quarta-feira, 27 de novembro de 2013

Prádanos de Ojeda - el halcón peregrino (12)



              El halcón peregrino (Falco peregrinus) es una de las aves rapaces más cazadoras del mundo, tan formidable y determinada en cetrería que agazapa a sus presas en pleno vuelo. Resultan espantosas su audacia y velocidad: así que las avista, desde muy alto, se lanza en un brusco y vertiginoso picado que puede llegar a 320km/h. Por este motivo, los halcones siempre fueron las aves preferidas en cetrería, y así lo han sido durante muchos siglos. Los halcones están presentes en todos los continentes, excepto en la Antártida, y desde tiempos inmemoriales fueron abundantes en todo el Planeta, aunque cayeron abruptamente en números absolutos a mediados del siglo XX. En los EUA y Canadá fue considerada tiempos atrás un ave en peligro de extinción. En la actualidad las poblaciones se recuperaron después que entró en vigor la restricción a los pesticidas químicos y al uso del venenoso DDT (1970) = insecticida organo-clorado sintético de amplio espectro, acción prolongada y estable, y aplicado en el control de plagas de cultivares (desde 1939/40). Su efecto tóxico fue tan persistente que aún existen miles de toneladas dispersas en aguas, tierras y organismos vivos. Los halcones son tan valientes y fuertes que pueden volar más de 25.000km en un año. Y su instinto de regreso es tan perfecto que vuelven a sus nidos sin cualquier problema. Entre los egipcios se decía antiguamente que el halcón era el único animal capaz de mirar al sol frente a frente; nadie sabe decir por qué esto acontece. Curiosamente, los emplazamientos de sus nidos perduran por muchos y muchos anos; algunos son ocupados por varias generaciones seguidas de halcones.  En libertad vive 17 años; en cautividad puede ultrapasar los 25 años de edad. De cualquier forma, estas aves rapaces necesitan de grandes espacios abiertos y prosperan mejor cerca del litoral donde abundan las aves marinas, aunque pueden habitar en todos los ecosistemas terrestres, desde la tundra hasta los desiertos, en bosques mixtos y en praderas de contornos infinitos. Se han encontrado halcones peregrinos en puentes y rascacielos de grandes metrópolis. Es el ave cazadora más rápida del mundo, y al contrario de lo que vemos en otras especies avícolas, el halcón-hembra es mayor que el halcón-macho.
      El halcón peregrino recibe todos los elogios posibles en cetrería. Así lo describe un experto: ‘ninguna otra ave      puede disputar al halcón peregrino el dominio de los cielos. Su maestría en el vuelo es tal que con un poderoso enderezamiento, puede subir casi en la vertical o caer en picado a más de 200km/h, por lo que tiene el récord de velocidad en el reino animal’. De hecho, el halcón peregrino es el ave más veloz de todos animales avícolas y por eso ha sido elogiado y preferido por los cetreros en virtud de sus características especiales para la caza y el vuelo. Incluso porque la inmensa mayoría de sus presas no son animales terrestres. Pelo contrario, son aves pequeñas y medias que desde alturas ‘infinitas’  (más de 1.000m de altitud) las ataca a una velocidad sorprendente y las aturde con un golpe magistral (muchas veces suficiente para matarlas). En el Reino Unido ha sido de gran utilidad, pues ahuyenta a los cuervos que frecuentan los aeropuertos militares próximos a bosques y arbolados, ya que una parvada de cuervos, buitres, alimoches etc, puede provocar un desastre de terribles proporciones. Casi todos los estudios y fuentes de consulta resaltan las cualidades del halcón peregrino como ‘especie de animal capaz de alcanzar la mayor velocidad de desplazamiento que se puede encontrar en nuestro Planeta’. El halcón peregrino, con unos 0,58cm de longitud por 120cm de envergadura, se lanza en picado sobre dos tipos de aves: las palomas y los patos, llegando a alcanzar, como dijimos arriba, velocidades en torno de 320km/h. Este tipo de caza la realiza en pleno vuelo golpeando a las presas en las alas con sus potentes garras. Los halcones son muy agresivos, sobre todo cuando están criando. Con frecuencia atacan a las águilas reales (otro gran cazador de los cielos ibéricos) cuando por descuido pasan por su territorio. Los halcones anidan en los riscos rocosos del monte, pero también lo hacen en chimeneas o en nidos abandonados por otras aves. Y es posible que usen el mismo lugar en los próximos años. La nidada es habitualmente de 2 a 6 huevos; y si se pierde anidan de inmediato. La incubación es efectuada por la hembra en su mayor parte a lo largo de 33 días, en cuanto los pichones dejan el nido a los 42 de nacidos, aunque se mantengan bajo los cuidados de los padres por más algunas semanas. Su alimentación gira en torno de pequeñas aves y mamíferos ej.: los murciélagos que atrapa en el vuelo o los saca de las grietas rocosas. No desprecia asimismo reptiles, anfibios, peces y carroña.         
El halcón peregrino es un ave falconiforme = aves que se caracterizan por adaptaciones a la depredación como pico potente, curvo y aguzado, y garras extremamente afiladas. Aves diurnas, tienen un sentido de visión muy apurado: los músculos que actúan sobre los ojos son lisos, y sólo las aves de rapiña como el halcón peregrino poseen esa musculatura estriada, sin duda la característica más importante de adaptación a la caza. Todas las aves falconiformes tienen una expectativa de vida muy alta; llevan también bastante tiempo para conseguir la madurez sexual. Por lo general, la hembra es mayor que el macho y permanece por más tiempo cuidando de los polluelos; muchas especies falconiformes (cerca de 257 aves de rapiña diurnas) establecen relaciones familiares monogámicas. El halcón peregrino es del tamaño de un cuervo grande, con la espalda de color gris-azulado y la parte inferior blanquecina con machas oscuras; la cabeza es negra y ostenta una amplia y característica bigotera también de color negro. Los halcones están en todas las partes del mundo, pero evita las regiones polares, montañas muy elevadas y selvas tropicales. Sólo está ausente en Nueva Zelandia (y evidentemente en la Antártida), lo que le convierte en el ave de presa más extendida del mundo. Curiosamente su nido (en pequeñas oquedades encontradas en el suelo) no posee cualquier material, y casi siempre se localiza en bordes de acantilados o, en nuestros tiempos (nadie sabe decir por qué) lo sitúa en estructuras elevadas construidas por el hombre (rascacielos). Actualmente, las poblaciones se recuperan, gracias a la protección a gran escala de los lugares de anidamiento y liberación de ejemplares de la naturaleza. Machos y hembras con marcado dimorfismo sexual tienen un plumaje y marcas parecidas, siendo las largas y puntiagudas alas de los halcones adultos de un azulado a gris-pizarra con barras oscuras; los extremos de las alas son negros. La cola larga, estrecha y redondeada con la punta negra y una banda blanca en el extremo, además de coloreada como la espalda, presenta barras limpias y finas. Otra característica importante: el pico superior es cerrado cerca de la punta, una adaptación que le permite matar a las presas cortándoles la columna vertebral en el cuello.        
         El nombre científico falco peregrinus –del latín, ‘halcón viajero’ o ‘halcón nómada’- hace alusión a sus hábitos migratorios; ya el término falco, derivado de la palabra latina falx con el sentido de hoz, hace referencia a la silueta de las alas largas y puntiagudas de los halcones en el vuelo. En la península Ibérica y en otras regiones mediterráneas prevale la subespecie Falco peregrinus peregrinus que se reproduce en la mayor parte de Eurasia (entre la tundra del norte y la región del mar Mediterráneo, de los Pirineos y del cinturón alpino del sur europeo). Los machos son menos pesados que las hembras en la proporción de 580-750gr y 925-1300gr, respectivamente.  En torno del mar Mediterráneo, excepto en regiones más áridas, encontramos la subespecie Falco peregrinus broockei, más conocido como halcón peregrino mediterráneo o halcón maltés. Se incluyen en esta subespecie la mayor parte de los especímenes de la raza conocida como Falco panicus,  y algunos híbridos provenientes de Argelia/África del Norte. Este grupo se le ve en la península Ibérica, y alrededor del Mediterráneo hasta los montes del Cáucaso/Turquía. Su característica más en evidencia es no ser migratorios,  y su constitución física es también más pequeña que la de sus hermanos euroasiáticos.  El halcón peregrino caza normalmente al amanecer y al anochecer, cuando las presas son más activas; ya en las ciudades y zonas urbanas, especialmente durante los periodos migratorios,  la caza nocturna se torna más frecuente ej.: la codorniz común, el cuclillo piquigualdo, el zampullín cuellinegro, etc. Es especialista en espacios abiertos, a menudo sobre lagos, pantanos o embalses, valles y campos, y de modo muy particular en la tundra (enormes planicies sin árboles al sur de los hielos polares). El halcón busca a sus presas desde una posición estática elevada o en el aire: localizada la presa, el ataque es realizado en picado, doblando la cola y las alas hacia atrás y con las patas pegadas al cuerpo. La fuerte presión atmosférica a cerca de 320km/h podría dañarle los pulmones, sin embargo esto no acontece porque dispone de unos pequeños tubérculos óseos en las fosas nasales (a semejanza de los motores de reacción), lo que le permite vencer las ondas de choque del aire y respirar fácilmente en cuanto realiza el picado. Para proteger los ojos, usan membranas nictitantes (como ‘terceros párpados’) para limpiar las lágrimas y proteger los ojos manteniendo intacta su visión espectacular. El halcón golpea a la presa capturándola en el aire por medio de sus garras apretadas, atontándola o matándola antes de dar la vuelta para capturarla en el aire a una velocidad supersónica. Si la presa es más pesada la deja caer a tierra, la despluma (si fuere ave), y después la come a sus anchas porque los carroñeros le tienen miedo y mucho respeto.
          El halcón peregrino se alimenta casi exclusivamente de aves de tamaño medio tipo paloma, codorniz,  pájaros cantores o patos asilvestrados. También caza pequeños mamíferos como ratas, ratones, liebres, conejos, ardillas etc, y los murciélagos cazados durante la noche. En las costas del litoral se abastece de aves marinas especialmente de gaviotas, su comida predilecta. Los insectos y reptiles también forman parte de su dieta alimentar, sobre todo cuando la disponibilidad de las presas está escasa. Pero de todas las presas, el halcón prefiere la paloma bravía, una especie muy común en nuestras zonas urbanas, pues se alimenta de granos y semillas. Es la forma silvestre de la cual han derivado todas las razas de palomas domésticas. Y como la mayoría de sus congéneres, el halcón es territorial sobre todo durante el periodo de reproducción, y las parejas anidan por lo general a una cierta distancia entre ellas. A final, la distancia entre los nidos asegura comida y alimento suficientes  para todos, padres y crías. Dentro del territorio falconiforme las parejas pueden tener varios lugares de anidada, pudiendo variar de 1 hasta 7 en sus 16 años de supervivencia. La pareja defiende el lugar escogido para anidar y decide tener sus polluelos luchando contra otros compañeros, y hasta contra águilas reales y cuervos enfurecidos. En la reproducción del halcón peregrino llama nuestra atención el vuelo del cortejo amoroso donde se mezclan acrobacias aéreas, espirales precisas y vuelos en forma de un ocho (8). Se emparejan de por vida y vuelven al mismo nido todos los años; difícilmente mudan de lugar por generaciones. Otro misterio acrobático de la especie es cuando el macho pasa a la hembra la presa capturada mientras están en el aire: para hacerlo con maestría, la hembra vuela al revés (parte opuesta del vuelo) como hacen los aviones en la escuadrilla de la humareda, para recibir la comida de las garras del macho. Los halcones  suelen anidar en repisas y oquedales en el suelo, al borde de acantilados situados bajo un saliente, en repisas con vegetación en dirección sur. Antes del desaparecimiento de la mayor parte de los halcones peregrinos de Europa había considerables poblaciones en la parte central de nuestro continente, principalmente en el lado Occidental. En esos lugares, solían utilizar los nidos de otras grandes aves, siendo que en regiones remotas y tranquilas como en el Ártico las pendientes escalonadas, rocas bajas y montículos dispersos sirven como lugares de anidada. En estos casos, la hembra suele excavar un hueco poco profundo en terreno más suelto (arena, grava o vegetación muerta) y allí mismo pone sus 3 o 4 huevos. Los rascacielos usados por los halcones en su reproducción parecen ‘corresponder’ a las repisas de acantilados naturales donde prefieren ubicar sus nidos para no ser importunados por los depredadores. El macho también ayuda en la incubación de los huevos a lo largo del día, pero de noche sólo la hembra se da a ese trabajo, siendo que durante los primeros días la hembra los cubre permanentemente, en cuanto el macho se encarga de traer la comida para la hembra y los polluelos. El radio del territorio de caza de los halcones está estimado en 24km² en torno del nido.      
        La utilidad del halcón peregrino ha sido siempre  puesta en práctica en el arte de cetrería = una actividad venatoria entendida en su duplo sentido: (1) como arte de criar, domesticar, enseñar y curar los halcones y demás aves rapaces que servían para la caza de volatería; y (2) como una manera de cazar aves y algunos cuadrúpedos que se hacía con halcones, azores y otros pájaros que persiguen a las presas hasta herirlas o matarlas. Esta actividad de cazar con aves rapaces, especialmente con halcones peregrinos y otras aves de presa, así fue definida por Rodríguez de la Fuente (1928-1980), un médico naturalista español y reconocido en la TV como Félix, el amigo de los animales, y uno de los más conscientes ecólogos en defensa de la Naturaleza: ‘la primera vez en que el hombre no sometió al animal al yugo y al látigo’; o como Wikipedia nos lo afirma: ‘biológicamente, es una simbiosis entre el hombre y el animal, una relación en la que ambas especies se benefician’. De esta manera, el hombre captura y liga al ave de presa al propio hombre a través de reflejos condicionados, y la entrena en la caza y en la fidelidad. La cetrería con halcones y azores fue práctica común y muy extendida en la Edad Media, ligada a la nobleza y a los potentados. Acabó decayendo por el poder de las armas y la mayor vistosidad o festividad ofrecida por la montería = partidas de caza mayor. El diccionario español llama a los practicantes de cetrería ‘halconeros’ o ’cetreros’, aunque el término ‘halconero’ se refiera antes al cuidador de las aves, practique o no la cetrería con ellas. Ya el ‘cetrero’ es aquel que practica la caza, sea o no cuidador de su ave rapaz. En Europa, la época dorada de la cetrería con halcones y su enorme afición fue más actuante durante la Edad Media, entre los siglos VI y XVI, en que se cazaba con halcones y azores, disfrutando entonces de su mayor auge y difusión. Sin embargo, esta técnica venatoria cayó en desuso debido principalmente a los costos financieros en entrenar y mantener un buen equipo de halcones y halconeros, pues la cetrería en si misma fue un divertimiento de reyes y grandes señores feudales. Hoy es un deporte practicado con aves de presa criadas en cautividad, no suponiendo cualquier peligro para las aves silvestres (¡?). Pero aún existen zonas donde se sigue capturando aves silvestres. En 2010 la cetrería fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, apenas por ser uno de los métodos de caza tradicionales más antiguos del mundo. Con todo, con un pequeño pero importante reparo: ‘debe ser selectivo con las presas cinegéticas, no contaminante y respetuoso con el medio ambiente’. En la cetrería se debe distinguir entre las aves rapaces de alto o de bajo vuelo, ya que las presas son de características totalmente opuestas. Si fueren de bajo vuelo, las presas son roedores (ratones, liebres, conejos) o aves de vuelo lento. En este caso se usan águilas, azores o gavilanes. Pero si las presas son de vuelo alto, la caza es más especializada y las presas son palomas, cercetas, garzas, patos etc. Esta cetrería es realizada con halcones peregrinos y se entrenan al señuelo o guante. Después de un par de semanas, el halcón está pronto para llevarlo al campo.      
     El halcón peregrino viene utilizándose en cetrería desde unos 3.000 años atrás, siendo los nómadas de Asia central, principalmente mongoles y chinos, los iniciadores de esta arte milenaria. Por su capacidad de lanzarse en picado a altísimas velocidades, el halcón fue muy solicitado y utilizado para capturar todo tipo de aves. En varias guerras, incluso en la 2ª Guerra Mundial, los halcones fueron usados para interceptar las palomas mensajeras. Se ha utilizado y aún se práctica el uso de halcones para espantar aves de diversos tipos en aeropuertos a fin de reducir los impactos contra aviones militares o comerciales, mejorando la seguridad del tráfico aéreo. En la agricultura moderna se le usa como sistema alternativo de control biológico para erradicar, o al menos disminuir, el número de aves dañinas en los cultivares ej.: tordos, abubillas, gorriones, etc. Actualmente se hacen esfuerzos en varios países (EUA, Canadá, Polonia, Alemania y otros territorios europeos) para criar ejemplares en cautividad: cuando tienen una edad adecuada se permite al ave entrenar sus alas y luego enseguida se le obliga a cazar por sí misma. Enseguida, para liberar a un halcón educado en cautividad se le coloca en una jaula especial en lo alto de una torre o en la repisa de un acantilado durante dos o tres semanas hasta aclimatarse al nuevo ambiente. Estos esfuerzos han sido coronados de notable éxito. Muchos halcones se instalan en ciudades y anidan en las torres de grandes catedrales, en las repisas de ventanas de rascacielos y en torres de puentes colgantes j.: en Virginia/EUA junto a los puentes de los ríos York y James… En 2008, se constató la existencia de 67 parejas de halcones en el estado de Nova York/EUA en esa situación. En Inglaterra hubo en las últimas décadas un trabajo estupendo de recuperación del halcón peregrino en áreas montañosas y costeras, y también en algunas ciudades aprovechando la abundancia de palomas. En Barcelona (2000), el Ayuntamiento promovió el Proyecto de Reintroducción del Halcón Peregrino (Falco penegrinus broockei) con el objetivo principal de recuperar la presencia de esta ave falconiforme en la ciudad condal tras su desaparecimiento (1973). Hoy, en España, los halcones usados en cetrería son ‘especies criadas en cautividad y llegan de forma masiva por lo que su precio oscila en función de la dificultad en criarlas’. Algunos pájaros ej.: una hembra de halcón gerifalte blanco (Falco rusticolus), puede alcanzar los 12.000 euros, o llegar a los 15.000 dados por una hembra del azor blanco de Kamchatka/Siberia. Curiosamente, el Dr. Félix Rodríguez la Fuente  (‘Cetrero mayor de España’, su último título) fue el impulsor  de la cetrería en España a través de su libro El arte de la cetrería (edición 1986). Sus páginas y métodos fueron utilizados para ahuyentar los sisones del aeropuerto de Torrejón/Madrid.          
         Los halcones dedican la mayor parte del día a descansar en los posaderos, oteando, vigilando y cuidando de sus plumas o simplemente sesteando a sus anchas. Sólo unos 15/20% del tiempo lo dedican al vuelo, bien sea cazando, desplazándose o desarrollando otros comportamientos como en las primeras horas del día cuando realiza su mayor ‘trabajo’, incluso volando en condiciones de total oscuridad. Los halcones son muy agresivos en la defensa de su territorio, advirtiendo primero y atacando después a otros halcones que pongan en peligro sus dominios. En estos casos, el halcón atacado acaba herido y a veces muerto por el congénere.   El halcón suele cazar desde los posaderos o en el aire, siendo más efectivo en el primer caso; llevan en cuenta la distancia a ser recorrida hasta la presa. En los ataques desde el aire o en vuelo desarrollan sus característicos picados que acaban con un golpe de sus garras contra la presa o la agarran sin mayor espectáculo. Suelen realizar también vuelos rasantes de persecución, aunque son menos efectivos. Muchas veces se unen macho y hembra en la caza a una determinada presa, resultando altamente eficaces en esta especialidad por la simetría y originalidad del vuelo. El halcón es un ave ampliamente distribuida por la península Ibérica, Canarias y Baleares, con las mayores densidades falconiformes en el tercio norte peninsular y en la región de Levante, siendo mucho más escasas en el cuadrante sur-occidental. Los halcones ibéricos son sedentarios, aunque realizan desplazamientos de corta distancia, desde los lugares de nidificación hasta los sitios de caza invernales. Durante el invierno, España recibe un número notable de invernantes que llegan del centro-norte de Europa, distribuyéndose enseguida por las dos mesetas (La Vieja y La Mancha) y Andalucía. La tendencia es volver a los lugares de nacimiento, pero esta situación depende de la densidad poblacional y de los huecos vacantes; algunos ejemplares acaban instalándose a notables distancias de su lugar de nacimiento.
           Otra característica particular de los halcones peregrinos es ser eminentemente ornitófagos = animales que se alimentan de todo tipo de aves, ya que su espectro alimenticio abarca desde los pájaros más pequeños como el reyezuelo (Regulus regulus), con 0,9cm de largo, y el chochín (Troglodytes troglodytes) con 0,10cm de longitud, hasta aves del tamaño de la garza real (Ardea cinerea), una grande ave con 0,90/100cm de altura y 1,95cm de envergadura de alas. Las preferencias tróficas guardan una relación directa con la abundancia y disponibilidad de los diferentes tipos de presas y sus condicionamientos individuales. Así, las variables que determinan tanto la selección del hábitat de nidificación como del hábitat  de caza son el tamaño y la abundancia de presas y su accesibilidad a la comida por parte de los padres y crías falconiformes. En realidad, el halcón peregrino depende de dos tipos de hábitat: (1) de nidificación, porque busca paredes rocosas, presencia de huecos y repisas para realizar la puesta y orientación de su nido, estando relacionadas las tres variables entre sí. En algunas zonas donde abunda el alimento, pero escasean o faltan paredes naturales, los halcones peregrinos anidan en canteras, torres de alta tensión, rascacielos y catedrales de imponentes alturas; (2) de caza, porque busca abundancia de presas y su mejor accesibilidad. Así, las mayores concentraciones de halcones se localizan en torno de llanuras cerealistas, humedales, ej.: Laguna de la Nava/Palencia, colonias de aves marinas, y acantilados costeros en rutas migratorias de paseriformes, limícolas y anátidas. Hoy, los llamados halcones urbanitas explotan asimismo la abundancia de recursos de nuestras ciudades y pueblos. De cualquier manera, el halcón peregrino es considerado por la UINC global (2012) como de preocupación menor (LC); en España, como no evaluado (NE), y en las islas Canarias, en peligro (EN). En la península Ibérica, la amenaza más directa contra el halcón peregrino es el empleo de biocidas agrícolas y otros contaminantes. También son amenazas los expolios de nidos y la persecución directa de cazadores ‘iconoclastas’ por deporte. ¡He dicho!


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