sábado, 7 de julho de 2012

Prádanos de Ojeda: mi pueblo, cabeza de la Ojeda (3)


Nuestras comarcas [Vega, Valdavia, Boedo y Ojeda] así como sus numerosos pueblos diseminados por una área geográfica de 1.538 km², están ubicados en la parte centro-norte de la Montaña Palentina. Es una región de clima mediterráneo, con veranos menos calurosos en relación a las comarcas del sur palentino, e inviernos fríos y largos, aunque sin llegar a las temperaturas mínimas del norte cantábrico. En su geomorfología y relieve terciario predominan terrenos entre 800 y 1100 m de altitud, y sus precipitaciones, em media, son de 600 mm/anuales. Por sus cuatro comarcas (Vega, Valdavia, Boedo y Ojeda), donde encontramos tierras abiertas a páramos, riberas, campiñas, laderas y cuestas > con pinares más o menos densos -  además de muchos terrenos alomados y divididos en mosaicos o parcelas de cultivo -, corren y se despeñan por entre valles y vallejos encajonados los ríos Carrión y Pisuerga, varios de sus afluentes principales > Burejo (33 km), Boedo, Valdavia (71 km), Valdeguinate (61 km), Sequillo (123 km), Franco (33 km), Grande (22 km), Camesa (17,9 km), Abánades (80,3 km) y otros cauces de menor expresión que dejan a su paso márgenes verdes y bastante fértiles – entre esos cauces de menor expresión, están los tres arroyos pradanenses, muy bonitos y con importancia local incalculable, y que desembocan directamente en el río Pisuerga en los términos de Alar del Rey. A lo largo de sus recorridos meándricos podemos distinguir bosques de ribera a ambos lados de la corriente [más o menos intensa, conforme las estaciones del año], bosques mixtos, choperas, alisedas, alamedas etc. y una gran cantidad de especies de vegetales y animales, tanto acuáticas como ribereñas.
El Canal de Castilla – comienza en Alar del Rey, a 3,5 km de Prádanos de Ojeda – y sus acequias de riego son igualmente vías verdes, de grande impacto ambiental y turístico, ’al potenciarse con éxito las actividades educativas, deportivas y de ocio en torno a sus márgenes’, nos dice taxativo el Guía de Recursos Ambientales, de la provincia de Palencia. El aprovechamiento económico de estas comarcas es subscrito por una agricultura rica en variedad de leguminosas (patatas, ajos, alfalfa etc) - además de la ganadería -, modernos cultivos industriales de regadío (maíz, remolacha etc) y algunas huertas tradicionales (principalmente, de Alar del Rey y Herrena de Pisuerga > aquí mis hermanos [José, Cristina y Elpidio] escribieron una linda historia de amor a la tierra herrerense), actualmente con renovadas explotaciones dedicadas al cultivo de productos ecológicos y hortofrutícolas > espinacas, lechugas, acelgas, pimientos, tomates, zanahorias, cebollas, puerros, coles, berenjenas, espárragos, alcachofas, brócolis, apios, etc.). Entre ellas, existen algunas verduras con más sodio, uno de los minerales más abundantes en nuestro cuerpo y de gran relevancia para su buen funcionamiento. Son las siguientes; acelgas, apios, espinacas, zanahorias, espárragos blancos, remolachas y alcachofas, únicas hortalizas cuyo aporte de sodio supera los 40 mg por cada 100 gramos, pues las verduras y frutas frescas son pobres en este mineral y podrán ser consumidas libremente por personas con afecciones renales graves y por  deportistas, tras sus esfuerzos de rutina.
       Durante siglos, nuestras comarcas y pueblos estuvieron demarcados por los dos ríos más importantes de Palencia – el río Carrión y el río Pisuerga. El Valle del Carrión, al oeste, da vida a la vega de Saldaña hasta Carrión de los Condes; y el Valle del Pisuerga delimita, al este, las tierras palentino-burgalesas y recoge las aguas que irrigan nuestras comarcas. Al norte, la Zona de la Peña [donde nacen estos ríos] marca el comienzo de la región cantábrica en sus estribaciones meridionales y, al sur, la Tierra de Campos (> región natural determinada por circunstancias especiales de relieve, suelo, clima, paisaje y vegetación que guardan entre sí una relación e influencias recíprocas) se explaya a perder de vista en el horizonte palentino. La región está, por lo tanto, bien enmarcada y definida por los dos grandes ríos de la provincia de Palencia; y en ella predominan valles por donde discurren los cauces de sus principales y ricas aguas, de norte a sur, de este a oeste, alternándose con tierras altas alomadas y páramos de zonas menos fértiles.
        En los valles de regadío vamos encontrar huertos (as) familiares alrededor de los pueblos, como es el caso de Prádanos de Ojeda. En mis tiempos de niño, si mal no recuerdo, prosperaban unas 15 huertas de suelos profundos y frescos. Y, en armonía con aquellos dos ríos importantes – el Carrión y el Pisuerga –, vamos atravesar otras aguas corrientes que surcan nuestras comarcas: el Boedo y la Ojeda son irrigadas por el río Burejo y el Boedo, afluentes del Pisuerga; ya las comarcas de la Vega y Valdavia son recorridas por el Carrión y el Valdavia, afluentes también del Pisuerga, con sus numerosos tributarios y arroyos, como el Ucieza, Valdeguinate, Cueza, Sequillo, Abádanes y los arroyos Grande y Pequeño (tributarios del río Valdavia). En verdad, según dicen los entendidos, podríamos dividir la provincia de Palencia en dos partes longitudinales, si llevamos en cuenta los ríos que atraviesan sus tierras. A la derecha, el Pisuerga > un afluente del río Duero, que da vida al Canal de Castilla y a los embalses de Requejada (Cervera de Pisuerga) y Aguilar (Aguilar de Campoó); a la izquierda, el río Carrión > principal afluente del Pisuerga y sus numerosos afluentes, que irrigan la Vega de Valdavia y la Tierra de Campos; estas aguas corrientes alimentan los embalses de Camporredondo y Compuerto. El Carrión podría llamarse con toda justicia de El Río de la Unidad Palentina, pues  a pesar de sus 179 km de longitud, todo su recorrido permanece dentro de la provincia de Palencia.

   Río Carrión – 179 km de longitud (exclusivamente palentino)

        El río Carrión nace en el Macizo de Fuentes Carrionas > un sistema montañoso que forma parte de la Cordillera Cantábrica. Está localizado al norte de la provincia de Palencia, en el término de Velilla del Río Carrión [a 22 km de Guardo y 128 km de Palencia] y, en nuestros días, integrado al conjunto orogénico cántabro-leonés; su pico más alto está en Peña Prieta (2.538 m de altitud). La palabra Carrión es objeto de disputas acaloradas. Tal vez derive de la raíz ibero-romana carric- eum > carric- ale > carricion, este último con matiz aumentativo o despectivo. El significado en este caso sería ‘lugar donde abundan carrizos > plantas gramíneas muy semejantes a las cañas o juncos que crecen próximas de arroyos, charcos y lagunas; tendría origen extremeño. Entre tanto, otros estudiosos derivan el término Carrión de la raíz vernácula carre > carral > carrales, con el significado de ‘monte de encinas carrales’ o carrascales, > una variedad más continental de encina, encontrada en el interior de la península Ibérica: tiene porte bajo, redondeado y resiste a la sequedad y al frío de invierno. Es figura típica de la dehesa palentina. A veces se la confunde con la coscoja o el acebo [roble], un arbusto más bajo que la carrasca (Quercus ilex).El escudo de la ciudad parece inclinarse por el primer significado.
De hecho, está más conforme con la historia botánica de la región, pues el propio Plinio El Viejo menciona los ‘campos carrinenses’ de Hispania de donde fluyen dos fuentes: ‘una de ellas arroja todo lo que se le debe; y la otra lo absorbe’, refiriéndose a la Laguna de Fuentes Carrionas donde nace el río Carrión que atraviesa, de norte a sur, toda la provincia de Palencia: a su paso recoge las numerosas aguas de arroyos y ríos que nacen en aquellas montañas ej.: los ríos Cardaño (11 km) y Arauz, y los arroyos de Aviaos y Mazobres, además de originar los embalses de Camporredondo y Compuerto, como ya dijimos, empero sus pendientes cuando pasan por los páramos detríticos son escasas, casi nulas. En su ribera crecen bosques de hayas, robles y melojos, siendo apreciados también los encinares, sabinares y pinares. En las márgenes encontramos una infinidad de plantas, como brezos, arándanos, tormentillas y, de modo peculiar, el sempervivum montanum > bellísima variedad suculenta que solo se da en el Pico del Espigüete (2.450 m de altitud). El Parque de Fuentes Carrionas fue declarado Reserva Natural de Caza (1966) debido a su enorme riqueza faunística ej.: venados, jabalíes, corzos, lobos, gatos monteses, rebecos, urogallos, osos pardos y todo tipo de roedores; entre las aves vemos el águila real, el buitre leonado, la perdiz, el búho real, la lechuza, el cernícalo común, entre muchas otras.

        Rio Pisuerga - 283 km de longitud (río interprovincial)

El río Pisuerga nace oficialmente em la Cueva del Cobre y sus cabeceras están reguladas por los embalses de Requejada y Aguilar de Campoó. En realidad, nace en el glaciar de Covarrés – Pico de Valdecebollas, cerca de Brañosera (Palencia), pero por artimañas de la naturaleza se hace subterráneo, emergiendo después en la Cueva del Cobre, donde tiene el nacimiento oficial. En su recorrido atraviesa el Alto Campoo y toda la Tierra de Campos. Numerosos tramos del río hacen frontera entre las provincias de Burgos y Palencia; no tramo final baña Valladolid, Simancas etc. y desemboca en el río Duero (897 km), por su margen derecha, en el término municipal de Tordesillas (Valladolid): su caudal máximo registrado fue de 2.340 m³/s, mayor que el del propio Duero. Es 'el mayor afluente de la más importante cuenca hidrográfica peninsular' > cerca de 100 mil/km² y grande potencial hidroeléctrico – el mayor de Europa, debido a su brusco desnivel de 400 m, y origen de muchos embalses y presas [españoles y portugueses], entre los cuales se destaca Aldeadávila (Salamanca) Los “Saltos del Duero’ hacían un total de 3161 MW (1991), en territorio español. El río Pisuerga tiene su nombre derivado de Pisoraca,  denominación de un antiguo asentamiento ibero-romano – hoy solar de Herrera de Pisuerga (Palencia) - y donde hay registros de un campamento de la IV Legión Macedónica > con unos 6/7 mil soldados, en guerra contra los pueblos cántabros y astures del norte ibérico (entre19 aC-40 dC).
    Etimológicamente, el término pisor[aca] tendría origen en raíz céltica latinizada y su significado sería ‘briga’ > lugar de lucha, contienda, disputa.’. Y más: los estudiosos afirman que fue el asentamiento prerromano que dio nombre al río y al lugar, y no al contrario. Otros, entre ellos Roberto Gordaliza, piensan que el nombre Pisuerga derivaría del término latino bis-uraga > “dos ciénagas” > lugares pantanosos, en referencia a los ríos Burejo y Pisuerga, en cuya confluencia se asentó históricamente la pequeña ciudad. Arqueólogos encontraron recientemente restos de cerámica tipo aretina (2007) – consta el nombre de un alfarero, Lucius Terentius -, vidrios (copas y frascos) y hallazgos metálicos de arreos y estribos de caballos. El arqueólogo Emilio Illarregui encontró estructuras de una construcción que consagró como siendo restos de murallas de un castrum (campamento militar). La romanización del antiguo solar de Herrera de Pisuerga se debe exclusivamente a su localización estratégica como campamento permanente contra la tenaz resistencia de los pueblos cántabros y astures al imperio y poderío romanos, y por ser considerado un nudo importante de comunicación entre los puertos de Cantabria y la Tierra de Campos, sobre todo para el transporte de esclavos y cereales. En Pisoraca se iniciaba la calzada romana del llamado Valle del Besaya - brazo secundario del Camino de Santiago/Ruta Norte -, uniendo aquel asentamiento romano al Portus Blendium (actual Suances). En el siglo VI dC, Herrera continuó a ser un campamento militar, ahora del reino visigodo de Toledo (507-711).

       Río Burejo – 33 km de longitud (afluente del Pisuerga)

El río Burejo nace en Colmenares de Ojeda, a 1130 m de altitud, en un pequeño lugar de nombre Prado Lozano donde predominan prados húmedos, próximos a la Peña de Cantoral, uno de los contrafuertes de la Cordillera Cantábrica. En su curso superior es un típico arroyo de montaña > tiene un régimen ‘torrencial’ debido a su gran pendiente – entre el nacimiento y la desembocadura marca 290 m en un recorrido de apenas 33 km. Todos los ríos o arroyos de montaña transportan sedimentos y alimentan procesos erosivos en el fondo de sus cauces y actúan contra los taludes por donde pasan las corrientes de agua. Son tres factores que determinan el río de montaña: 1) el fondo del valle principal por donde fluye el agua de las nacientes del río; 2) los valles laterales de altura por donde fluyen los ríos tributarios al río principal; y 3) las frentes de laderas o pendientes fuertes o moderadas y los valles laterales que ocasionan la separación de aguas entre ellos. En una cuenca de montaña, las pendientes laterales de los suelos y sus reducidos caudales indican los cambios en su equilibrio hidrológico y las condiciones del régimen y el desequilibrio ecológico a causa de los movimientos de erosión o de la intervención humana (agricultura, minería, vías de comunicación etc). Así, un río o arroyo de montaña supone un curso de aguas superficiales con pendientes más o menos pronunciadas y grande diferencia entre los caudales de crecida y de estiaje. Durante la época húmeda conducen caudales mayores, pero en épocas de sequía los caudales de escurrimiento son muy pequeños llegando em muchos casos a no tener caudal algún. De cualquier forma, la erosión, los riesgos climáticos caracterizados por secas y heladas, así como la ocupación del suelo por medio de prácticas agrícolas, pecuarias y mineras, determinan la mayor parte del escurrimiento. Sin embargo, aunque la erosión sea el factor decisivo  en el formato de los ríos o arroyos de montaña, no podemos olvidar otros factores importantes: topografía, propiedades físicas y químicas de los suelos, cobertura vegetal, uso del suelo y régimen de sus precipitaciones etc. El régimen de los ríos o arroyos de montaña es mixto, de tipo pluvio-nival y, por eso, las precipitaciones y el deshielo anual de la nieve marcan:
        1) las aguas altas a mediados de la primavera (mes de mayo, cuando se produce el deshielo) y en el otoño, de menor relevancia, debido a su origen pluvial;     
         2) las aguas bajas ocurren en el verano – un mínimo no demasiado acusado –,de  un estiaje veraniego no muy profundo; y 
        3) las aguas ligeramente bajas en el invierno, cuando las precipitaciones se quedan retenidas en forme de nieve o de hielo en la montaña.
El río Burejo recibe aportes de las lluvias de otoño en su pequeño caudal. Con la llegada del invierno (enero/febrero) las precipitaciones son en forma de nieve retenida en las cumbres de la Peña de Cantoral. Ya en los meses de primavera (mayo/junio), con el aumento de las temperaturas, se produce el deshielo aumentando consequentemente el caudal del río y de sus arroyos tributarios. Por fin la llegada del verano y la subida de las temperaturas provocan el estiaje del río. En suma, tres factores influyen en su régimen fluvial: 
       1) el clima de montaña > área de clima oceánico con precipitaciones abundantes en las cabeceras (1000 mm/anuales) y frecuentes en forma de nieve (la temperatura de primavera provoca el deshielo); 
    2) el relieve y la topografía – el gradiente térmico ocasionado por la altitud provoca precipitaciones en forma de nieve retenida hasta la primavera; y 
      3) su localización que destaca el carácter nival del río, aunque predominen en su cuenca los aportes pluviales.
En nuestra España, ocurren tres vertientes hidrográficas:
       1ª) vertiente cantábrica > ríos cortos, caudalosos, de régimen regular, numerosos y con gran fuerza erosiva, exactamente por nacer en montañas cercanas a la costa;
      2ª) vertiente atlántica >ríos longos, con fuerza erosiva escasa a moderada, pues corren por llanuras, donde se hunden y forman barrancos en los desniveles. Su régimen es irregular, o sea, presentan estiaje en el verano con un mínimo de precipitación, y crecidas con las lluvias de otoño y primavera;
     3ª) vertiente mediterránea > ríos cortos y abarrancados, dada la proximidad del mar a las montañas en que nacen y, por eso, erosionan violentamente las laderas deforestadas y arrastran derrubios > desmoronamientos de tierras. Su caudal es escaso debido a las reducidas precipitaciones y su régimen es muy irregular. En el verano presentan estiajes prolongados y en el otoño sufren crecidas catastróficas originadas por lluvias torrenciales.
Las cuencas afluentes de nuestros ríos y arroyos desembocan en el río Duero (897 km): su cuenca nominal es la mayor de España (97.290 km²), y está circundada en su cabecera por ríos procedentes del Sistema Ibérico > vertiente sur de la Cordillera Cantábrica, y norte del Sistema Central. Su régimen es pluvio-nival, esto es, en su tramo medio el río pierde caudal en el verano > pluvial mediterráneo continentalizado; ya en su tramo final aumenta las precipitaciones del régimen oceánico e incrementa el caudal, adquiriendo un régimen pluvial oceánico. En todos estos ríos, las divisorias de aguas no son cadenas montañosas propiamente dichas visto que la extensión de sus cuencas es menor y las redes de drenaje no se encuentran entre sí.
    El río Burejo, después de atravesar tierras de 12 poblaciones y recorrer apenas 33 km, desemboca en el río Pisuerga, en Herrera. En su pasaje recoge las aguas procedentes del deshielo y nevadas de invierno, doblando prácticamente el caudal cuando recibe su mejor tributario, el arroyo Valdeur o san Millán aún en el municipio de Colmenares de Ojeda > primera localidad a ser atravesada por este riachuelo que recorre integralmente todo el territorio palentino. En su margen derecha recibe varios arroyos y arroyuelos ej.: el arroyo Tarabás al pasar por Olmos de Ojeda, y el arroyo Payo en su pasaje por La Vid de Ojeda. Como oímos y leemos en diversos comentarios se trata de un río modesto en su caudal, extensión y velocidad de corriente. En los meses más calurosos sufre un fuerte estiaje (meses de julio/agosto); en el invierno, al contrario, el deshielo y los temporales provocan el desbordamiento de sus aguas, aprovechadas casi siempre en regadío por los pueblos por donde él hace su recorrido, principalmente en cultivos de patatas, ajos, remolacha. maíz. El Burejo puede ser un río modesto, pero aún se mantiene ‘joven, guapo y aseado’, pues no atraviesa poblaciones y centros urbanos de expresión. Por eso hasta hoy mantiene limpias sus aguas, donde paisanos de diferentes lugares de España usan el río para pescar, bañarse y, sobre todo, irrigar productos hortofrutícolas. ¡Cuantas veces de niño, junto con otros guajes, yo me bañé en aquellas aguas frías de hacer tiritar al diablo en persona! En Herrera existe un coto a la pesca libre teniendo en vista la trucha, el cangrejo de río y  otros peces de calidad. En mis tiempos de niño, al lado de mi padre, conocí varios molinos de grande procura localizados en las riberas del Burejo ej.: en Colmenares, Amayuelas y Olmos de Ojeda >a cinco km de Prádanos.

                  El Canal de Castilla (207 km > Alar del Rey/Valladolid/Medina de Rioseco)


       Durante casi un siglo (1753-1849), la ingeniería española realizó una grandiosa obra hidráulica como nunca se vió en Castilla y Aragón. Fue la consumación de un viejo sueño largamente cultivado por el jesuita, arquitecto, ingeniero y visitador de obras reales, Bartolomé Bustamante de Herrera (1501-1570). Siglos después, llevadas en cuenta las posibilidades ofrecidas por la cuenca del río Pisuerga (Palencia/Burgos/Valladolid), el marqués de Ensenada propuso al rey Fernando VI la construcción de una red de canales navegables en aquellas regiones. Su finalidad: romper el aislamiento de la meseta castellana, pues su relieve complicado y la enorme deficiencia en redes viarias tornaban el regadío y el transporte de los productos agrarios casi imposibles -  en la época, Castilla era la principal productora de cereales de España. El proyecto inicial sufrió notables recortes y modificaciones: al final, fueron ejecutados y con no pocas dificultades y gastos los 207 km del Canal de Castilla > desde Alar del Rey hasta Ribas de Campos, donde se bifurca en una gran ‘Y’ invertida – en realidad, más parece una herradura -, terminando un ramal en Medina de Rioseco y el otro en Valladolid. En los siglos XVIII y XIX, Castilla y León eran regiones prácticamente aisladas del resto del país por una serie de condicionamientos históricos y geográficos. A pesar de ser esta región española principal productora de cereales no disponía de salidas a puertos de mar o a Madrid, capital del país. Estas dificultades abrieron las puertas a grandes proyectos destinados a mejorar el sistema de comunicaciones y conectar los centros de producción a los centros de consumo. Su excesiva duración y las constantes interrupciones no consiguieron parar esta obra monumental de ingeniería. El Canal de Castilla fue escavado a pico y pala, directamente sobre el terreno, con una profundidad de 1.80 a 3 m, y anchura entre 11 y 22 m.
       El recorrido fue dividido en tres ramales y atraviesa 38 términos municipales de tres provincias castellanas (Burgos/Palencia/Valladolid). En el proyecto había un cuarto ramal hasta Segovia, pero nunca se concretizó:
        1) el Ramal Norte, con 74 km y 24 esclusas, comienza en Alar del Rey y termina en Ribas de Campos; aquí se bifurca en forma de ‘Y’ invertida, después de  ultrapasar 80 m de  desnivel. Es dividido en cuatro partes: Alar del Rey/Herrera de Pisuerga (9,85 km); Herrera de Pisuerga/Osorno (26,35 km); Osorno/Frómista (21,2 km) y Frómista/Calahorra de Ribas (17,3 km);
        2) el Ramal de Campos, con 79 km y 07 esclusas – desde Ribas de Campos (ahí recoge las aguas del río Carrión) hasta Medina de Rioseco. Es el tramo más llano, y es dividido en tres partes: Calahorra de Ribas/Sahagún el Real (28,32 km); Sahagún el Real/Castromocho (25,04 km) y Castromocho/Medina de Rioseco (24,9 km);
     3) el Ramal del Sur, con 54 km y 18 esclusas – comienza en Serrón/Grijota (Palencia) y termina en Valladolid. El tramo es dividido en dos partes: Serrón/Dueñas (24,76 km) y Dueñas/Valladolid (29,7 km). El desnivel total es de 150 m y hubo necesidad de construir una serie de elementos arquitectónicos capaces de salvar los desniveles y fisionomía del terreno a fin de facilitar la navegación fluvial. Las compuertas están revestidas de sillerías de piedra caliza o arenisca; y las esclusas son de dos tipos: 34 ovaladas (más costosas de ejecutar y mas lentas de llenar; comportaban dos barcazas), de 20-25 m de largo por 10 m de ancho; y 15  rectangulares (mais baratas, llenan más rápido, aunque permitían solo una barcaza por vez). Son de 30 m de largo por 5 m de ancho. Se construyeron 70 puentes [10 en el ramal Norte; 11 en el ramal de Campos y 4 en el ramal Sur], de solo un arco, con fuertes pretiles y andenes en su base, permitiendo la continuidad de los caminos de sirga > maroma para llevar la embarcación desde tierra. Las barcazas (de madera y hierro) ultrapasaban los 20 m de eslora y 4 m de manga, con capacidad de 50 ton. Eran arrastradas por 2 o 3 mulas. Las dársenas – verdaderos puertos del interior – son zonas donde se ensancha el canal para facilitar las maniobras, el fondeo y la carga/descarga de las embarcaciones.
   En 1849 tuvo inicio la explotación del Canal de Castilla como vía de navegación, regadío y pesca. De hecho, la navegación comenzó por el ramal Campos/Norte a finales del siglo XVIII, pero la época de mayor esplendor tuvo lugar entre 1850/60 cuando 350 barcazas (de propiedad privada) surcaron el Canal de Castilla. Entre tanto, la apertura de la línea férrea Valladolid/Alar del Rey, con un trazado casi paralelo, desmotivó el uso del Canal como ‘vía de transporte e comunicación’. Pero él no perdería importancia, pues ya no era apenas vía de comunicación y arteria para irrigar los secarrones campos de Castilla, también fue el responsable por el despertar industrial de la región castellana, con Prádanos de Ojeda a la cabeza y su inolvidable industria de tejidos, en la época exportados para toda la región cantábrica y hasta para el exterior. En estas datas, nuestro pueblo vivió también una época de recuperación y visibilidad histórica dado su mayorazgo como cabeza comarcal de toda la Ojeda/Boedo. Hoy el cauce del Canal de Castilla aún continúa proporcionando otros usos y utilidades derivados de la fuerza motriz de sus aguas, fomentando, por ejemplo, el desarrollo económico e industrial en las poblaciones por las cuales discurre a través de fábricas de papel, harinas, cueros, molinos, armas e incluso astilleros.
     Realmente, las vías férreas Venta de Baños/Alar del Rey y Valladolid/Medina de Rioseco marcan el colapso y fin del tráfico mercantil por el  Canal de Castilla > única navegación comercial de granos por medio de barcazas en España A seguir, su utilidad y aprovechamiento sirvieron de fuerza motriz en las esclusas (batanes > máquinas hidráulicas para golpear, desengrasar y dar cuerpo a los paños, y molinos de harina), además del regadío agrícola - la navegación fue abandonada (1959). Hoy los principales usos económicos son: el regadío hortoagrícola y la promoción turística (cicloturismo, pruebas deportivas, senderismo, recorridos en canoas  etc). Claro, existe también un gran interés arquitectónico y natural, pues el Canal de Castilla conserva un valioso e histórico entramado de esclusas, fábricas de harina, almacenes y dársenas. Además abastece de agua a numerosos núcleos urbanos y regadíos rurales y empresta diversión y ocio cultural a sus turistas o visitantes. Actualmente, dentro del llamado turismo rural se tienta dar vida a los ‘caminos de sirga’, incluso valorizando los ecosistemas de ribera y bosques de galería. Desde 2010, se celebra el Gran Premio Canal de Castilla, inspirado en grandes carreras centroeuropeas, donde se combinan tramos asfaltados con caminos de sirga.

   A lo largo del tiempo, junto al Canal de Castilla, se formaron humedales o aguas superficiales de alto valor ecológico o islas de biodiversidad insuperable. Su alto valor ecológico se relaciona con la vegetación acuática y la gran variedad de animales, principalmente aves, mamíferos de pequeño porte, anfibios, reptiles y varias especies de peces. Estos valores medioambientales fueron declarados Zonas de Especial Protección Para las Aves (ZEPA) y Lugares de Interés Comunitario (LIC), codificadas por la UE (2008). Castilla y León es la Comunidad Autónoma con mayor número de hectáreas protegidas, seguida de Andalucía. La convención parte del principio según el cual las aves constituyen un patrimonio común europeo y, por eso, se deben proteger los hábitats de aves migratorias y aves particularmente amenazadas. La Red Natura 2000 > red europea, creada por la Directiva 92/43/CEE, con el objetivo de preservar los hábitats naturales de la fauna y flora silvestres de nuestro continente, fue aprobada en la Cimeira da Terra/Rio 92. Los llamados Lugares de Interés Comunitario > ámbitos o regiones biogeográficas que gozan de representatividad en la región para conservar el patrimonio natural comunitario, o sea, hábitats naturales y especies de interés que deberán ser protegidos y sujetos a un plan de gestión. En suma, estas redes ecológicas visan proteger la migración, distribución y el intercambio genético de las especies silvestres, principalmente aquellas amenazadas de extinción – los llamados corredores ecológicos, entre los cuales se destaca el Canal de Castilla.
        El esplendor del Canal como vía de transporte duró aproximadamente un siglo. Después, el ferrocarril provocó su decadencia y el desmantelamiento de las industrias asociadas a su cauce (fábricas harineras, mini eléctricas y batanes de paños y cueros). Actualmente, la función del Canal y sus acequias de riego se han ido integrando al paisaje como si se tratase de un cauce natural, albergando incluso especies de flora y fauna muy importantes. Por eso, el futuro económico del Canal está en su valor ecológico y turístico, donde vemos una vegetación acuática y palustre asociada a su ribera rica en especies que hacen sus nidos entre juncales, espadañas, lirios y algas, además de contemplar extasiados numerosos arbustos como zarzas, majuelos, escaramujos, y árboles bellísimos ej.: sauces, olmos, álamos, chopos… En cuanto a la fauna, el Canal es riquísimo en especies diferentes: sólo de aves son más de 160; entre las rapaces sobresale el aguilucho lagunero. Aves como la garza, el zampullín, el martín pescador y los herrerillos son muy frecuentes. Especies de peces también aparecen ej.: truchas, barbos, carpas etc. Entre los animales de pequeño porte  encontramos la garduña, la comadreja, el zorro y toda suerte de roedores. Hasta el jabalí, el lobo y el corzo ya fueron vistos en sus riberas. En fin, el paisaje del Canal de Castilla en su tramo inicial – Prádanos de Ojeda está a él ligado por lazos históricos y económico-culturales – podrá deleitarnos con su vegetación acuática, arbustiva y arbórea, el canto armonioso de los pájaros y el ‘rostro’ cautivante de todos sus animales. Y si algún de mis lectores visitar un día el Canal de Castilla no deje de pasar por el Centro de Interpretación y Presa del Rey > instalado en una antigua casa de esclusero restaurada, en Herrera de Pisuerga (Palencia). La embarcación turística “Marqués de Ensenada” realiza paseos desde el embarcadero de la Presa del Rey hasta la 6ª esclusa del Ramal Norte.




Nenhum comentário:

Postar um comentário