domingo, 22 de julho de 2012

Prádanos de Ojeda: usos y costumbres de mi pueblo (2)

        Prádanos de Ojeda  es, y siempre fue, un pueblo dedicado a la agricultura, a las técnicas y al conocimiento de los cultivos del campo. En la agricultura, están incluidos el tratamiento del suelo y el cultivo de vegetales, así como todas las actividades relacionadas con la explotación de los recursos extraídos de sus prados ej.: cereales, frutas, hortalizas, tubérculos, pastos, forrajes etc. Los principales trabajos del agronegocio se relacionan con el llamado sector primario, o sea, la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la apicultura, la acuicultura > cultivo de especies acuáticas vegetales y animales, la caza y la pesca. La expresión sector agrícola se refiere más al número de personas o habitantes que marcan la vida económica rural de grande parte de la población del lugar, como es el caso de nuestro pueblo. El concepto de explotación agraria en Prádanos de Ojeda se refiere a varias o muchas parcelas, contiguas o no: si es el dueño o propietario quien explota las parcelas se define como explotación directa; si se hace a través de arrendamiento u otra figura de cesión de la tierra se habla en explotación indirecta. Las faenas del campo se realizan ora por medio de trabajadores asalariados > jornaleros, ora por el dueño y familia > explotación familiar. Existen explotaciones parciales o de temporadas cuando los trabajadores retornan para hacer la cosecha o en épocas de mayor movimiento en el campo.

         En España, las explotaciones de nuestros campos o prados dependen de su tamaño: si ultrapasan las 100 hectáreas son consideradas latifundios; si no ultrapasan las 10 hectáreas son minifundios. Empero, debemos llevar en consideración que no siempre coincide la gran propiedad con latifundio, ni pequeña propiedad con minifundio, pues la gran propiedad puede estar dividida en cesiones para pequeños agricultores en múltiples explotaciones indirectas (minifundios), mientras que varias pequeñas propiedades pueden ser gestionadas por un único arrendatario, cuja explotación se transforma entonces en un latifundio. Sin embargo, ambos extremos no son funcionales debido a problemas económicos, sociales y políticos ej.: propietario absentista (abandono), caciquismo, éxodo o atraso rural, conflictos de tierras etc. Estos problemas desembocan generalmente en reformas agrarias > concentración parcelaria, y en la propia reforma agraria como política o proceso revolucionario. Explotaciones pequeñas se reducen históricamente a un autoconsumo muy precario dicho de subsistencia y, por eso, difícil de integrarse a la agricultura de mercado (técnicas más modernas) > mecanización, irrigación, productos fitosanitarios, selección de semillas, comercialización, cambios de cultivos conforme la demanda, muchas veces en desacuerdo con la agricultura ecológica de nuestros días.
         Hoy se habla en agricultura sin labranza > la FAO la denomina agricultura de conservación o labranza cero porque trae beneficios a la agricultura, al medioambiente y al agricultor. En verdad, se trata de un conjunto de prácticas agronómicas adaptadas a las condiciones locales y a las exigencias del cultivo y manejo del suelo a fin de evitar la erosión/degradación y mejorar la biodiversidad, así como para usar debidamente los recursos de agua > menor escorrentía, y de aire > reducción de CO2 lanzado a la atmósfera. La agricultura sin labranza o siembra directa se practica en cultivos anuales cuando, al menos 30% de la superficie, se encuentra protegida por restos vegetales del cultivo anterior y la siembra se hace con máquinas habilitadas. Realmente, en la lucha contra la erosión importa mantener el suelo cubierto con los restos de la cosecha anterior y sus sistemas radiculares a fin de minimizar el impacto de la lluvia. La siembra directa y el laboreo de conservación reducen la erosión/degradación en cerca de 90% y 60%, respectivamente, en comparación con el laboreo convencional.

        Importa, por lo tanto, evaluar los pros y los contras:
A favor del agricultor: se reduce el trabajo, el tiempo y la energía agrícola; hay menos desgaste en maquinaria; la producción es más estable, al mejorar la infiltración del agua; mejora el tránsito en los campos; las cosechas aumentan al reducir los insumos; y se elevan los lucros;
        A favor de la agricultura: mayor retención de carbono en la materia orgánica acumulada en los suelos; menor lixiviación de nutrientes y sustancias químicas de los suelos; ausencia de erosión y menor contaminación del agua; menor utilización de combustibles y mano de obra; reabastecimiento de los acuíferos freáticos gracias a una mejor infiltración;
       A favor del medioambiente: la corriente de los ríos y sus tributarios es más constante, y se restablecen los pozos secos; el agua es mas limpia debido a la menor erosión; hay menos inundaciones y situaciones meteorológicas extremas; se refuerza la seguridad alimenticia;
Empero, contra este tipo de cultivo se apuntan algunos inconvenientes: dificulta la fijación del nitrógeno – habrá necesidad de utilizar abonos nitrogenados -, y el calentamiento del suelo retrasando la germinación; no destruye la maleza ni las malas hierbas, señalando el uso de más herbicidas; aumenta la humedad y, consecuentemente, nuevas plagas, de animales y hongos; una maquinaria más cara y especializada; y el aprendizaje de nuevas técnicas y mano de obra especialmente capacitada para ese desempeño.

         Para muchos entendidos, la solución está en la rotación de cultivos, pues disminuye el uso de herbicidas y evita la aplicación de abonos nitrogenados más caros. La técnica plausible sería el empleo de la agricultura biológica o ecológica, aunque existe un informe de la Agencia de Estándares Nutricionales (RU): de 160 estudios con alimentos ecológicos se concluyó que no son ni mejores ni perores que los tradicionales desde el punto de vista nutricional. Si bien el informe no analize los plaguicidas y  fertilizantes, así como el sabor de aquellos alimentos. También queda en el aire la plaga de los topillos debido a la no quema de rastrojos, a la mayor extensión de los cultivos de regadío, a inviernos sin heladas y al uso de la agricultura sin labranza en áreas de cereal. La tendencia actual en España y Europa es limitar el uso y desarrollo de organismos modificados genéticamente, en general cultivos de alimentos.

          De todos los modos, es necesario llevar en cuenta los siguientes principios: la contribución del sector agropecuario en nuestras comarcas y pueblos ha sido y sigue siendo muy importante, aunque contribuya también al deterioro de los recursos naturales. Durante muchos años, la labranza convencional ha sido y es muy utilizada en la producción de cultivos, pero es un método que provoca efectos negativos de grande monta ej.: aumenta la erosión, disminuye el material orgánico, altera las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, aumenta considerablemente los combustibles y la mano de obra etc. Por lo tanto, para alcanzar los objetivos de producción y conservación de los recursos naturales en nuestros pueblos será preciso usar racionalmente los plaguicidas evitando el riesgo de intoxicación y contaminación ambiental, y utilizar técnicas que minoren la degradación y erosión del campo. Últimamente se habla bastante en desarrollo y agricultura sostenibles. Sin embargo, para que ellos sean benéficos deberán ser técnica y económicamente organizados, socialmente justos, y ecológicamente equilibrados, como dice Arauz (1996). Se recomienda, según los entendidos, la implementación de prácticas agrícolas como uso de semillas de calidad, buenas siembras y densidades adecuadas, rotación de variedades y de cultivos, criterios técnicos (de suelo y foliares), muestreo continuo de plagas y enfermedades y, principalmente, aplicación, dosificación y uso de plaguicidas recomendados en cada localidad cuando se trata de pueblos como el nuestro. Así, la tecnología de producción en granos básicos deberá hacerse mediante la no mecanización del terreno de siembra (> mínima labranza) y la labranza de conservación (> siembra directa). Es una recomendación de personas que lidian con el campo. No sé si esto se hace en Prádanos, porque yo me desligué del pueblo aún muy jovencito. Pero como los tiempos son otros, es bien posible que la agricultura local y técnicas modernas estén vigorando en este momento. No lo sé y no puedo afirmarlo…

       Entre tanto, Prádanos de Ojeda no solo vivía o vive de labriegos o agricultores del campo. En una población de unos 850 habitantes (1950), había también una docena de profesionales de artesanía (o artesanos, como de costumbre suele decirse) > una  arte y obras hechas por personas que realizan trabajos manuales, sin la ayuda de máquinas o procesos automatizados. La artesanía forma parte de la cultura tradicional de los pueblos; y su elaboración combina el diseño con el arte. En España, la artesanía es muy diversa y variada (cerámica, vidrio soplado, madera, cuero, cestería, esparto y en varios metales, además de tejidos, bordados y encajes). En nuestras comarcas, aún existe un gran número de artesanos ej.: el campanero de Saldaña, por ejemplo. El trabajo espectacular del señor Quintana es algo inédito en el mundo, pues sus manos trabajan en la fabricación de campanas, o refundiendo aquellas que pierden el buen timbre con el pasar del tiempo. Otros artesanos, casi en vías de extinción, son los herreros y los ‘artistas’ que trabajan la madera, el mimbre, el encaje de bolillos etc. En nuestros pueblos hoy en día todo está mudado, pero no hace muchos años en Prádanos de Ojeda había, por lo menos en cuanto mi imaginación de niño conseguía entender, una perfecta división del trabajo. Claro, debían existir otros profesionales que yo no me acuerdo, pero estos que yo cito eran conocidos de todos los habitantes de la localidad:

              *el herrero > en Prádanos existía por lo menos un herrero, o sea, una persona que trabajaba con hierro o acero, usando herramientas manuales para martillar, doblar o hacer cualquier manobra para dar forma al metal (modelar). En general, el hierro era calentado mediante un fuego avivado por un fuelle hasta tornarse incandescente, o como se dice popularmente, hasta dejarlo al rojo vivo; después venía el proceso de la forja. El herrero trabajaba con hierro forjado, rejas, muebles, esculturas, herramientas, utensilios de cocina (y a veces armas), así como objetos religiosos y decorativos ej.: campanas de ermitas e iglesias. Un buen herrero es capaz de realizar con el menor esfuerzo posible obras de arte refinado donde se combinan, al mismo tiempo, originalidad y talento. En mi tiempo de niño, al menos en Prádanos, el  trabajo principal y más frecuente del herrero consistía en clavar o poner herraduras en las pezuñas de bueyes, vacas, caballos, mulas y burros. Los herreros trabajaban en lugares de baja iluminación. Las herramientas eran: el martillo como símbolo del herrero, pues el trabajo de los herreros se resumía en este refrán: ‘todo lo que necesita [un herrero] es algo en donde calentar el metal, algo en donde golpearlo y algo con que golpearlo’; la forja > lugar en donde se aplica calor al metal y se controla el volumen del fuego; el yunque > bloque de hierro o acero; las tenazas > para asir el metal incandescente; varían de formas y tamaños; los moldes de herrería > instrumentos para dar forma al metal ej.: herraduras, cucharas, azadas y azadones etc.

            *el alfarero > una persona o profesional que moldea el barro para hacer con él diversos objetos de cerámica. Antiguamente, los alfareros hacían su trabajo con las propias manos, dándole diferentes formas y figuras. El barro era puesto sobre una tabla circular, unida a un eje de dos pequeñas ruedas que el alfarero hacía girar con los pies. En cuanto las ruedas giraban,  él presionaba el barro con las manos y así lo moldeaba según su capricho y arte. En general, el alfarero trabaja con arcilla o barro y con ellos realiza trabajos de cacharrería ruda, alfarería popular y artefactos de atarifes barreros, hoy convertidos en artículos de decoración, de coleccionadores y hasta de carácter etnográfico y arqueológico. En nuestros pueblos, los alfareros trabajaban con vajillas, cacharrería, azulejería sencilla, la tejería, los adobes, los ladrillos, las baldosas sin esmalte. En sentido más popular, alfarería es sinónimo de cerámica, aunque esta palabra lleve consigo una técnica más depurada con cocciones de piezas, esmaltados más sofisticados y decoraciones más finas. La loza y la terracota también están asociadas a la alfarería y a la cerámica, al menos entre las poblaciones menos eruditas. ‘Hoy, la alfarería está condenada a desaparecer; los jóvenes no saben lo que es un botijo’, nos dice la ceramologista Emily Francés. La terminología alfarera es riquísima y el uso de piezas de alfarería actualmente son apreciadas como elementos decorativos. Las palabras más frecuentes aún en actividad son: alfar > taller del alfarero; vasijas para beber  o alfarería de agua >  cuencos, ánforas, botijos, jarros, cantimploras y porrones; vasijas de cocina > tinajas, orzas, tarros, cazuelas, ollas, pucheros, morteros, mieleras, parras, jarras y tinajas [algunas con  5m de altura); vasijas de mesa > platos, cuencos, escudillas, vasos y copas; y vasijas para animales > bebederos y comederos para gallinas, palomas, etc., además de otros objetos, como juguetes, figuras de presepios, pitos y flautas, huchas, ocarinas etc.

       *el picapedrero o cantarero como también es conocido > un profesional que se dedica a picar o labrar piedras. En Galicia, por ejemplo, aún es uno de los oficios más extendidos entre los profesionales de la región, tal vez porque la piedra sea la materia prima más abundante en esa Comunidad Autónoma. El oficio de picapedrero es, sin duda alguna,  el oficio más antiguo de España, pues fueron ellos los constructores de los castros, las catedrales, las iglesias, los monasterios, los prioratos y las feligresías no sólo de Galicia como de toda Castilla La Vieja y León. En muchos lugares de la Montaña Palentina, la cantería fue la única profesión, sobre todo en aquellas comarcas de tierras altas y ásperas donde las montañas y sierras elevadas fornecían materia prima abundante – la piedra. Los cantareros vienen participando desde el siglo XV en la construcción de monumentos importantes: palacios, castillos, iglesias, ayuntamientos, simples casas construidas con piedras de sillería, etc. El picapedrero que yo vi de niño era un señor que partía piedras para el encauce de la carretera entre Prádanos y Alar del Rey.

       *el cedacero > en cedacería se hacen cedazos, tamices, cribas y otras pequeñas obras de madera, tales como fuelles, cubos y cajones para guardar los granos. La criba se hacía con un pergamino con agujeros más o menos grandes; el cedazo con tela de crin; y el tamiz con tela de seda o metálica. Las maderas que servían para hacer los cercos ya venían encorvadas; el cedacero sólo hacía los ajustes y arreglaba las cerchas para cada cedazo segundo los tamaños. Había unos tamices llamados tambores en los cuales la tela era resguardada entre dos tapas. En general, los cedazos eran patronizados y, por lo tanto, las medidas dependían más del carpintero. El cedacero fabricaba también fuelles – en casa había unos cuantos; por lo menos tres, que yo me acuerde. El fuelle común constaba de dos tablas, de pino o haya, cortadas en forma de un corazón (foto), rematando la parte mas ancha en unas manijas para hacerlo funcionar. Y más: tiene una válvula o agujero cubierto interiormente por un cuero que se abre de fuera para dentro. Con clavitos se afianza un tarugo o boqueral > un hueco para el encaje del cañón. La badana o tiro entre las dos tablas forma el juego del fuelle; sirve para ensanchar o estrechar su capacidad, y está sujeta por unos aros que forman los pliegues. La badana debe clavarse sobre las tablas con tirillas de cuero claveteado con tachuelas para que no se salga el aire. La tabla superior es algo más corta que la inferior y se segura con otra badana llamada pescuezo que sirve de juego para el fuelle funcionar. Para fuelles grandes se usan telas metálicas. Hay fuelles con tres tablas y válvulas dispuestas para que el aire sea continuo. Los cedaceros también hacen cubos, camillas o enjugadores y a veces panderos y panderetas

        *el zapatero  > cerquita de casa moraba y trabajaba un zapatero. Los moradores del pueblo llevaban zapatos, sandalias y otros apertrechos para que el zapatero remendón  de la Plazuela  los remendase, los arreglase o hiciese otros nuevos. Siempre oímos hablar en aquel refrán: zapatero a tus zapatos con el sentido literario de que cada ciudadano deba cuidar de sus propias narices y no se meta en lo que no le dice respecto. Por eso, el zapatero fue considerado un tremendo charlatán, además de pobre, sucio y perezoso, lo que en absoluto no es verdad. Hay talleres primorosos y bien ordenados.

         Antiguamente, tal vez existiesen profesionales no bien determinados en su oficio: de ahí las coplas que los niños repetían hasta la saciedad.  Esta se tornó famosa en el subconsciente popular: el buen zapatero para no pecar/ el lunes no ha de trabajar; / el martes para descansar; /el miércoles para reposar. / El jueves afila las cuchillas; / el viernes moja el cuero; / el sábado ablanda el taburete. Y el domingo trabajaría, / pero no es día de trabajo. En verdad, los zapateros no eran bien vistos por sus paisanos, tal vez porque lidiaban con zapatos o calzados, piezas universales que pisan en lugares sucios y ellos mismos transpiran el mal olor de los pies. Pero es una profesión como otra cualquier. Y muy utilitaria bajo todos los aspectos en la economía popular. Hoy se ven pocos zapateros en sus oficinas o talleres. Realmente, el zapatero de Prádanos, en mi tiempo de infancia, no era de los más limpios y organizados. Pero no le faltaba trabajo: los entrepaños y estantes estaban siempre llenos. Me llamaba bastante la atención una máquina vieja, con la pintura corroída por el tiempo de uso o desuso. La profesión de zapatero aún continua siendo un trabajo diferenciado y en mejores circunstanciases de antaño - un oficio de los más importantes de la historia humana.

       *el carretero > profesional que hace carros, tartanas o carretas. Infelizmente, esta profesión llevó consigo algunos significados negativos como ‘fumar como un carretero’ es fumar mucho y sin control. O ‘hablar (o jurar) como un carretero’ es pronunciar palabras injuriosas u ofensivas, o echar maldiciones contra alguien o algo. En suma, ser simplemente una persona que se comporta sin educación o blasfema con frecuencia. Por eso, es mejor pasar esta otra imagen poética que encontré on-line: ¿por que me miras tan serio, carretero?/ Tienes cuatro mulas tordas, / un caballo delantero, / un carro de ruedas verdes, / y la carretera toda para ti, carretero. / ¿Qué más quieres? Prádanos, al igual de otras localidades de la Ojeda o de cualquier parte de Palencia, tenía su propio carretero, o sea, un profesional importante en el pueblo, pues trabajaba la madera para hacer carros, tartanas, galeras, timones y otros objetos que se identificaban con el oficio de carpintero, como confeccionar muebles para el interior de las casas e instrumentos útiles para las faenas del campo ej.: arados, rejas, cañizas o yugos. También reparaba toneles, cubas y carrales. Trabajaba en estrecha colaboración con el herrero del pueblo, pues necesitaba de los accesorios metálicos del carro. Muchos carreteros llegaron a dominar las artes de forjar el hierro en la fragua, para no tener que dividir los lucros del emprendimiento. Durante el invierno, cortaba y desroñaba los árboles con las hachas y, en seguida, serraba los troncos en tramos o agujeros con las sierras braceras, dejándolos secar por completo para evitar grietas, retorcimientos o arqueados. Las maderas eran de diferentes durezas conforme la necesidad: encinas, álamos negros, fresnos y pinos. La construcción del carro era para durar muchos años, y deberían soportar el agua, las heladas, el sol y las temperaturas extremas.

         Los carros eran usados para transportar tierra, barro, arenas, granos, paja, sacos, haces de leña, basura, vendimias y todo lo que fuese posible de ser transportado. Y tendría que aguentar todo tipo de caminos, roquedales, montes, lastras y sierras. El carro una vez pronto recibía varias manos de tinta para proteger la madera y los hierros. El carretero calculaba con exactitud todas las piezas para un buen encaje; eran verdaderos artistas. Se hacían carros de varas (tirado por una o varias caballerías) o carro de yugo > el más procurado o clásico, tirado por una pareja de bueyes, enganchados a la viga por medio de un yugo. También confeccionaban carretas > carro largo, estrecho y más bajo, y galeras > carro grande de cuatro ruedas. Las herramientas eran prácticamente las de un carpintero y algunas exclusivas de la carretería, hechas de forma artesanal por él mismo. Si alguno de mis lectores está interesado en saber más detalles sobre esta profesión, una de las más antiguas del mundo, consulte Fañanás Web – El último carretero… ¡Es perfecta la descripción!

         *el cerrajero > en versión latina, es el creador de llaves, un personaje ficticio de la trilogía Matrix. Tratase de un hombre de mediana edad y rasgos orientales con grande habilidad en hacer llaves que dan acceso a todos los lugares gracias a un código oculto en cada llave fabricada. Por causa de esta habilidad, el cerrajero es procurado por amigos y enemigos para abrir la ‘puerta hecha de luz’ que conduce a la Fuente de la Libertad. Algo sorprendente para indicar la importancia del cerrajero, un profesional que hace o arregla cerraduras, llaves, candados, cerrojos y otros objetos de hierro. Normalmente trabaja en un taller o tienda donde se fabrican y venden cerraduras, picaportes y demás herrajes de un edificio o de una vivienda, así como idealiza mecanismos de metal afijados en puertas, cajones, arcas etc. para cerrarlos por medio de uno o más pestillos que se accionan con las llaves. Curiosamente y por motivos diversos, esta profesión no desapareció. Al contrario, ella se perfecciona a cada día que pasa a punto de ser considerada una profesión de alta tecnología en un futuro no muy distante. El cerrajero y la cerrajería como profesiones se especializaron en reparar y mantener en funcionamiento cerraduras, candados, cerrojos y cilindros tanto de puertas como de vehículos. Un buen cerrajero trabaja con todos los sistemas de cerrajes y cierres conocidos, y manipula mecanismos para dar seguranza a edificios, habitaciones, gabinetes y otros locales contra robos y asaltantes. El cerrajero sabe arreglar, instalar y desenllavar cualquier tipo de cerradura por más difícil que sea el sistema de cierre. La cerrajería es una forma muy antigua de la ingeniería de seguridad pública y privada, y corresponde al taller u oficina donde trabajan los cerrajeros: en ella se venden y realizan copias de llaves de todos los tipos, incluso la marca Yale, la más común en el mundo entero. En realidad existen muchos tipos de cerraduras, así como también de llaves. Oímos hablar en llaves maestras que no son otra cosa si no aquellas llaves que abren todas las cerraduras de determinada serie.
 Hoy en día existen igualmente cambios de sistema > variando el tamaño de los pines, se muda el sistema de llaves y con eso sólo llaves nuevas abrirán el sistema. Ocurren o se hacen copias en máquinas duplicadoras a través de una muestra ya existente. En el Prádanos de mi infancia las llaves eran grandes y gruesas, bien diferentes de las actuales y sus sistemas sofisticados ultramodernos y de ingeniería refinada. A veces ni los cofres del erario público están tan seguros, pero actualmente toda esa parafernalia no nos libra de asaltos, robos y muertes. El cerrajero actual es más un profesional comprometido con la alta  tecnología, porque los sistemas de cierres son electrónicos y altamente sofisticados. Curiosamente, los cerrajeros eran considerados ‘herreros’ porque trabajaban con metales. La invención de las cerraduras es atribuida a los chinos y egipcios, después utilizada por asirios, griegos y romanos. Linus Yale Jr. desarrolló la cerradura de combinación moderna (1962), base de nuestras cerraduras actuales.

        *los cesteros o tejedores de mimbres > en Prádanos había hasta una familia con ese nombre. Realmente, en todos los lugares del mundo vemos personas dedicadas al trabajo de cestería, o sea, personas que hacen cestos y toda suerte de utensilios de mimbre y caña, útiles para la recogida de  frutas, comidas, vendimias, pesca, ropas, etc. Es costumbre decir en nuestros pueblos que la cestería es uno de los oficios más antiguos del mundo y aún se conserva en muchos lugares, sobre todo en Galicia y Asturias donde muchos trabajadores (hombres y mujeres) ganan la vida haciendo cestos que van servir a las utilidades del campo y del mar. Son cestos hechos de mimbre, rafia natural, caña, juncos o ramas de roble, sauce, castaño etc. Hoy existen centros de artesanía tradicional en muchos lugares de España: son famosos los cestos de Vigo, reconocidos en el mundo entero. La cestería más ‘técnica’ se hacía en pueblos o villas del medio rural. Incluso, los cesteros iban de pueblo en pueblo buscando trabajo y, por lo general, se quedaban en aquellos lugares en días preestablecidos cuando las gentes de la localidad traían sillas, utensilios de cestería deteriorados y demás piezas de la casa hechas de mimbres o juncos.

           Actualmente, existen centros donde se reúnen los artesanos del lugar y allí realizan sus trabajos durante horas en régimen cooperativo. En estos lugares, es tradicional observar como los manojos de fibras son agrupados, como se hacen los cortes del cuchillo, los gruñidos del mimbre cuando es estirado, las órdenes y recomendaciones del maestro, el entrechoque de las fibras en cuanto los tejedores manejan los mimbres y, sobre todo, la diferencia entre la técnica refinada del maestro y los aprendices o asistentes del taller. En una calle cualquier de alguna ciudad palentina hace unos cincuenta años había unos cuarenta cesteros; hoy son apenas tres. De ahí la copla del cantar: somos pobres cesteros/ cestos que producir; / pobrecillos de nosotros/ que un día vamos morir. Como de todas las profesiones, también del cestero se hicieron dichos, refranes, adivinanzas, hasta cantares o cantigas donde los protagonistas son precisamente los tejedores de mimbres. Existe una anécdota según la cual en muchos lugares la llegada del cestero era anunciada a través del grito característico y tradicional: ¡Se hacen cestas! Y los niños respondían: ¡También burros y bestias! Existen dichos populares como estos: ‘dos mujeres y una cesta, hacen buena fiesta.’ O este otro refrán: una vieja y un cesto, todo acabó en esto. Como adivinas se tornaron  populares estos tres versos: tengo, tengo en mi regazo un ingenio, / de él como, de él bebo/ y de él pago a quien debo
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         *el ebanista > es un profesional que se dedica a fabricar muebles de madera barnizada o compuestos de armazón hechos por carpinteros sobre los cuales se aplican hojas de madera (chapeados), cubriendo entera o parcialmente aquellos armazones. El ebanista es, antes de todo, un artesano que puede producir por unidades o en reducido número muebles de estilo antiguo o moderno, dependiendo del gusto de los consumidores. Hay una diferencia entre ebanista y carpintero: al contrario del carpintero que trabaja la madera en sus diferentes modalidades y estilos ej.: embarcaciones, estructuras de madera en edificaciones etc., el ebanista se sirve de las técnicas del carpintero, pero las ultrapasa por medio de chapeados, marquetería y tableros.Mi difunto tío Feliciano (hermano de mi padre) era un profesional extremamente competente en hacer trabajos muy bonitos de ebanestería. Hasta hoy mi hermana conserva un trabajo de su autoría. Y creo que mis primos tengan algún objeto hecho por aquellas manos maravillosas y divinas de un artista consumado. Pena que nos dejó muy temprano.

               El propio nombre ebanista > derivado de ébano [árbol de color negro,] muestra el carácter más decorativo que utilitario de las obras ejecutados por este profesional y especialista en montar bronces, esculpir sobre madera, decorar, barnizar muebles en general o cómodas, consolas, escritorios, mesas de despacho etc. en particular. En realidad, el ebanista desarrolla su trabajo en diversas etapas, identificadas como elegir el modelo y tipo de madera, aserrar y soldar las partes  y, por fin, realizar el ensamblaje, decorado y montaje. El ebanista se especializó en restaurar muebles antiguos y, por eso, se exige de él un conocimiento perfecto  de estilos y técnicas de restauración específica de acuerdo con la carta del  restaurador, instituida en Francia (siglo XVII). Con todo, la restauración no debe confundirse con la conservación, utilizada en museos donde se hace un estudio histórico y arqueológico de los muebles para mantenerlos en su ‘mínimo vital’, o sea, sin camuflar las adiciones y retirando el mínimo de materia para no encubrir los rastros del tiempo.
      *el carpintero > hasta hoy perdura en Prádanos el profesional de carpintería, una actividad que identifica el oficio y el taller de aquella persona que trabaja la madera para crear objetos útiles al desarrollo y bienestar humanos, como muebles, marcos de puertas, ventanas, escritorios de trabajo, juguetes, etc. El  carpintero es una de las profesiones más antigua do mundo, aunque en cada cultura y localidad encontremos diversas maneras y otras herramientas para manejar la madera y sus combinaciones. Originalmente, el carpintero sólo hacía puertas y ventanas; con el pasar del tiempo, varios materiales fueron siendo usados para realizar las mismas cosas pero con mayor resistencia y diseños. Hoy existen ‘carpinterías’ del aluminio, de PVC, etc., pero en todas ellas vamos encontrar herramientas manuales ej.: martillo, serrucho, taladros, lija, cepillo etc.; herramientas eléctricas ej.> sierra circular, rebajadora, cepillo eléctrico etc.; máquinas que trabajan la madera ej.: y muchos, muchos accesorios ej.: sierras, taladros, torno, espigadora etc. Existen por lo menos unos 35 árboles de los cuales se extrae la madera ideal para procesar enchapados, aglomerados, listonados y tableros, entre otros.

             Los carpinteros son también verdaderos artesanos porque recrean piezas de maderas con las cuales se fabrican muebles rústicos, y hasta trabajos con mayor elegancia, como puertas, ventanas y demás objetos para el hogar. Existen propiedades o fincas donde encontramos portones inmensos tallados en madera, con arreglos de flores o animales. Hay también recámaras con cabeceras hermosas y refinadas, salas y comedores con decoraciones preciosas, incluso pisos hechos de madera barnizada. Hasta en baños de sauna, los carpinteros han hecho verdaderas maravillas en el arte de la transformación. Hoy, tanto el carpintero cuanto la carpintería han evolucionado mucho: existen máquinas de control de calidad, sierras computadorizadas, máquinas pegacantos automáticas etc. El mercado se ha segmentado de tal forma que actualmente existe una gama de especialidades como torno, talla, gabinetes, molduras, mueblería, estructuras arquitectónicas, carpintería exterior ej.: cercas, patios, fachadas etc. Así los servicios del carpintero se tornaron especializados, como el techero, el gabinetero…
Aún en nuestros días se divisa un aire romántico permisivo en relación al carpintero: ‘te lo ruego, carpintero, / cuando construyas su casa/ no pongas marco en su puerta, / ni postigo en su ventana, / pues quisiera entrar de noche/ cuando la luna se agranda/ y contemplar sus cabellos, / revueltos en la almohada… Si tienes manos de plata/ tendrás un corazón de oro/ y atenderás a mi demanda./ Te lo ruego carpintero. (cf. Bonet de San Pedro – Carpintero, carpintero). César de Rainville subraya la diferencia entre carpintero y ebanista: la ebanistería es la parte más importantes en la construcción de una casa. Su arte consiste en rejuntar las maderas de diferentes calidades, para formar con ellas cualquier objeto necesario al acabamiento de un hogar o para su decoración. El arte de la carpintería recibe únicamente los trabajos que no usan cola. Esta falta de cola estaba asociada a la grandiosidad de los esfuerzos mecánicos de sus obras. De todas las formas, carpinteros y ebanistas se tornaron imprescindibles no solo en la construcción de habitaciones rurales y urbanas como en todos los demás objetos hechos de madera y que por lo tanto necesitan de una manutención constante.

           *el tonelero > en Prádanos nunca supe de haber existido este profesional cuyo oficio en muchos pueblos de la Ojeda era importantísimo, principalmente en la hora de indicar durante cuanto tiempo el buen vino envejece en un tonel. En realidad, cualquier persona nota la diferencia entre un buen vino y otro que no lo es. Pero el olfato y el gusto del buen vino son matices sutiles que solo personas cualificadas saben distinguir, así como los aromas de vainilla, café, moras, arándanos y otras frutas que aparecen en las etiquetas de las botellas. Aquí entra la función del tonelero > un profesional que hace toneles generalmente en madera de roble - esta madera permite que el vino se oxigene levemente – y le aporta substancias que le confirieren diversos matices de sabor. Los catadores de vino > enólogos profesionales anotan todos esos ‘sabores’ que darán gusto sofisticado al vino, y lucros bastante compensadores al viñatero.

             Durante el siglo pasado, la Borgoña – región de Francia, situada en el centro-este del país y famosa por su renombrada vinicultura -  contaba con muchos negociantes de vinos. Entre tanto, la recesión de las ventas de barricas de roble (1950), debida principalmente a la innovación de los tanques de cemento o de acero, hizo con que los vinicultores borgoñeses se volcasen hacia la exportación. Así toneleros y barriles franceses invadieron la California (EUA). La reputación y buena fama de los vinos franceses dieron a conocer los barriles más famosos de Borgoña y sus excelentes cualidades. También se hizo muy conocido el tonelero de Núremberg, Maese Martín der Kufner, escogido síndico del Gremio de los Toneleros de aquella ciudad alemana, pues ‘no había otro tan conocedor del oficio como él. Los toneles salidos de sus manos eran a la par de sólidos, finamente acabados, y no tenía rival para montar una bodega según las reglas gremiales. Prosperaba de día en día su reputación, y cada vez eran más numerosos sus clientes entre la gente rica y distinguida […]. A nadie podía ser conferida tan merecidamente esta dignidad’ [presidencia del gremio] como a Maese Martin. A final él gozaba del aprecio de todos, y los que le conocían daban testimonio de su destreza en la profesión y arte de hacer toneles. La tonelería, en verdad, ya era practicada por celtas y romanos (siglos I/II). En aquel entonces los barriles servían de envase tanto a liquidos (vino, cerveza, sidra, agua) como a sólidos (granos, salazones, clavos).
A partir del siglo XX, infelizmente, la demanda de toneles y demás productos hechos por toneleros, como barricas, cubos, cunas, tinas, mantequeras, tubos, fudres, etc. viene cayendo drásticamente, haciendo que el oficio sobreviva sólo en relación a la vitivinicultura, donde se necesitan barriles (de madera de roble) de gran calidad para el envejecimiento de vino y licores. Actualmente, la artesanía de barriles y barricas ha sido substituida por máquinas que realizan todo el proceso con mayor rapidez: - disminuir las duelas en sus dos extremos; - abrir la ranura que deberá recibir el fondo de la pieza; - taladrar el agujero por donde se introduce el líquido (vino, cerveza etc), cerrado con un tampón de madera o espita – una llave de cierre. Y por fin, sujetar las duelas con aros de hierro. Las mejores  maderas son retiradas del roble ruso o ucraniano, pero existen otras maderas tradicionales, como el roble blanco americano que envejece el whisky; el raulí o alerce hace lo mismo con los vinos chilenos. Cuando los barriles servían para almacenar los líquidos, aceites y hasta pólvora, los toneleros usaban cualquier tipo de madera local. Pero, hoy en día, el roble sólo se utiliza para aromatizar las nuevas cosechas de vinos.

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              *el guarnicionero > trabaja en cuero o guarniciones para caballerías; recibe también el nombre de talabartero. Es un profesional que fabrica diversos artículos de cuero o guarniciones  > elementos de la espada que sirven para sostenerla o para proteger las manos que la empuñan, así como para fabricar o arreglar sillas de montar, albardas y aparejos, tanto de monturas para caballos como albardas y aparejos para burros y mulas. Existen otros materiales además del cuero como lonas y estambres (> lanas gordas) con las cuales se hacen guarniciones o dibujos sobre los aparejos. El cuero de que hablamos es el pellejo de los animales después de curtido y preparado para uso doméstico o industrial > las pieles, un subproducto de la industria frigorífica o de la carne. El curtido transforma la piel en cuero, dándole propiedades de resistencia y flexibilidad apropiadas para elaborar vestidos, calzados y botas, tiendas transportables, cubiertas, puertas y fabricación de:  canoas y barcas, armaduras ligeras, escudos y fundas de armas, además de los aparejos y monturas tradicionales. En muchos lugares, el cuero se utilizó en la fabricación de cinchas, cuerdas, maletas y correas, arneses para caballerías o animales de tiro; hoy sólo se usa para arneses de equitación.

                Durante el imperio Romano, las legiones utilizaban y comercializaban el cuero a través del puerto de Ostia (Roma); las guerras contra Cartago tuvieron origen en el comercio de cuero y la ruptura del monopolio imperial de Roma que regulaba el comercio de pieles. En la Edad Media aparecen otras pieles, mal trabajadas y de procedencia local: garduñas, comadrejas, gato montés, liebre, ciervo, cordero, cabra… Las más cotizadas eran las pieles de marta y armiño, usadas para fabricar adornos para las mangas, cuellos y otras partes del cuerpo, además de ser utilizadas para fabricar pergaminos y en la encuadernación de códices y cubierta de libros. Históricamente, el cuero cocido fue utilizado para fabricar armaduras, encuadernación de libros y pequeños muebles o cofres. Actualmente se usa en artesanía, recreacionismo, rol en vivo (juegos) y esculturas. Como se puede percibir, la importancia de este profesional es de las más reconocidas en el mundo entero. En nuestras comarcas y pueblos había muchos guarnicioneros, curtidores, marroquineros, talabarteros, zapateros y otros profesionales de apoyo en las diferentes modalidades de curtir el cuero. A partir del siglo XX predomina el curtido al cromo, excelente material para bolsos y prendas de vestir.

            *las hilanderas > nombre común dado a todas las personas [hilanderos/hombres e hilanderas/mujeres] que tienen por oficio hilar > reducir a hilo el lino, cáñamo, lana, seda, algodón etc., y que se servían de la rueca  > un instrumento antiguo de hilar, compuesto de un armazón en forma de piña, formado de tres o más varillas curvas: en la parte superior del pequeño instrumento hecho a mano se ponía el copo que se iba a hilar. En realidad, la rueca, máquina de hilar, torno de hilar o hiladora, todos ellos son instrumentos que la humanidad viene usando desde tiempos inmemorables para hilar manualmente fibras textiles ej.: el lino, el algodón, la lana… Esta máquina rudimental así es definida on-line: tratase de una herramienta compuesta de un bastón, generalmente de caña, terminado por una cabeza donde se enrolla la rama de fibra que se quiere hilar: lleva acoplada una rueda, un pedal o manivela y una devanadera pequeña o suporte giratorio fijo en el cual se enrolla una manguera para facilitar su extensión y la utilización. Durante miles y miles de años, los hilanderos o hilanderas utilizaron la rueca para fabricar el hilo, que luego enrollaban en el huso > instrumento en forma redondeada, más largo que grueso, adelgazándose desde el medio hacia las puntas y donde se hacía el hilado torciendo la hebra y devanando en él lo hilado. La Gran Bretaña introdujo la mecanización textil: el tejedor James Hargreaves inventó la primera máquina que fabricaba varios hilos a la vez (1778).

           La rueca y el huso  han tenido importancia como símbolos culturales de una idea universal: de donación a los pobres y menesterosos. El ejemplo más conocido es el de santa Isabel de Hungría que hilaba para los pobres de su reino. En el cuento de La Bella Adormecida, la rueca simboliza el destino inexorable del ser humano. Aunque las ruecas del palacio real donde vivía la princesa fueron escondidas, esta acabó pinchándose con una aguja, cumpliendo así lo que estaba escrito en su destino. En la India, la rueca simbolizó la lucha del pueblo hindu contra el imperialismo británico: Ghandi convenció a sus seguidores que la mejor manera de vencer a los ingleses era la desobediencia civil, o sea, no comprar las fibras textiles de Manchester City, y fabricar ellos mismos la propia ropa de forma artesanal, sirviéndose de la rueca (o charkha, en nepalí). La campaña de la desobediencia civil alcanzó su objetivo mayor: la India se tornó independiente (1947).

             Nuestros antepasados, sobretodo abuelas y tatarabuelas, usaron la rueca para realizar un trabajo de hormigas, hilvanando las siguientes fibras: la lana > en uso desde la época de los patriarcas bíblicos, pues eran pastores. Prádanos siempre fue un pequeño productor de lana a través de sus cinco o seis rebaños, principalmente en los tiempos en que el pueblo tuvo una fábrica textil de transformación de la lana en hilos, después en tejidos y en seguida en ropas domésticas. En casi todas las casas castellanas existió una rueca, por lo menos hasta principios del siglo XX. Además de la lana, el algodón procedente de la India e introducido en Europa por las conquistas de Alejandro Magno (333 dC). El lino y los lienzos con que los egipcios envolvían sus momias, y el bisu o byssus, de textura más fina que lino. El cáñamo, utilizado por los chinos, debido a su potencial textil de alta y variada calidad, y a otras aplicaciones terapéuticas. La seda, utilizada en la China y conocida en la Europa por lo menos dos siglos aC; los persas ya la cosechaban en el siglo IV aC. También los hilos de oro y plata son muy antiguos como tejidos preciosos.
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terça-feira, 17 de julho de 2012

Prádanos de Ojeda: usos y costumbres de mi pueblo (1)


Prádanos de Ojeda, así como todos los otros pueblos de las comarcas vecinas, tiene sus costumbres, usos y tradiciones extremamente arraigados desde tiempos inmemoriales. Antes de todo hacen justicia a sus ancestros vacceos que adoraban fiestas, canciones y bebidas, y ciertamente mujeres, porque según nos fue transmitido de generación en generación las mujeres vacceas – un pueblo celtíbero que habitó la cuenca del río Duero y afluentes, entre los cuales el río Pisuerga y sus pequeños tributarios – ‘eran atraentes, muy aseadas – se lavaban varias veces al día, cosa que no lo hacían ni las mujeres romanas. Recogían el pelo en trenzas, y se adornaban mucho. Además, ellas eran muy abiertas en el trato con los hombres: manejaban las armas (escudo, espada y torque o collar al cuello) desde niñas, siendo que trabajaban tanto o más que los hombres’. Una prueba de esta destreza y valentía atávicas ocurrió en el cerco a la ciudad de Palencia (1388): mientras los hombres palentinos estaban fuera de la ciudad en campañas militares a servicio de Juan I de Castilla, tropas del duque de Lancáster, Juan de Gante (1340-1399), llegaron con la intención de saquear y pillar la ciudad de Palencia. Pero cual no fue la sorpresa de ese inglés ido y habido por valentón al constatar que las mujeres palentinas estaban vigilantes y de atalaya allí encima, bien apertrechadas en las murallas, para defenderla con uñas y dientes si así fuese preciso, contra su arrogancia y pretensiones al trono castellano, pues casara con Constanza, hija de Pedro I de Castilla. En aquella década quiso hacer efectivas sus reclamaciones legítimas al trono castellano, en una campaña que se inscribe dentro de la Guerra de los Cien Años (1337-1453). Entre tanto, Juan de Gante y su esposa Constanza,  renunciaron a los derechos sucesorios a favor de la hija Catalina de Lancáster que casaría con el primogénito de Juan I de Castilla, el futuro Enrique III El Doliente (1379-1406), en la condición de Príncipes de Asturias, por medio del tratado de Bayona (1388). Por esa singular bravura, las mujeres palentinas llevan la banda amarilla que sólo los hombres podrían vestir. Hoy es traje regional que enorgullece a todas las mujeres de Palencia.
         Entre sus costumbres más arraigadas estaba su afición por la comida,  la bebida y  las fiestas (cantos, bailes y danzas), cuando entonaban canciones acompañados de liras, pitos y flautas. Realizaban banquetes que, por veces, duraban varios días y noches: servían cerdo cocido, buey, vaca, venados, cabritos, truchas, miel, queso, leche, hidromiel > agua mezclada con miel, vino y cerveza. Se sentaban en el suelo sobre pieles de animales y comían con los dedos, alrededor de la hoguera; de noche, dormían sobre esas mismas pieles o en camas de hojarascas. Los invitados a sus fiestas ocupaban el lugar de honor y a su lado o en el medio de ellos el anfitrión: en seguida, según su jerarquía se colocaban los demás participantes, hombres y mujeres. Y acerca de ellos se dice: aunque eran ricos no se agrupaban en ciudades, prefiriendo los pueblos pequeños, fortificados con empalizadas de madera y rodeados por sus campos de cultivo y pastos para el ganado. En Prádanos de Ojeda, los vacceos encontraron lo que más procuraban: prados verdes y tierras donde plantaban toda clase de cereales. La estructura fue puramente tribal de jefes y guerreros – todos ellos formidables jinetes y óptimos forjadores de hierro; de ahí su espíritu nómada. Los vacceos preferían permanecer en constante movimiento, obligándose en muchas ocasiones a vivir del saqueo y del pillaje. En Galicia debido al verdor de los campos y yacimientos de oro, hierro y sal, a las costas marinas, a los dólmenes y menhires y, principalmente, a las gentes de aquella tierra, todo eso y alguna cosita más les invitó a quedarse por allí en definitivo. Sometidos por Roma, aceptaron la división de clases sociales. Grande número de los guerreros celtas > vacceos, fueron mercenarios, y serían los constructores de los primeros carros de guerra. Después de la conquista de las Gálias por Julio Cesar (58 aC), la destrucción de los últimos reductos ibéricos y el incendio del enclave de Pallantia por Pompeyo, los celtas/vacceos se dispersaron en dos direcciones a partir de Hallstatt/La Tène (Austria/Francia): una, cruzó el Canal de la Mancha rumo a Irlanda, País de Gales y Escocia; y la otra, costeó los Cornualles y Aquitania (Francia), atravesó los Pirineos y se fijó en la cuenca del Duero y afluentes y, finalmente, se asentó en Galicia (España). El espíritu celta-vacceo aún perdura hasta hoy en diversas tradiciones. Incluso, hay quien piense que el Camino de Santiago sería la ruta esotérica y mágica de los celtas, un simple sendero recorrido por personas amigas de misterios [druidas] y, sobre todo, en dirección a las costas gallegas que miraban, ‘pensativas y meditabundas’, al inmenso océano donde terminaba la tierra > finis terrae.
          Existen entre nosotros muchas costumbres heredadas de los ancestrales vacceos. El espíritu de cazador es una de ellas: en las comarcas de la Montaña Palentina, la caza al jabalí, al ciervo, al corzo y al toro salvaje siempre fue una diversión; nuestras toradas serían reminiscencias de esta caza milenar. En estas regiones los vacceos construyeron una infinidad de castros o viviendas situadas en atalayas > cuestas de media montaña ej.: Prádanos de Ojeda, Olmos de Ojeda, Becerril del Carpio, Cervera de Pisuerga. Aguilar de Campoó, etc. Con el transcurso del tiempo, esas casas  rectangulares fueron ampliadas y cubiertas por techumbres de paja en cuyas dependencias siempre hubo un hogar, um molino manual y un horno para cocinar el pan y otros alimentos. Las familias vacceas vivían con bastante sobriedad y convertían sus momentos festivos en acontecimientos de alegría, convivencia fraterna y gritería sana, pues les gustaba bailar, cantar o recitar poesías al son de flautas, trompetas, gaitas y liras. El nombre Galicia derivaría de Galia, una vez que los celtas/vacceos encontraron una cierta identidad entre los dos territorios, aunque fuesen muy distintos. Los gallegos tenían uma voz más viva y suelta – daban alaridos estremecedores que ni el fragor de las batallas o la furia y bramido del mar conseguían acallarlos. Sus creencias y prácticas religiosas eran naturalistas: adoraban al sol, a la luna, a las estrellas, al mar, a los ríos, a las fuentes, a los bosques o a las montañas. La diosa Antubel, representante de la noche, de las sombras y enemiga de la luz y del sol, era jefa de las meigas (> sacerdotisas druidesas); sólo ellas conocían el camino que llevaba al fin del mundo > finis terrae.
        La mayoría de estos dioses y creencias fueron ‘cristianizados’, pero en cierta forma continúan ‘celtas’. Siguiendo el camino del sol > Ara solis o culto a la fertilidad, los peregrinos y ‘adoradores’ del Cabo Sagrado (> Finisterre) veían en el ocaso del sol una simbología: la zambullida del sol en el océano infinito simbolizaba el fin de la humanidad y su zambullón en la vida eterna. Según la leyenda celta, el Cabo Sagrado > Finisterre, sería la prolongación de la vida terrenal, pues consideraban a las mujeres tan importantes cuanto los hombres. Persiste la leyenda caldea: un día, el pueblo caldeo decidió descubrir el escondrijo del sol siguiendo la órbita solar en dirección al Occidente. Al final llegaron a Galicia donde fueron obligados a parar visto que el mar les impedía de proseguir. Para su enorme tristeza comprobaron que el sol se ahogaba en las profundas del Mar Tenebroso y se ‘divertía’ con las algas durante la noche. Para festejar ese encuentro amoroso decidieron construir un altar que llamaron Ara solis. Hay quien diga también que sacerdotes medievales confundieron o identificaron intencionalmente las sacerdotisas druidas con brujas para ofuscar tales creencias. El folclore gallego es fecundo en leyendas y tradiciones mitológicas a las cuales pertenece la peregrinación al Ara solis y al Cabo Fisterra. El culto a las estrellas hace con que la Via Láctea se llame Camino de Santiago, una metáfora para la ruta de las almas en dirección a la eternidad. Curiosamente,  el cáliz y la hostia del escudo de Galicia es una representación simbólica y cristianizada del astro rey sobre un altar (el mar). Entre los pescadores gallegos existe la llamada ‘dar la vuelta al sol’ > segunda quincena de diciembre, entre los días 19 y 24, que coincide con la entrada de las sardinas en las rías oceánicas después de una espera obligatoria. De cualquier forma, el culto al sol se constituye en un elemento importante de la mitología gallega. La transferencia del culto solar a la figura del apóstol Santiago, para muchos estudiosos, es patente y enigmática, pues así como el sol desvanece las sombras de la noche, el apóstol Santiago destruye las tinieblas del paganismo y de la idolatría. La batalla de Clavijo/La Rioja (844) sería un momento de impactación en el subsconciente hispánico.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   
          Dejando un poco de lado a nuestros antepasados, y recordando más su talante festero y amantes de la buena comida y bebida, el Portal de Turismo, de Palencia, nos da algunas explicaciones convincentes acerca de nuestros usos, costumbres, fiestas y tradiciones. Ya de entrada nos afirma de sopetón: Palencia ‘no defrauda nunca al visitante’. Y no sólo porque sus cinco comarcas naturales – Montaña Palentina, Vega/Valdavia, Boedo/Ojeda, Tierra de Campos y Cerrato – son fuentes inagotables de placer para todos aquellos que aprecian la belleza de la naturaleza en cada una de sus manifestaciones, pero sobre todo porque todas ellas ofrecen al turista o visitante posibilidades nunca imaginadas (piragüismo, senderismo, cicloturismo, escalada, pesca, caza, paseos a pie, a caballo o de barco pelo Canal de Castilla etc). Nuestras comarcas aportan siempre una nota pintoresca o contribuyen para que el visitante se sienta en su casa. Por ejemplo: que delicadeza contemplar la silueta de los palomares, en la Tierra de Campos al caer de la tarde; que religiosidad  visitar las ermitas románicas o rupestres en la Montaña Palentina; que entusiasmo y admiración contemplar toda  la arquitectura tradicional de nuestras iglesias, monasterios y castillos, con diversos estilos y materiales de construcción. Y no apenas en ciudades importantes; también en pueblos por más pobres que ellos sean. Por eso, es justo escuchar su reclame: ‘quienes vengan a vernos se sentirán a gusto entre nosotros y, ciertamente, descubrirán nuestros encantos y secretos’.
      En casi todos los pueblos de la provincia existen casas de turismo rural acordes con el paisaje del campo, e impregnadas del sabor y de la tradición de los lugares en que están enclavados. Los palentinos saben apreciar de verdad y con inteligencia ecológica los productos recién recogidos de la huerta; son testigos directos de la llegada de las aves migratorias; conocen las hierbas aromáticas y medicinales que surgen en los caminos y veredas de su amada tierra… Y, antes de todo, saben dimensionar las cosas buenas, a comenzar por la gastronomía que reúne, por santa y feliz tradición, estos tres pilares gastronómicos: la calidad de los productos agroalimenticios, suculentas recetas de grandes y cualificados maestres-cuca de la cocina regional y restaurantes acogedores, donde se disfruta de los placeres de la mejor mesa palentina que la Historia ya comprobó. Claro está, sin desmerecer otras plazas. Los palentinos –especialmente aquellos que intentan compensar la vida dura del campo con celebraciones ligadas al sector agrícola -  han heredado de sus ancestrales vacceos los festejos que recuerdan una buena sementera, la cosecha recogida a cada año que pasa, las fiestas patronales del pueblo, acontecimientos religiosos para contrarrestar las versiones paganas más o menos disfrazadas. En fin, podemos decir que el calendario de fiestas de nuestras comarcas se sucede casi sin interrupción a lo largo del año. Me extraña mucho: el nombre de Prádanos no aparece en listas y en mapas de estudios regionales. Es preciso indagar por que eso acontece…
De hecho, en los pueblos palentinos hay fiestas de carácter gastronómico ej.: el Festival Nacional de Exaltación del Cangrejo de Río, en Herrera de Pisuerga; o la Gran Paellada, en Olleros de Pisuerga, o fiestas de carácter religioso ej.: el Bautizo del Niño y la Romería de Santo Toribio > fiestas de Interés Turístico Regional, o la Guerra entre Moros y Cristianos, en Dueñas, etc. De otro modo, podemos decir que es raro el pueblo donde no hay al menos alguna romería a un santo o a la Virgen María, cuando suenan la dulzaina, el tamboril, el almirez, la tejoleta, la pandereta y la botella de anís, aguardiente o vino, así como mozas y mozos que aprovechan la ocasión para bailar, danzar o cortejar a sus pares en los festejos. Los deportes también encuentran en Palencia sus celebraciones todos los años, como el Descenso Internacional del Pisuerga > de Interés Turístico Internacional, en Alar del Rey…
    En Palencia, la tradición y el folclore se entrelazan a través de la indumentaria ya tradicional desde el siglo XVIII, con elementos medievales o renacentistas ej.: los hombres visten camisas blancas, chalecos y sombreros negros, pantalón marrón y fajín rojo; las mujeres, corpiño de terciopelo negro, sobrefalda de paño rojo, amarillo o verde, mandil negro, enaguas y medias blancas caladas. También los vestidos más ricos llevan bordados con azabaches en la falda y en el mandil. Por merecimiento histórico, las mujeres palentinas pueden llevar cruzada sobre el traje una banda dorada (amarillo choque) en recuerdo de la heroica defensa de la ciudad frente al duque de Lancáster, única en la Historia de España. Estos atavíos son elementos comunes con ligeras variaciones a todos los pueblos palentinos en días de fiestas patronales o de conmemoraciones y representación histórica o civil. En estas oportunidades pueblerinas, las danzas populares están presentes con toda pompa y circunstancia que el Ayuntamiento puede costear. Los hombres visten sus trajes de gala (blancos) para ejecutar las danzas típicas en honor del patrón o patrona del pueblo ej.: Prádanos de Ojeda en honor de san Cristóbal de Licia, el santo protector de los viajantes e invocado contra tormentas y tempestades de granizo. Hay danzas famosas y de repercusión internacional como la Danza de la Pata y el Recuadro, en Saldaña; el Baile de la Cobata, en Baltanás; la Jota de Cisneros o de la Redondilla, en Flechilla > esta última de origen celtibera.
      Existen, por tradición, costumbres que nunca se dejan de lado ni que lluevan cántaros de sarna o caigan del cielo cuchillos o navajas. Una de estas tradiciones es realizar la travesía del Camino de Santiago que cruza la provincia de Palencia de lado a lado > este a oeste, de Burgos a León, casi por el centro geográfico de nuestro pequeño mapa; son 70km de caminada. Existe un ramal alternativo que pasa por Cervatos de Cueza donde encontramos la villa romana del Pago de Tejada > latifundio romano de uso agrícola (siglo II), cuyo esplendor discurrió a lo largo de los siglos III/IV; impresionan sus magníficos mosaicos, la piscina y los hipocaustos, origen de nuestras ‘glorietas’. Pero el primer pueblo palentino propiamente dicho a surgir en el Camino de Santiago es Otero de la Vega y su ermita dedicada a Nuestra Señora de la Piedad (siglo XIII). En la entrada del pueblo una estatua de Santiago peregrino bendice al viajante, y le susurra ‘!Bienvenido a la Tierra de Campos!’. A partir de esse lugar, el romero solo encontrará ‘las mareas del trigo trepidante y dorado/ mecidas por la brisa ligera del viento’, en versos poéticos. Después encontramos algunas ciudades importantes, entre las cuales sobresalen Frómista y Carrión de los Condes. Antes de dejar la provincia, el peregrino deberá pasar por Terradillos de los Templarios – pueblecito que albergó una villa romana rústica - y, por fin, antes de entrar en Sahagún (León), él se depara con San Nicolás del Real Camino  - aldea de 40 habitantes (2011), pedanía de Moratinos y último ‘pueblo’ del camino jacobeo en la provincia de Palencia.
Hablando de tradiciones, usos y costumbres, nos llama la atención el curioso título que el Guía de Recursos Ambientales dio a uno de sus apartados: ‘Adobe, piedras y romerías’. Sí, en nuestras comarcas y pueblos, esos tres sustantivos poseen intensidad marcante, sobre todo en la arquitectura popular, ora en forma de adobes o tapias, que se recubren de barro y paja (Boedo/Valdavia), ora en forma de entramados de madera > los paños o entrepaños se rellenan con materiales diversos ej.> cantos, ladrillos o barro (Ojeda, Vega/Valdavia), ora en forma de muros o estructuras hechos con piedras de cantaría así como sus castillos e iglesias (Montaña Palentina). Las casas/viviendas de nuestros pueblos constan tradicionalmente de dos plantas: la baja, donde  mora el labrador con la familia y guarda el ganado; y la superior, que sirve de granero, secadero etc. La casa de mis hermanos Cristina, Elpidio y José es exactamente así: puede  acrecentarse un pequeño patio interno con varias utilidades o serventías. Actualmente, el ladrillo y el servicio de albañilería son los preferidos, pero en tiempos de antaño realmente los adobes, tapias y entramados eran comunísimos. El portal o pórtico también es muy frecuente para proteger la casa del rigor invernal, así como el revestimiento exterior que se hace con barro y paja, y una pequeña abertura en las tapias o muros para equilibrar las temperaturas tanto en el verano como en el invierno, las dos estaciones extremas. Todas las estructuras  (zócalos y pies) encuadran los entrepaños con rellenos de ladrillos [tonos rojos] o de tierra [madera y barro]. En casi todas las casas/viviendas de nuestros pueblos, son típicos: el portón que da acceso a la calle y el bocarón del pajar, de gran utilidad en las faenas agrícolas. Cuando niño oía pronunciar mucho la famosa portonera > portones de gran tamaño por donde pasaban los carros y aperos agrícolas.
Otros usos y costumbres extremamente arraigados en las comarcas palentinas son los llamados colmenares > construcciones de adobe, mampostería (piedras sin labrar) y tejados de dos aguas, con teja árabe > de canal cónico. Los colmenares están alejados de los núcleos urbanos, aunque existan casos rarísimos en que aparecen junto a las viviendas/casas dentro del pueblo. Curiosamente, la puerta está siempre en la dirección sur para aprovechar al máximo el calor del sol, especialmente en el invierno. Se construyen en el centro de plantaciones florales, más utilizadas por las abejas en la producción de miel. Leí en un libro que casi todas las casas labradoras de nuestros pueblos tenían una colmena - en Prádanos nunca vi colmenares, pero en la Ojeda existen muchos. Colmenares de Ojeda, por ejemplo, recibe este nombre debido a sus hermosos, ricos y antiguos colmenares -, y cuando los enjambres crecen las colmenas se multiplicaban, incluso se comercializa mucho la miel. Se dice que los mejores sitios y maneras de aumentar las colmenas son colocarlas en el centro de un huerto familiar, pues así se aprovecha la polinización de su variada flora; los corrales o cualquier rincón soleado son también excelentes lugares para un colmenar prosperar y dar cierto. En Viviendas de ayer y hoy, el autor y morador de Moratinos recoge algunos refranes interesantes, como este: si quieres vivir sin trabajar ten ovejas, abejas y palomar. O este otro: no compres cosa vieja, a no ser miel o teja. Pero estos usos y costumbres antiguos sufrieron un duro golpe con la barrosis > enfermedad contagiosa que mata los colmenares en poco tiempo, sobre todo aquellos instalados en cestos maltrechos muy usados en vendimias, y forrados de barro y paja, fijos en la pared en hilera o superpuestos. En San Nicolás del Real Camino, los aficionados en apicultura juntan las colmenas móviles y las llevan a un caserío cercano para aprovechar mejor la floración autóctona. La abeja palentina es insustituible en la polinización de plantas y árboles frutales, como manzana, mora, cereza, zarzamora, pera, ciruela, fresa etc. y en la producción de miel, cera, jalea real, además de otros productos utilizados en repostería > pastas, dulces y bebidas, y en farmacoterapia. En España, es preciso seguir la legislación en la hora de instalar un apiario. El Real Decreto (2002) determina la ordenación de las explotaciones apícolas y, sobre todo, las distancias establecidas para poblaciones, carreteras y caminos.
Ahora, costumbres y usos de luengas datas son los incontables y divertidísimos juegos que la tradición continúa manteniendo a través del tiempo. Aunque muchos de ellos debido a circunstancias dichas de retroceso están desapareciendo de nuestros pueblos. En mis tiempos de niño existían algunos más populares, como los bolos, la pelota, los aros, la chana,  las brochas, el lanzamiento-de-barra y herraduras, la corrida -de-cintas, las tabas, la monterilla, la soga-tira o tirar-de-la cuerda, carrera-de-sacos, corridas-de-burros, etc. Existen hasta concursos como el de soga-tira de Valdespina, en blanco y negro. El juego de bolos, por ejemplo, es una de las más viejas tradiciones que aún perduran en España bajo diferentes modalidades; en Palencia prevaleció el bolo-llano > cuatro partidas de tres juegos cada uno. El equipo es constituido por cinco personas. Pero existen tantas maneras de jugar a los bolos que es difícil señalar cual de ellas sería la mas interesante. En realidad, excepto un juego de bolos practicado por mujeres, el resto fue sólo de hombres. Dentro de los juegos de lanzamiento, la chana o calva es el más representativo. Su origen habría que buscarlo en las tradiciones de los pastores trashumantes, cuya calva o chana era un cuerno de buey o de cabra; la chana tendría conexión con ejercicios físicos de celtas, egipcios y romanos. El juego de la pelota en frontón abierto es quizás el más tradicional de todos: en cualquier pared, de preferencia la de la iglesia, se practicaba este juego popular. Yo me acuerdo: jugábamos a la pelota en el portal del ayuntamiento. Habia hasta enfrentamientos entre pueblos del contorno. El juego de las brochas fue muy popular y tradicional – introducir la bola en determinados agujeros (nueve > cinco ‘perdederos’ y cuatro ‘ganaderos’ de los que componían las brochas -, pero se ha perdido hace tiempo: sólo personas de edad saben lo que es el juego de las brochas. La monterilla, por ejemplo, fue también un juego de pastores: se lanzaba la cachaba para colocarla sobre la montera…
En Juegos y Deportes, se clasifican las diversiones populares más tradicionales de España en juegos infantiles y juegos de adultos (y sus modalidades autóctonas). En esta clasificación, constan juegos:1) tradicionales (pasan de padres a hijos - infantiles y de adultos; 2) rurales con apuestas; 3) populares (de pueblos llanos); y 4) deportes (populares o no). En casi todos ellos yo me coloco y a mis paisanos también, pues participé de ellos o los vi jugar. Hay juegos de echar suerte > cara o cruz, pares o nones, echar pies, pase misí, pajitas o palos, la raya o lanzamientos, los alfileres etc.; juegos de correr y coger > el escondite, la cadena, el rescate, el pañuelo, cortahílos (en Prádanos tenía otros nombre), las cuatro esquinas, civiles y ladrones etc.: juegos de coger y saltar > la pídola o píndola, el salto o raya, a la una anda la mula, el espolique, la coscojita o infernáculo etc.; juegos de cuerda o comba > soga-látigo, pon pon el cartero, una dos y tres, etc.; otros juegos > el aro, los zancos, los silbatos, las canicas (y sus muchas variantes o modalidades), el peón, peonza o trompa (y sus combinaciones), las tabas (y modalidades), los perpes ej.: cromos, billetes de tren o capas entrelazadas de cajas de cerillas), las chapas, la piñata, la honda, la carrera-de-sacos, los tiradores (¡que saudades!), las chirumbas o juego-de-los-palos o de-los-cirios(¡cuantas veces yo jugué de niño a la chirumba!), el juego-del-gua, la gallina-ciega, el tejo, etc. Entre los juegos de adultos, se citan: los bolos (sólo en Castilla hay unas 30 modalidades), el billar-romano, la carrera-de-cintas, el corte-de-troncos, las cucañas-terrestres, el herrón-herradura, la llave, el lanzamiento-de-barra, la lucha-de-la cruz, la lucha- leonesa, la monterilla, el morrillo o chana, la pelota, la rana, la tanga o tuta, el tiro-de-honda etc. Algunos de estos juegos son considerados deportes tradicionales en Castilla y León: tienen reglas y están supervisados por la Federación Deportiva ej.: el billar-romano (Zamora) , la rana (Ávila), la tanga (Burgos), el bolo-leonés (León), la monterilla (Palencia), la calva o chana (Salamanca), la pelota (Segovia), la herradura (Soria) y la barra-castellana (Valladolid).
       La monterilla, de modo especial > un juego tradicional y característico de nuestros pueblos palentinos, tiene o tenía un cierto parecido con la tanga o tuta, la chana y hasta con el juego de bolos. Era un juego practicado por pastores trashumantes: hoy, con la decadencia del pastoreo, el juego también ha desaparecido sin saber exactamente el porqué de su desaparición. Unos setenta años atrás era un juego apreciadísimo y practicado por la inmensa mayoría de los pastores, y en lugares donde existían rebaños de ovejas y cabras, porque era un divertimiento interesante, donde los jugadores precisaban demonstrar habilidad, puntería, destreza y coordinación óculo-manual, así como apreciar distancias y trayectorias. Por lo que consta, este juego solo se practicaba en la Tierra de Campos, pero ciertamente se extendía a todos los pueblos de la provincia. La época más propicia era el mes de septiembre cuando los campos no estaban sembrados y el ganado se podía dejar pastando sin mayores preocupaciones. Durante el invierno, se practicaba en los corrales y tenadas donde estaban concentrados los rebaños. El juego se desarrollaba sobre la hierba o sobre tierra. En general, se usaban la boina y la cachaba de los propios jugadores. El juego consiste en lanzar la cachaba y colocarla lo más cerca posible de la boina o montera. Parece simple como todo juego tradicional, pero esto exige una habilidad especial para lanzar la cachaba y dirigirla a un punto concreto. Es una técnica parecida a la del boomerang pero sin regreso al lugar de origen. Las dimensiones y pesos de la cachaba no están reglamentados; dependen de combinación anticipada. El juego comienza con dos monteras boca abajo, una de frente a la otra, a una distancia de 30cm. Cada jugador intenta tirar la cachaba del otro competidor, y si conseguir colocarla encima de la montera gana 2 puntos, o cuando más próxima posible, apenas 1 punto. El equipo con más puntos (entre 15 y 21) gana la partida. La chana o calva de Salamanca es más o menos la misma cosa: en lugar de la montera se usa un cuerno o un asta de macho cabrío; y en lugar de la cachaba, unos cantos rodados en las orillas del río. Después eran pulidos y convertidos en cilindros de bases redondeadas, de pesos y dimensiones acordes a sus gustos y posibilidades.
      Ah, y las romerías de nuestros pueblos, ¡que cosa preciosa y cautivante ver aquella multitud de gente o reunión de fieles devotos en peregrinación a alguna ermita, iglesia o santuario para pagar promesas religiosas o exvotos > dones u ofrendas, como muletas, mortajas, figuras de cera, cabellos, cuadros etc. que los fieles cristianos dedican a la Virgen María o a los santos en señal y recuerdo de algún beneficio recibido, y que se cuelgan en los muros, en la techumbre de los templos o en capillas para ese fin destinadas em muchas ermitas! En nuestras comarcas son famosísimas, entre tantas otras, la Virgen del Brezo, en la Montaña Palentina; Nuestra Señora del Valle, en Saldaña; la Virgen de Rabanillo, en Tabanera de Valdavia; la Romería del Otero, en Congosto de Valdavia; la Virgen del Rebollar, en Vega de Vur; la Virgen del Boedo, en Báscones de Ojeda, etc. De hecho, toda remaría presenta tres momentos importantes: el viaje, la llegada a la ermita y el regreso al pueblo. En general, toda romería tiene carácter religioso y, por eso, en ella se realizan misas, procesiones, y otras actividades coordinadas por algún sacerdote, aunque actualmente también existan actos paralitúrgicos ejecutados por personas laicas. Un romero que se precia hace el recorrido a pie y en grupo. Hay romeros que se cargan una cruz a las cuestas y caminan kilómetros y kilómetros por caminos y vericuetos nunca vistos hasta llegar a la ermita o catedral, como es el caso del peregrino del Camino de Santiago…
 En el mundo existen lugares de peregrinación internacional como Lourdes, Fátima, Santiago de Compostela, Belén do Pará (Brasil) – en la Fiesta del Círio de Nazaré acorren dos millones de personas, así como en Aparecida do Norte/SP el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida (Brasil). El papa Paulo VI ofreció a este santuario la “Rosa de Oro’, en reconocimiento por su valor religioso, histórico y cultural. En Juazeiro do Norte/CE, todos los años hay una romería al Monumento del Padre Cícero, a la cual comparecen más de un millón y medio de fieles devotos. Y a pesar de no ser un santo canonizado por la iglesia, es un ‘santo milagroso’, padrino y protector de millones de nordestinos que le llaman cariñosamente de ‘Padim Cíço’. Casi todos los lugares de romerías tanto en España como en cualquier parte del mundo son considerados patrimonios artísticos y culturales de esos países.
             Y como forma de terminar este reportaje, yo mencionaría un hecho curioso citado por el Guía de Recursos Ambientales, y que lleva el nombre de Fiesta de los 25 Pueblos, sin duda la más espectacular y misteriosa de todas las conmemoraciones de que se tienen noticia en Palencia. Recordaba decimos bien  – en tiempo pasado, pues ni el Portal de Turismo, de Palencia, la cita en sus apuntes – la victoria del pueblo sobre los señores feudales: cada pueblo acudía con sus pendones y banderas, vestidos a rigor, para festejar tan gran acontecimiento histórico. En general, cualquier acto religioso va acompañado de pregón, ofrenda de flores, cabalgata, animación de calle, conciertos, verbenas, fuegos artificiales, títeres, pasacalles etc. O sea, las fiestas en Palencia se realizan en ton mayor: son actos culturales, religiosos y gastronómicos con grande participación del pueblo. Y todo se repite al año siguiente…. En Osorno la Mayor, por ejemplo: en la Fiesta de San Miguel de los Santos hay ‘verbena con disco móvil, charanga matinal, teatros de calle, desfile de carrozas, espectáculos de fuego y mucho, mucho más’, como nos afirma el portalfiestas.com.