los otros de ‘meter o hacer manga’, esto es, alargar la mano más de lo debido para ganar distancia, cosa terminantemente prohibida. Las canicas o bolas eran conseguidas, en mi tiempo, de mil y una maneras: compradas, ganadas en el juego o sólo Dios sabe como fueron parar en sus manos, pues las retiraban de cojinetes viejos o de otros objetos aún servibles, como botellas…

2 -  jugar al cirio


este juego podía ser individual o en grupo. Era muy interesante: yo y  otro niño nos divertíamos mucho, pero de vez en cuando quebrábamos los cristales de alguna vecina. Consistía en hacer punta (por los dos lados) a un palo de chopo de unos 10cm de largura como acontece con los lapiceros – se le llamaba cirio. Con otro palo o vara de tamaño mayor (tal vez unos 70/80cm), se hacía saltar al palo menor y dependiendo de la habilidad del jugador se le mandaba lo más lejos posible. Esta situación se repetía por dos o tres veces, y sólo entonces se marcaba con una señal la distancia alcanzada por cada jugador. Ganaba el juego quien consiguiese llevar el palo a mayor distancia.
            
               Obs.: en Extremadura, el palo mayor es substituido por una tabla (50 por 12cm). Aunque el origen sea atribuido a esa región española, en Prádanos de Ojeda también existía esta modalidad. ¡Cuántas veces utilicé yo ese método asaz práctico!... El palo era evidentemente más fácil de conseguir, pero siempre encontrábamos un modo de hacer una tabla apropiada para este juego tan popular en el pueblo. No me acuerdo si en Prádanos existía esta otra modalidad: se hacía un círculo de 2,5 x 3m, y un niño se colocaba en el centro; con la tabla golpeaba al cirio del oponente en el aire para alejarlo del redondel. Otro niño corría a buscarlo y desde donde cayese lo lanzaba en dirección al círculo trazado con ganas de que el colega errase. Si lo conseguía cambiaba de lugar con el oponente. El que tenía la tabla trataba de que eso no ocurriera. Y así por tres o más veces. Cuando lo conseguía los lugares se invertían…
              
 3 – jugar al trompo, al peón o a la peonza:

esta diversión junto con las canicas son los dos juegos infantiles por excelencia en todo el mundo. El comercio vendía peonzas de todo tipo: grandes, medias y pequeñas. Algunas hechas de madera durísima (las más caras); otras se hacían de chopo o álamo (mas baratas). ¿Quién nunca vio una peonza? Claro, todos conocen este juego que, a su vez, presenta muchas modalidades y variantes. La peonza se asemeja a una pera. En lugar del rabito tiene una punta de hierro que sus dueños solían cambiarla en la casa del herrero por una punta o rejo grande y más fuerte para conseguir destruir los trompos ajenos. El juego, en pocas palabras, exigía habilidad y destreza. Se lanzaba la peonza al suelo, enrollada en una cuerda de 1,20m, haciéndola rodar sobre si misma, y subir sobre la palma de la mano. Después, según la modalidad, se la lanzaba sobre la trompa del oponente. La variante más común consistía en lanzarla sobre otra peonza para romperla o sacarla del cuadrado/círculo, señalado con antecedencia. En general la peonza era de madera de haya con 6x4cm con una punta fuerte y bien segura en el extremo.

4 -  jugar al aro:
este juego no es igual a los otros: solía jugarse solo, conduciendo el aro de un lado a otro de la calle. Aunque había la posibilidad de fomentar carreras de  3 o 4 niños, cada un con su propio aro y la varilla. Había aros de hojalata (fondo baldes de lavar) y de hierro de 50/60cm de diámetro. La varilla, una especie de guía, era hecha de alambre gruesa, en forma de U alargada en uno de sus extremos (diferente para diestros y zurdos), doblada en ángulo recto. La longitud dependía del dueño. Por veces, se usaba un palo con una varilla que encajase en el aro para mejor manejarlo con la mano. En mi tiempo de niño, era muy practicado y difícil debido a los altos y bajos del pueblo, pero siempre realizado con esmero por todos.

5 - jugar a las tabas > huesos de carneros/ovejas:

en mi pueblo los niños no jugaban a las tabas; este pasatiempo siempre fue un juego más practicado por niñas, después de la comba y la rayuela. Como en otros juegos, también en las tabas existen muchas variantes; la más popular utilizaba cinco tabas (a veces coloridas). Cada lado de la taba recibía un nombre especial (hoyo, panza/tripa, liso y carnero). Se arrojaban al aire 4 tabas y se las dejaba caer al suelo. La quinta se la lanzaba al aire y se la dejaba caer a si mismo, pero mientras la taba estaba en el aire, las jugadoras debían colocar las otras que estaban en el suelo en posición de hoyo, de panza, liso y carnero, hasta pasar por todas las posiciones. Quien consiguiese hacerlo en menos lanzamientos ganaba el juego. En una variante más difícil, se lanzaban las tabas al aire y se recuperaban con el dorso de la mano…  Otra modalidad – la más popular en Prádanos -, lanzaba una taba al aire mientras se recogía el resto una a una, dos a dos, tres a tres y, por último, todas juntas de una sola vez. Entre los niños – ¡yo nunca lo vi!– se practicaba el llamado zurriago. Se apostaban cromos y ‘santos’ (figuras, billetes de tren etc) que se ganaban o perdían conforme la posición en que la taba caía: si liso, se ganaba un cromo; si carnero, dos cromos. Pero si cayese en hoyo, se ponía un cromo en el montón; si de panza, se ponía un cromo y se ‘ganaba’ un zurriago > latigazo o golpe con el cinto.
En España, cuando fueron prohibidos los casinos o salas de juegos, las apuestas se hacían con tabas.

6 – jugar a la rayuela o al tejo
es uno de los juegos más practicados en el mundo entero, especialmente por niñas. Aunque su origen sea grecorromana, una de sus variantes más populares tiene por autor un monje español > en el juego están representados: la vida (sus dificultades y asperezas), la muerte (en su antesala aparecen el infierno y el purgatorio) y, finalmente, el cielo > meta final del juego. La rayuela posee nombres diferentes según los países donde se practica: en España se llama tejo, reina mora, pata coja, entre otros. En Portugal, juego del diablo; en Italia, mundo; en Venezuela, la vieja; en Colombia, la carroza; en Chile, la luche; en el Brasil, amarelinha…
        Existen numerosas variantes de este juego, pero todas tienen algo en común. El esquema del juego es este: se tira el tejo o piedra dentro de la casilla 1, sin tocar en los bordes. Después, se salta a la casilla 2 con un solo pie, y en esa posición se recoge el tejo casilla por casilla hasta llegar al cielo donde se descansan los dos pies. En seguida, se hace el recorrido inverso. En la casilla 2 (siempre en un solo pie) se recoge el tejo de la casilla 1, se la saltea y se arroja el tejo a la casilla 2, y así por delante. Por último, se arroja el tejo al cielo. Si ocurrir alguna falla, el turno pasa a la jugadora siguiente. Quien primero completa el recorrido, sin faltas, gana el juego.
Otra variante comienza en la casilla 1 (se pasan las tres primeras con un solo pie) sin tocar la línea divisoria. Al llegar a la casilla 4, se descansan los dos pies. Después, se pasa a las casillas 5, 6 y 7, con un solo pie hasta el purgatorio, sin tocar en el infierno. En la casilla 8 se descansa nuevamente y de aquí se pasa al cielo, donde también se descansa. Se vuelve siguiendo el mismo procedimiento de la  variante anterior;

7 – saltar a la comba:
este juego es sencillo y muy divertido. Se puede jugar a la comba sólo o en grupo. Cuando sólo, es preciso girar la cuerda sobre la cabeza y por debajo de los pies, saltando a cada vez que pasa la comba. Puede saltar otro al mismo tiempo, pero deberá hacerlo pegándose al primero y cuidando que no le pille la cuerda. Ya en grupo, dos personas deberán hacer girar a la comba, agarrándola por los extremos, mientras el resto del grupo salta a cada vez que pasa la cuerda. Existen muchas maneras de jugar a la comba: a veces, se salta uno a uno, y otras, todos juntos; depende de las reglas acertadas. La comba puede ser fuerte y deprisa, hasta que la (s) saltadora (s) aguante (n) lo más posible. En general, la comba exige una canción que termina cuando la saltadora falla porque las piernas no aguantan la velocidad que impulsa a la cuerda.
         Obs.: caro lector y amigo de los costumbres de antaño: aquí te dejo hasta la próxima oportunidad cuando presentaré otros juegos de nuestra infancia ‘florida’. Hoy no se ven más niños (as) jugando a los juegos que nuestros padres y abuelos nos enseñaron. ¡Cuánta alegría se veía en el rostro de cada jugador infantil! Una pena que estos juegos infantiles y sin maldad no se vean más en nuestros pueblos. Visité Prádanos de Ojeda, y sólo vi unos cuatro o cinco niños (as) en sus ‘automóviles’, que los lanzaban unos contra los otros, o descuartizaban sus piezas más a vista! !Hasta luego, amigos!…