La abubilla (Upupa epops) es un ave coraciiforme = ave muy colorida, de
tamaño medio o grande, con tres dedos dirigidos hacia adelante y un hacia
atrás, con pico sólido y robusto, a veces desmesurado como en los cálaos, y en otras
adornados con excreciones córneas en forma de cresta dura y coloreada como en
los abejarucos (largo, fino y curvado hacia abajo). El plumaje de estas aves es
poco abundante, lustroso y de colores vivos y abigarrados. En el martín
pescador es grasiento, lo que impide que las plumas se mojen en su zambullido
característico y certero. El vuelo es elegante y acrobático como en los
abejarucos, o rápido y sostenido como en el martín pescador, o vuelo ondulante
como en las abubillas. Las carracas son verdaderos acróbatas en el aire. Todas
las aves coraciformes son aves gregarias, migratorias y eminentemente arvícolas
que perchan muy bien, aunque algunas son terrestres o terrícolas. La mayoría
anida en cavidades ej.: troncos de árboles, orificios en muro o paredes, o en
galerías subterráneas. El orificio de entrada tiene un diámetro justo para el
paso del ave en cuestión, para protegerlos de aves de rapiña y otros depredadores,
aunque no de las serpientes que se tragan huevos y crías entre 2 y 8 polluelos
nidícolas. El nido y la incubación los realizan ambos progenitores, aunque en
algunas especies la hembra es la única responsable. Su alimentación es
totalmente zoófaga, o sea, la comida
consiste esencialmente en toda clase de insectos, pequeños mamíferos, ranas,
reptiles, peces etc. Todas las especies (carracas, abubillas, abejarucos,
martín pescador…) usan el mismo método de caza: de preferencia, acechan a la
presa desde una percha en el árbol y permanecen al acecho o vuelan a intervalos
para capturarla, llevándola hasta la rama donde la golpean hasta matarla. El
famoso martín pescador se zambulle en picado y tras capturar a un pez lo
golpean sobre una piedra antes de tragarlo; empiezan por la cabeza… Algunas
especies son territoriales y defienden el tramo del río donde nidifican
ahuyentando a cualquier congénere que se aproxime de sus ‘dominios’, o se
agrupan para defenderse del ave de rapiña gritando estruendosamente. De modo particular,
las abubillas secretan como defensa, principalmente en la época de la
reproducción, un líquido oleaginoso de olor nauseabundo por medio de una
glándula situada en la base de la cola.
En Prádanos de Ojeda, en mi tiempo
de niño travieso era una de las aves más conocidas del pueblo, si no la mayor y
más hablada de todas por dos motivos: su ‘olor característico y nauseabundo’,
tan clásico entre la gente que se decía como denuesto o injuria, ‘estás oliendo peor que una abubilla’, o
simplemente ‘estás oliendo a abubilla’;
y después por su insistente y monótono canto
trisílabo ‘bub-bub-bub’, el cual le
dio el nombre científico que hoy posee en varias regiones de España, porque
hasta en esto ella es diferente: en cada región española recibe un apellido identificador. Por ejemplo: en Galicia se la
llama bubela; en Cataluña, puput (‘aquel que huele’); en Canarias, apupú
etc. De cualquier manera es un ave que no pasa desapercibida de la población. Tratase de un pájaro insectívoro de plumaje
pardo- rosado, con las alas y la cola
listadas de blanco y negro. En la cabeza, ostenta el famoso penacho de plumas
eréctiles como un pequeño abanico, aunque casi siempre lo mantiene cerrado. Las
abubillas de nuestro pueblo como las de Tierra de Campos miden entre 0,25 y
0,29cm de largo por 0,44/0,48cm de envergadura. Son inconfundibles por su vuelo
errático semejante al de una mariposa gigante. Camina por el suelo igual al estornino pinto (ave de pequeño tamaño,
de plumaje negro, pico amarillento y patas rosa-anaranjado), repite ad infinitum su canto onomatopéyico bub-bub-bub, y despide aquel olor
peculiar y desagradable… Su hábitat es el campo abierto cultivado, con pastos
bajos o con parches desnudos. En Prádanos, todo santo día yo escuchaba el canto
insistente de su bub-bub-bub en las
huertas de la Fuente del Arrabal y de Fuentecilla. Las abubillas pasan mucho
tiempo en el suelo cazando insectos y larvas, y suele escarbar en el estiércol
o excrementos encontrados en su ‘camino’. Aparece como depredador de la procecionaria del pino (la plaga más
común encontrada en los pinares mediterráneos). Las abubillas nidifican en
muros o árboles, y como su pariente próximo el martín pescador, contiene
cantidades de fecas que huelen muy mal; las usan para protegerse de sus
depredadores. Cuando asustadas, las abubillas disparan chorros de su líquido
pestilente contra los intrusos de sus nidos, pero tanto el ave como su nido
están tan sucios que son localizados de lejos debido al olor fétido y
nauseabundo que despiden a través de una glándula situada en la base de su cola,
que los ornitólogos españoles denominan ‘glándula del obispillo’.
Los libros hablan de la abubilla como ‘ave bella y curiosa’. Bien, curiosa tal vez lo sea, pero bella me
parece un exagero: aquel moño de grandes plumas flameantes con unas puntas
negras que despliega en la excitación del cortejo amoroso, así como aquel pico
largo, curvado y perforador, con el cual busca los gusanos y las larvas de
insectos, me parecen más extravagancias de la especie que atuendos de una ‘dama
vistosa’. Claro, hay gustos para todas
las ocasiones, pero decir que la abubilla es ‘un ave muy hermosa’ no me parece
una premisa razonable. Pero no importa, ‘los
gustos no se discuten’, decían los chinos hace muchos siglos. Sin embargo,
se puede polemizar sobre los hábitats predominantes de las abubillas: en España
aparece en espacios abiertos con un cierto arbolado cercano, sobre todo en dehesas
maduras dominadas por brezos, aulagares y retamas, además de numerosas plantas
herbáceas y leguminosas. Pastizales y prados como los de mi pueblo son
frecuentes aún en nuestros días en las dehesas maduras donde la estabilidad de
los ecosistemas es fruto de la alta diversidad mediterránea. En esos lugares,
la abubilla se siente en su casa, aunque no desdeña los bosques de ribera, los
pinares, los olivares y los cultivos de campiña, siempre que haya huecos o
agujeros para anidar. Sobre su vuelo, también no discuto ya que no veo en él
cualquier atractivo: apenas bate las anchas alas redondeadas de modo irregular,
como si de una mariposa gigante se tratase. En tierra, tanto si camina agitando
la cabeza como si trota ligeramente por las veredas de costumbre, su marcha es
considerada elegante por los entendidos. Así, quien soy yo para discutir
semejante detalle. Sin embargo, la abubilla siempre interesó a los seres
humanos desde el tiempo de los faraones en el Antiguo Egipto: con sus
costumbres ancestrales y ‘adoraciones de animales’, los egipcios comentaban los
beneficios de esta ave extraña que desvenda el misterio de las entrañas de la
tierra cuando busca su excitante comida. Hasta el Antiguo Testamento a través
de Moisés incluye a la abubilla como ave impura, sin duda en virtud de su dieta
y fetidez características. En la mitología grecorromana, también aparece como
personaje principal en comedias y tramas familiares ej.: de acuerdo con Ovidio
(43 aC- 17 dC), poeta romano de gran apelo popular, Tereo, un mítico rey de Tracia,
se transformó en abubilla (otra versión le convierte en gavilán) para poder perseguir
a su mujer, Procne, también transformada en golondrina porque mató y cocinó al
hijo de ambos, Itis, por despecho amoroso y celos en relación a Filomena, su
hermana también transformada en ruiseñor, por quien Tereo cayó de
amores.
En el al-Corán,
la abubilla está asociada al rey Salomón (Solimán, para los árabes), que
habla con los otros animales y les cuenta las grandiosidades de la reina de Sabá
y sus dominios de gran magnificencia. En la cultura china, la abubilla
representa un mensajero divino que trae las buenas nuevas de la primavera; la
abubilla es considerada de buen agüero gracias a su ‘belleza única’. Al contrario de todos estos adjetivos bastante
positivos, en las lenguas francesa e inglesa, el término abubilla significa ‘aquel que
es fácil de engañar’, o sea, se aplica a personas poco inteligentes, casi
bobonas, tal como ocurre con la abubilla que se la considera ‘una maría va con las otras’. También en
la literatura Sufí = del árabe, individuo que practica el sufismo, sobre todo en el uso coloquial y
dentro de la jerarquía iniciática, la abubilla ya purificada equivale al santo por excelencia, esto es, aquel que
ha llegado al más alto grado de santidad. Sufi
en este sentido es sinónimo de wali (‘el
más santo’) en la hagiografía islamita. En la literatura sufí, la abubilla (animal impuro para árabes y judíos) es la figura
central del libro La conferencia de los pájaros,
obra de Farid ud Din y Attar (1145-1221), un farmacéutico y perfumista de
profesión, pero poeta místico por vocación. Tratase de una de las principales obras
del sufismo internacional, repleto de sabias enseñanzas esotéricas en sus
bellísimos poemas orientales. La asamblea de los pájaros y su viaje en busca de
Simorgh para elegir a su líder y más
digno representante, exalta a la abubilla en ese viaje [al frente de 30 aves] a
través de 7 valles purificatorios (búsqueda,
amor, entendimiento, separación, unicidad, asombro y privación) a camino de
la distante morada de Simorgh, mítica
ave persa o ave-rey de los pájaros. La abubilla (ave impura) es símbolo del
alma humana, implícita en esa historia y en su anhelo de purificación y
aproximación a Dios a través de un vuelo espiritual. Con la inquietud de poder
verlo, el viaje cobra la vida de muchas aves; los pocos pájaros que logran
llegar a su destino (apenas 30, según Attar), son conscientes de la inaccesibilidad
y real majestad de Simorgh, y sólo
después de haber comprendido la inmensidad de la distancia entre sus propios
condicionamientos y la unicidad de Simorgh
(el Ser Puro por excelencia), se les permite una audiencia. Attar concluye
diciendo que ‘el hombre/mujer sólo encontrará
al Ser Supremo que busca por todas las partes dentro de él mismo’, que el
poeta consigue expresarlo a través de un ingenioso juego de palabras. Las 30
aves (o pájaros, en persa si morgh) reencuentran
para su propio asombro al Ser Supremo que buscaban, simbolizado alegóricamente
en el mítico Simorgh, que no es otro sino
ellos mismos, en lo más profundo de su alma pecadora e impura. Los pájaros son
instados a limpiar sus almas (impuras y de olores fétidos expresados por la
abubilla), orar insistentemente a Dios y recordar su nombre sagrado. Sin
cualquier duda, en las obras de este magnífico poeta oriental de
Nishapur/actual Irán, subyace en forma vívida que la liberación espiritual del
alma y su regreso a la fuente original, pueden ser experimentados en esta vida
terrestre a través de la vía mística de la purificación interior. Y la abubilla
sería una alegoría a ser racionalizada como posibilidad purificadora del alma
humana.
El canto de la abubilla es clásico
entre nosotros. En verdad, si falso o verdadero, se dice que el leguaje humano
evolucionó a partir del canto de las aves. El canto y el llamado de los pájaros
es más vasto que el de cualquier otro animal: desde el aire, en la copa o percha
de un árbol, y sobre las aguas de ríos y lagos, las aves se comunican entre sí
y con los demás elementos de la naturaleza. Es un hecho que los graznidos y el
canto suave (ruiseñor) o monótono (abubilla) se desarrollan a partir de la
imitación del medio ambiente, y al igual que los seres humanos las aves manejan
dialectos que dependen de su hábitat específico. Las aves migratorias han hecho
una amalgama de sonidos como si fuera lo que hoy llamamos de fusión de culturas musicales (‘world
music’). Las aves que viven en zonas urbanas ej.: nuestra abubilla tempranera,
tienen cantos más cortos, rápidos y frecuentemente más agudos y monótonos que
aquellos pájaros localizados en los campos de cultivo. También las que viven en
zonas arboladas poseen un ‘vocabulario’ más extenso que las especies provenientes de regiones abiertas. Ya las
aves marinas tienen un canto más simple y delimitado. Tal vez por todo eso, las
aves hayan jugado un papel importante en la mitología, religión y literatura
mundiales visto que ‘viajan a través de
tres de los cuatro elementos más poderosos de la Naturaleza: aire, agua y
tierra’. Prácticamente todas las religiones y mitologías dedican páginas y
páginas a las fábulas generalmente protagonizadas por aves o pájaros. Se decía,
por ejemplo, que un sabio de Suecia comprendía el lenguaje secreto de un
gorrión, pues este pajarito le traía noticias frescas todos los días. Así, el
día en que un campesino dio muerte al insignificante pajarito el pueblo casi le
lleva a la horca. ¡Qué bueno sería si esto
fuese real. Sólo así los cazadores aprenderían la lección de casa! San Francisco de Asís predicaba a la aves del campo de la misma manera que lo
hacía a los seres humanos, pues consideraba que sus palabras eran más
apreciadas por los pájaros que por los hombres, quienes se obstinaban en vivir
en medio a la ignorancia, corrupción de costumbres y ausencia de Dios. En la
Francia medieval, el lenguaje de los trovadores o juglares era conocido como ‘el lenguaje secreto de las aves’. El
poema arriba citado, La conferencia de
los pájaros’ del persa Din y Attar es un ejemplo perfecto de cómo poetas y
dramaturgos imaginan diálogos y argumentos ‘espirituales’ en la boca de las
aves. En nuestra cultura, se han desarrollado silbatos, flautas y otros
productos musicales tentando imitar el trinar de las aves. El ajeo es el quejido de la perdiz cuando
se ve acosada; los arrullos y gorjeos de palomas y tórtolas se definen como tartaleos. La perdiz cuchichea y el loro o papagayo garridula. Cuervos y gansos graznan
imitando el parapo de los patos.
Según el diccionario español todas las aves pían, pero el pavo de nuestros
corrales y jardines públicos titea, la
golondrina trisa, la paloma zurea, la abubilla upupa y el búho y la lechuza
ululan > lamentos, alaridos o
gritos que designan tanto el sonido del
viento como las voces de varios pájaros o aves de rapiña. La palabra onomatopeya
intenta imitar el sonido de aquello que se describe. Es un asunto complejo establecer
la diferencia y el significado entre el trino, el canto de un ave o el sonido
onomatopéyico de un pájaro como la abubilla que no muda en nada su canto
diario. En fin, las aves y pájaros con mayor nivel de complejidad y tonalidades
melodiosas o irritantes, intentan transformar en píos y cantos las horas, situaciones y momentos del día que
están viviendo en medio a la naturaleza de la cual forman parte intensa.
Como ya dijimos, la abubilla es un ave
de fácil reconocimiento, y aunque tanto los machos como las hembras sean
similares, los primeros presentan un color anaranjado más intenso en el pecho.
Y en los dos (macho y hembra) la cresta, ocrácea y con puntas negras, es muy
llamativa: la despliegan al posarse, en momentos de inquietud y excitación y,
sobre todo, durante el cortejo amoroso. Entre las características más marcadas
de una abubilla están: es el único integrante de la familia upúpidos y está
emparentada con el abejaruco y el martín pescador; la abubilla abre la cresta
cuando se siente excitada, en estado de alerta o cuando vuela; suele bañarse en
la arena, pero nunca en el agua, y aunque puede trepar en los troncos de los
árboles, raramente lo hace; la abubilla se desplaza por el suelo como el estornino (= adopta una postura
erguida cuando está posado, y anda a saltos) y como él suele escarbar en el
estiércol en busca de insectos y larvas; la abubilla, al contrario de lo que se
piensa, es un ave confiada y, por eso, podemos verla cerca de construcciones
urbanas o en las huertas de nuestros
pueblos como ocurría en Prádanos de Ojeda. Además, la abubilla es un ave
migratoria: en septiembre, sea en solitario o en pequeños grupos, emprende un
largo viaje con dirección al este y centro africanos; y diferentemente de otros
pájaros, la abubilla no toma agua mientras se alimenta porque aprovecha muy
bien el agua de los alimentos. En primavera, podemos oír de día y de noche los
reclamos monótonos y repetitivos de su clásico bub-bub-bub (o pu-pu-put,
como prefieren otros). La abubilla instala su nido en el huecos de los árboles,
en muros o roquedos, en graneros o tejados, en pilas de madera etc; es una
especie monógama (la pareja mantiene un vínculo sexual exclusivo durante el
periodo de reproducción y crianza de los polluelos nacidos, de 5 a 8 huevos e
incubación de 17 días). Puede durar hasta 10 años en estado silvestre. Los
lugares preferidos de las abubillas son: parques y jardines, huertos de árboles frutales – en
Prádanos, nosotros morábamos cerca de la Fuentecilla (lugar de varios huertos
vecinales), y todas las mañanas oíamos
el canto repetitivo de la abubilla-, sabanas, estepas y páramos, claros de
bosques, zonas semidesérticas y praderas con cursos de agua cercanos. Es un ave
que se preocupa poco con su nido: lo forra pobremente con tallos y hojas secas.
La época de reproducción y cría de los polluelos depende de la situación
geográfica, o sea, en la Europa central comienza a mediados de mayo, mientras
que en la Europa meridional y en la península Ibérica lo hace un poco antes, en
marzo. La incubación es hecha apenas por la hembra, pero el macho alimenta a su
‘amada’; sólo después que la incubación está adelantada, el macho colabora de
alguna manera. Los polluelos permanecen en el nido casi un mes, y se alimentan
de insectos y gusanos.
Las abubillas se sienten mejor en superficies pobres de vegetación para
poder alimentarse con más abundancia; también en superficies verticales con
cavidades, como árboles, acantilados o cortados rocosos donde pueda instalar su
nido sin mayores exigencias, lo que implica una gran variedad de ecosistemas.
De cualquier manera, busca y prefiere zonas abiertas y rodeadas de arbolado, evitando
el interior de bosques y matorrales. La ausencia de árboles viejos en las
plantaciones frutales y los abonos químicos o plaguicidas han obligado a la
abubilla a desplazarse hacia el sur de Europa. Por eso en algunos países centroeuropeos
es ave amenazada de extinción. Ya en la cuenca mediterránea la abubilla es una especie
relativamente frecuente, además de ser un ave beneficiosa para el ser humano,
visto que consume gran variedad de insectos, gusanos, saltamontes, orugas,
grillos, ciempiés, arañas, cochinilllas etc. todos ellos perjudiciales a
nuestra salud, razón por la cual está protegida en muchos países. La abubilla
es gran benemérita de la agricultura española, y aunque los polluelos y ella
misma segreguen a través de sus glándulas uropigiales olores extremamente
fétidos, incluso expulsen fecas o heces malolientes, lo hacen para defenderse
de sus enemigos y agresores. Ese mal olor, además del silbido característico y
el picoteo propio de la especie les sirven de protección contra los
depredadores. En el Convenio de Berna es considerada especie de interés especial, y en la UINC está en
la categoría de preocupación menor
(LC). Curiosamente, es el símbolo nacional de Israel porque como dice uno de
sus ornitólogos, la abubilla ‘encapsula un
israelí típico: si bien tiene una corona, no se comporta como un snob, puedes
encontrarlo en todos los lugares y se le considera símbolo de la sabiduría’
(¡?). Según las palabras de este correspondiente, la abubilla es ‘un pájaro hermoso con una corona o cresta
sobre la cabeza. Tiene un trino peculiar que suena ‘hood-hood-hood’ y, es por eso, que recibe el nombre de ‘hood’ en árabe, y ‘upupa epods’ en latín. Si tienes oportunidad
de visitar Israel, busca la abubilla: la encontrarás caminando o volando
prácticamente en cualquier lugar, decorando la naturaleza con sus hermosos
colores y formas, y su corona única’. Con todos estos atributos, podría
suponerse que sería un ave considerada por todos los habitantes de España: no
lo es. Al contrario, es un ave amenazada: en primero lugar, debido al uso
excesivo de insecticidas en los cultivos del campo, lo que reduce el número de insectos, orugas y larvas, su comida predilecta.
En segundo lugar, en estas últimas décadas se han eliminado drásticamente los lugares
apropiados de nidificación de la abubilla al verse derrumbadas muchas casetas
de campo/huertas, al mismo tiempo en que se han reducido miles de almendros, olivos
y otros árboles presentes en márgenes de caminos y carreteras, acequias y linderas
parcelarias.
Y para terminar, aquí expongo mi último
pensamiento sobre esta ave ‘tan conspicua
y significativa, pues ha estado muy presente en la vida de las personas cuando
ellas vivían más próximas de la Naturaleza. Era entonces un ave que llegaba
como heraldo del buen tiempo, del final del invierno. En la tradición árabe, la
abubilla era un pájaro mágico, un talismán de buena suerte que protegía del mal
de ojo’. Interesante, en al-Corán > libro en que se contienen las
revelaciones de Dios a Mahoma, la abubilla aparece como pájaro mensajero de las
buenas nuevas del amor entre el rey Salomón (Solimán, en árabe) y la reina de
Sabá. Ya para los cristianos era avis
spurcíssima (el pájaro más inmundo de la naturaleza). Es declarada impura
en el Levítico (Biblia) como lo son el buitre leonado, los cuervos, las
lechuzas, los búhos etc., reputación esta que ha pasado a las lenguas
indoeuropeas siempre como signo de inmundicia. En inglés se la llama Stink bird (pájaro de mierda), en holandés
schiethoepe (coronada de mierda), en
portugués y gallego galo merdeiro (gallo mierdero) y en alemán dreckkrämer (comerciante de mierda).
Sólo en español el término abubilla, traducido del latín upupella (‘pequeña coronada’) recibió un significado apropiado a su
belleza (¡?) y a su rango de ave mitológica. De modo especial, cuando se dirige
a las otras aves en La conferencia de los
pájaros, usa palabras que sirven
de moraleja para los seres humanos: ‘debéis
desear de corazón, lo que está más allá de la tentación de las palabras y el
conocimiento de las estrella. Debéis querer con todo vuestro ser y estar
seguros de vuestro ser y seguros de vuestra esencia, que primero tendréis de
hallar en lo más profundo de vosotros mismos’. Y un aviso a los ‘navegantes’ de todos los
mares del mundo: ‘en verdad -dijo la abubilla
a las otras aves-, Dios no mira vuestras
apariencias, ni vuestras acciones, sino que mira vuestros corazones’. Y en
otro lugar nos dejó este bellísimo pensamiento: ‘lo que sabes no es más que una insignificancia, un simple rayo de luz
que ilumina la noche infinita, huella de una huella tan recta como el vuelo del
cuervo. Tu anhelo de poder y espacio es una distracción, porque estás vacío y
la insatisfacción te ha ahogado’. La abubilla es el símbolo de la sabiduría
para el poeta persa Farid ud Din y Attar (1145-1221).
En qué consiste ave bella le dijo la abubilla al cisne, que a mi todos me desdeñan, y a ti todos te distinguen. Será que los corazones..... Hasta aquí recuerdo una poesía que leía de pequeña en un libro. Sí alguien lo sabe, agradecería mucho si lo comparte.
ResponderExcluirperdón por la tardanza en responder. acabo de ver este post ahora mismo. no sé el nombre del autor (creo que se llama F.J. de Sala), la poesía se llama : "La abubilla y el cisne"
Excluir¿En qué consiste, ave bella (la abubilla dijo al cisne), que a mí todos me desdeñan y a ti todos te distinguen?
¿Será que los corazones a tu hermosura se rinden, o es galardón que conceden a tu talento sublime?
Abubilla, yo no tengo ese talento que dicen, ni la divina armonía que los poetas me fingen. Mi voz, igual a la tuya, es ronca, desapacible, y mi canto es poco dulce y tiene mucho de triste.
No diré que por lo lindo, quizá, con razón no brille; pero más que la belleza, el aseo me distingue.
Estas plumas argentadas con que los cielos me visten, no hay día que, cuidadoso, en las aguas no las limpie. De esta manera, abubilla, logro que todos me admiren, y encuentro fácil la entrada en estos ricos pensiles.
Tú podrías habitar en cuantos sitios yo habite, que Dios te dio gallardía y muy vistosos matices. Pero ¿quién ha de quererte? ¿Qué palacios han de abrirse ante ti, si prostituyes el bello traje que vistes. Si tienes horror al agua, y a bañarte te resistes, si das asco por lo sucia y el mal olor que despides. ¡Ay!, abubilla, abandona el hábito que adquiriste, y aprende a ser aseada, si pretendes que te estimen.
Gracias JA . Era muy niña cuando lo leía y recupéralo me ha alegrado
ExcluirPara mí fue una frustración cuando niño. Nunca conseguí memorizarlo bien. Venía en mi libro de primaria
ExcluirRecuerdo ese verso perfectamente pero no consigo terminarlo Por favor alguien q lo sepa entero
ResponderExcluirGracias
ResponderExcluir