1. ¿Quién de nuestros
paisanos o gente del interior de Castilla, hombre, mujer o niño/a, no ha visto
nidos de cigüena sobre los campanarios de iglesias, conventos y ermitas, o
sobre los torreones de algún edificio público más sobresaliente, silos,
depósitos de agua, tendidos eléctricos etc?
Y aún más: hoy podemos verlos en grandes árboles de parques y jardines,
pero siempre en lugares donde el alimento esté más próximo. Desde tiempos
remotos, las cigüeñas blancas tienen una relación íntima con los ambientess
urbanos. Los nidos de cigüeñas suelen medir entre 0,80cm y 1,5m de diámetro, con
una profundidad de 1 a 2m y un peso enorme (¡nunca había reparado en este
destalle!) entre 60 y 250kg. A menudo los nidos forman colonias, cuya composición puede mudar a cada año,
aunque la pareja podrá volver al mismo nido al año siguiente, y agregar algún
otro material más ‘sofisticado’ y acogedor. Los nidos son preparados con ramas,
arbustillos y tierra por el exterior, mientras la parte interna es forrada con
materiales más suaves tipo musgo, hierbas, hojas tiernas y pajas menudas
(almiares). Los nidos más grandes son asociados a una mejor incubación y, por
eso, buscados por las parejas con mucha antecedencia y cuidados. El cambio de
nido es raro, y sólo acontece cuando se trata de ‘otra pareja’ porque la cría
del año anterior no prosperó, según dicen los entendidos. Las aves más jóvenes
cambian con relativa frecuencia la anidación. Las parejas tardan un poco en
formarse, pero una vez terminada la fase reproductiva, la fidelidad y el
apareamento son estables. Las cigüeñas blancas (Ciconia ciconia)
son aves ciconiiformes, o sea, ‘aves de cuello largo, zancudas y acuáticas
que habitan las regiones templadas y cálidas del mundo’. Una de las grandes
características de las cigüeñas es su carácter migratorio entre distancias
enormes, pues invernan en África (zona subsahariana o sahel, subcontinente indio y zonas de la
península Arábica) y después se desplazan hasta Europa es busca de la corriente
del Gulf Stream (caliente), cruzando el mar Mediterráneo a través de un desvío,
ora por el Levante mediterráneo (Oriente Medio/Turquía) ora por el estrecho de
Gibraltar (Marruecos/España), debido a las columnas térmicas del aire caliente
de que necesitan para superar esas largas distancias. Las cigüeñas blancas son
las aves más conocidas del hombre desde la Antigüedad, y permanecen hasta hoy
formando parte del folclore y de la cultura de varios pueblos europeos. Marvin
O. Margolis, psicoanalista y presidente de la Sociedad Michigan/EUA = ‘un centro de excelencia para la creación de
estrategias eficaces’ analiza la fábula de las cigüeñas ‘como portadoras de bebés recién nacidos’,
y dice que ella estaría íntimamente ligada a una necesidad psicológica del ser
humano en hablar de sexo y de procreación a los niños. Esta fábula y la
relación con el mundo infantil ya fueron analizadas también por los
psicoanalistas Sigmund Freud y Carl Jung.
2. Las cigüeñas blancas o comunes son aves inconfundibles, zancudas y de
plumaje blanco con alas negras: miden en media 1,00/1,15m, desde el pico hasta
la cola; y sus alas pueden presentar una envergadura de hasta 2,15m, siendo
ligeramente mayores los machos que las hembras. Las dos subespecies de cigüeñas
blancas (euro-africana y asiática) son ligeramente diferentes en tamaño. Son
aves carnívoras, y se alimentan de insectos, peces, reptiles, pequeños
mamíferos y de otras aves. Su comida se sitúa habitualmente en zonas de baja
vegetación y en fuentes o arroyos de poca profundidad. Muy interesantes las
cigüeñas: son monógamas y gregarias, emparejándose al compañero por toda la
vida; los dos construyen un nido enorme
–puede llegar a pesar 250kg- que es
utilizado por varios años sin grandes modificaciones. A cada año la hembra puede
poner entre 1 y 5 huevos, incubados por
turnos, siendo que ambos alimentan también a los polluelos. La UINC clasificó a
la cigüeña blanca en la categoría de preocupación
menor, pero su desaparecimiento en algunos países de Europa es una triste
realidad, debido principalmente a las actividades humanas (corte y despeje de
áreas forestales, métodos agrícolas, industrialización etc). Las cigüeñas blancas son aves relativamente
grandes, y como todos los ejemplares de la familia ciconiiforme (son también
cosmopolitas) tienen patas y cuello
largos, y pico recto y puntiagudo; las alas también son largas y anchas
que usan para planear (el aleteo es lento y regular), y vuela con el cuello
estirado y con sus patas largas más allá de la cola. Su caminar es lento y con
el cuello estirado; y en cuanto descansa retrae la cabeza entre los hombros.
Dentro de su área de distribución, la cigüeña blanca puede confundirse con
otras especies de colores semejantes como el pelícano común y el buitre
egipcio, aunque vistos de cerca las diferencias son evidentes y bastante
individuales ej.: el pelícano común tiene patas cortas, vuela con el cuello
retraído y planea en bandadas sincronizadas, mientras que las cigüeñas blancas
vuelan de manera desorganizada.
3. Los expertos piensan que las cigüeñas blancas se aprovecharon de las
actividades humanas durante la Edad Media: en aquella época hubo una gran
deforestación para crear nuevos pastos y tierras de cultivo. Tal vez por tales
motivos, las cigüeñas busquen hasta hoy las zonas con pastizales abiertos,
humedales o áreas verdes húmedas o periódicamente inundadas, y se alejen de
bosques y matorrales donde la cobertura vegetal es alta y abundante, aunque
veamos de vez en cuando la grulla común en esos parajes, y la podamos confundir
con la cigüeña blanca, pues ambas son parecidísimas a lo lejos, si bien la
grulla común tenga patas y cuello más largos. Y probablemente por los mismos
motivos, las zonas preferidas de alimentación de las cigüeñas blancas sean
precisamente los lugares donde existen pastos verdes, tierras de cultivo y
humedales poco profundos. Tras el accidente nuclear de Chernóbil/Ucrania
(1986), las poblaciones de cigüeñas disminuyeron de manera significativa en ese
país europeo: las tierras cultivadas fueron abandonadas y se transformaron en
terrenos baldíos con arbustos y hierbas altas. En Polonia –el país con mayor
número de cigüeñas blancas del Planeta, con 25% de la población mundial-, las
malas condiciones de las zonas de alimentación obligaron a las cigüeñas a
buscar comida en vertederos públicos (1999). Existen informes semejantes en
otras áreas geográficas como África del Norte y del Sur y países del Oriente
Medio. Actualmente, hay regiones en
Europa donde las cigüeñas casi no aparecen ej.: islas Británicas y países
nórdicos. Realmente, en el siglo XIX hubo un descenso muy significativo en el
norte de Europa debido a la industrialización y a los métodos agrícolas
bastante modificados. Hoy en día, las cigüeñas blancas sólo anidan en grandes
cantidades en 4 países de Europa: España/Portugal, (oeste), Polonia/Ucrania (al
este), resultado de su orientación migratoria. En toda la península Ibérica
hubo asimismo un gran descenso debido a los mismos motivos (cambios en las
prácticas agrícolas). En muchos pueblos de Palencia, el dicho popular ‘por san Blas [3 de febrero] la cigüeña verás. Si no la vieres año de
nieves’’ no tiene mucho sentido en la actualidad. Ella se fue para siempre
y no volverá más si las condiciones y prácticas agrícolas no cambiaren de rumo,
cosa que reputo muy difícil, al menos en nuestra comarca palentina de La Ojeda.
En Prádanos hace tiempo que no aparece más. La torre de la iglesia parroquial
fue siempre un bello lugar para la cigüeña blanca hacer su nido y criar sus
polluelos…
4. Según un estudio (2005), autores y expertos de aves cicónidas y sus
rutas migratorias sustentan que las cigüeñas blancas están anidando en
altitudes cada vez más elevadas. Esta situación estaría relacionada con el
calentamiento climático global que lleva a determinadas plantas y animales a
buscar altitudes más altas. De cualquier forma, la temperatura de primavera
desempeña un papel importante en la reproducción y esperanza de vida de los
polluelos. Temperaturas mucho más frescas y lluvias constantes aumentan la
mortalidad entre los pichones y reducen las tasas de éxito de las nidadas. Hay
estudios sobre esto: crías que nacen tarde son más productivas cuando adultas;
el peso de los polluelos asciende rápidamente durante las primeras semanas debido
al regurgitamiento de gusanos e insectos que los padres ofrecen a los pequeñuelos, porque los pichones mayores
buscan la comida en la boca de sus padres; suelen abandonar el nido entre 58 y
64 días después de la eclosión. La cigüeña más longeva conocida en la historia
vivió 39 años. Curiosamente, los nidos de estas aves son hábitats perfectos
para una multitud de minúsculos artrópodos, especialmente en el verano cuando
ocurre la reproducción. Los cuerpos de la pareja regulan la temperatura dentro
del nido donde podemos encontrar, además de la materia orgánica adicional
colectada por las cigüeñas, excrementos, restos de comida y de plumas,
fragmentos de piel etc. Todo ese material alimenta una larga y diversa
población de ácaros, piojos masticadores, parásitos intestinales, lombrices y
otros patógenos, causadores de gran morbilidad en otros animales. El virus del
Nilo es una infección peligrosa en las aves
migratorias aunque su ecología sea poco conocida en el momento, pero en
1998 un número grande de cigüeñas blancas murió en Eilat/Israel debido a esta
cepa virulenta.
5. Actualmente, una numerosa población de cigüeñas blancas anida principalmente en la Europa central y oriental. En números absolutos los estudios anotan: 52.500 parejas en Polonia; 30.000 parejas en Ucrania, 20.000 en Bielorrusia, etc. En Alemania había apenas 4.482 parejas en el año de 2008. Ya las poblaciones de Europa meridional y occidental son mucho menores: en España (2004/05) existían poco más de 33.000 cigüeñas blancas y unas 7.500 en Portugal, pero en Dinamarca eran apenas 3 parejas; Francia y Países Bajos con 973 y 528 parejas, respectivamente, muestran un descenso preocupante en relación a la supervivencia de la especie. Gracias a los esfuerzos de la Asociación para la Protección y Reintroducción de Cigüeñas las actividades de conservación han logrado aumentar las poblaciones cicónidas en Alemania, Países Bajos etc. La reintroducción de aves criadas en zoológicos ha detenido el descenso de estas aves en otros países europeos como Italia, Grecia, Suiza… Sin embargo, la viabilidad de las poblaciones cicónidas es incierta porque las tasas del éxito reproductivo son muy bajas. Además, las amenazas contra la especies son muchas: la desecación de los humedales o zonas verdes y húmedas, los insecticidas, agro-tóxicos y fungicidas de la agricultura y ganadería, la desaparición de las explotaciones de la cabaña ganadera intensiva, la contaminación de ríos y arroyos, la destrucción de los nidos ‘característicos’ cuidadosamente escogidos por la especie, etc.
6. En Waste Magazine - Naturaleza y Medio Ambiente, se lee que España, según Ángel Gómez Manzaneque, ornitólogo de la Sociedad Española de Ornitología (SEO), sería ‘el país de las cigüeñas blancas’, lo que me parece un poco exagerado y no totalmente verídico. A final en este mismo apartado en líneas arriba (para yo mismo no entrar en contradicción) listé que Polonia poseía 52.500 cigüeñas blancas en números redondos, y concentra el 25% de la población mundial de la especie cicónida. Estos datos son de 2004/05, siendo que en esas mismas fechas España contaba con exactas 33.217 cigüeñas. Gómez Manzaneque contabiliza 25.000 en su blog, un número bien inferior a mi fuente de consulta. Como no soy ornitólogo y no formo parte de la Sociedad Española de Ornitología me coloco encima de la valla y no deseo crear polémica o discutir con nadie. Ahora, puedo afianzar una cosa: España no es, con absoluta certeza, el país de las cigüeñas blancas; el record se queda con Polonia, el país que alberga el mayor número de aves de la especie ciconiiforme por km². Incluso, Ucrania es otro país que en mis consultas está mucho a frente de España como hábitat procurado por las cigüeñas. Tal vez en nuestro país esté colocado en tercer lugar como ‘nido de la cigüeña’. Sin embargo, afuera esa pequeña diferencia, el blog de nuestro ornitólogo es perfecto, y ciertamente será leído con fruición por los amantes de la naturaleza. Además sus fotografías sobre la fotogénica cigüeña blanca son bellísimas. Observen esa de encima, ¿no es un primor y un espectáculo de la naturaleza? Fue sacada cuando la cigüeña emigraba de España en dirección a África, o sea, en diciembre/enero, aunque las migraciones son cada vez menos frecuentes. La destrucción de su hábitat, el desaparecimiento de insectos y minúsculos vertebrados, la contaminación de ríos y arroyos, entre otras amenazas a la especie, obligan a las cigüeñas a recurrir a los vertederos urbanos para poder abastecerse de comida o capturar algunas ratas y ratones en los campos de cultivo (son bien venidas ya que eliminan especies dañinas), porque como dice un dictado universal ‘hoy en día el mar no está para peces’, y para nadie.
5. Actualmente, una numerosa población de cigüeñas blancas anida principalmente en la Europa central y oriental. En números absolutos los estudios anotan: 52.500 parejas en Polonia; 30.000 parejas en Ucrania, 20.000 en Bielorrusia, etc. En Alemania había apenas 4.482 parejas en el año de 2008. Ya las poblaciones de Europa meridional y occidental son mucho menores: en España (2004/05) existían poco más de 33.000 cigüeñas blancas y unas 7.500 en Portugal, pero en Dinamarca eran apenas 3 parejas; Francia y Países Bajos con 973 y 528 parejas, respectivamente, muestran un descenso preocupante en relación a la supervivencia de la especie. Gracias a los esfuerzos de la Asociación para la Protección y Reintroducción de Cigüeñas las actividades de conservación han logrado aumentar las poblaciones cicónidas en Alemania, Países Bajos etc. La reintroducción de aves criadas en zoológicos ha detenido el descenso de estas aves en otros países europeos como Italia, Grecia, Suiza… Sin embargo, la viabilidad de las poblaciones cicónidas es incierta porque las tasas del éxito reproductivo son muy bajas. Además, las amenazas contra la especies son muchas: la desecación de los humedales o zonas verdes y húmedas, los insecticidas, agro-tóxicos y fungicidas de la agricultura y ganadería, la desaparición de las explotaciones de la cabaña ganadera intensiva, la contaminación de ríos y arroyos, la destrucción de los nidos ‘característicos’ cuidadosamente escogidos por la especie, etc.
6. En Waste Magazine - Naturaleza y Medio Ambiente, se lee que España, según Ángel Gómez Manzaneque, ornitólogo de la Sociedad Española de Ornitología (SEO), sería ‘el país de las cigüeñas blancas’, lo que me parece un poco exagerado y no totalmente verídico. A final en este mismo apartado en líneas arriba (para yo mismo no entrar en contradicción) listé que Polonia poseía 52.500 cigüeñas blancas en números redondos, y concentra el 25% de la población mundial de la especie cicónida. Estos datos son de 2004/05, siendo que en esas mismas fechas España contaba con exactas 33.217 cigüeñas. Gómez Manzaneque contabiliza 25.000 en su blog, un número bien inferior a mi fuente de consulta. Como no soy ornitólogo y no formo parte de la Sociedad Española de Ornitología me coloco encima de la valla y no deseo crear polémica o discutir con nadie. Ahora, puedo afianzar una cosa: España no es, con absoluta certeza, el país de las cigüeñas blancas; el record se queda con Polonia, el país que alberga el mayor número de aves de la especie ciconiiforme por km². Incluso, Ucrania es otro país que en mis consultas está mucho a frente de España como hábitat procurado por las cigüeñas. Tal vez en nuestro país esté colocado en tercer lugar como ‘nido de la cigüeña’. Sin embargo, afuera esa pequeña diferencia, el blog de nuestro ornitólogo es perfecto, y ciertamente será leído con fruición por los amantes de la naturaleza. Además sus fotografías sobre la fotogénica cigüeña blanca son bellísimas. Observen esa de encima, ¿no es un primor y un espectáculo de la naturaleza? Fue sacada cuando la cigüeña emigraba de España en dirección a África, o sea, en diciembre/enero, aunque las migraciones son cada vez menos frecuentes. La destrucción de su hábitat, el desaparecimiento de insectos y minúsculos vertebrados, la contaminación de ríos y arroyos, entre otras amenazas a la especie, obligan a las cigüeñas a recurrir a los vertederos urbanos para poder abastecerse de comida o capturar algunas ratas y ratones en los campos de cultivo (son bien venidas ya que eliminan especies dañinas), porque como dice un dictado universal ‘hoy en día el mar no está para peces’, y para nadie.
7. De acuerdo con nuestros ornitólogos, la abundancia de comida proporcionada
por vertederos y muladares tanto de las ciudades como de nuestros pueblos del
interior, y el clima cada vez más cálido debido al calentamiento global, son
los dos factores principales del aumento significativo de las cigüeñas en
nuestro país y la menor migración para África de ejemplares transcontinentales,
hoy prácticamente en torno de 30% de las que se albergan en la península
Ibérica. Desde 1994, la población de
cigüeñas viene aumentando en España: las principales concentraciones cicónidas
se encuentran en Extremadura, seguida por Castilla y León (Salamanca, Palencia,
Segovia) con 69,87% del total, y Andalucía (colonias del Parque Doñana/Huelva y
Cádiz). Otro ornitólogo de la SEO, Ezequiel Martínez, dice que los motivos por
los cuales las cigüeñas no emigran como antes al continente africano, o se
contentan en hacer ‘falsas migraciones hacia el sur’ serían: el clima más suave
de Andalucía y la abundancia de arrozales y también de vertederos urbanos
encontrados a lo largo de su camino migratorio. También debe contar la
concientización de las empresas eléctricas que instalan en sus tendidos
sistemas de protección para que las cigüeñas no perezcan electrocutadas, así
como los esfuerzos de grupos y fundaciones ecológicas en defensa de nuestras
aves migratorias. Es curiosa la historia de Julián Méndez sobre 120 parejas de
cigüeñas que anidan en la ciudad de Alfaro/La Rioja, probablemente un hecho
inédito en la geografía española. Al caer de la tarde aparecen cigüeñas venidas
de todas las direcciones. Algunas planean, otras permanecen en el aire y muchas se detienen como a observarlo todo y a contemplar al
núcleo urbano. Después, calculan milimétricamente la aproximación a los nidos de la Colegiata de San Miguel Arcángel, una de las construcciones barrocas más emblemáticas de Alfaro. Aquí se
concentra la mayor cantidad de nidos en un solo edificio de toda Europa. A tal
punto que hubo necesidad de cerrarla al público para reformas ya que el peso de
los nidos ponía en peligro los tejados de la famosa iglesia.
8. La ciudad de Alfano, a pocos kilómetros de Logroño, es uno de los lugares que no puede o debe perder quien viaja en plan de turismo y desea contemplar una maravilla única e indescriptible de la naturaleza: la gran cantidad de cigüeñas blancas (más de 500, según opinan ornitólogos del lugar) que crían y anidan en los tejados del pueblo, posiblemente animadas por la gran cantidad de comida que pueden encontrar en los campos de cultivo y en los arrozales cercanos. No por acaso en Alfaro las cigüeñas son el mejor símbolo local y están protegidas con todos los cuidados que ellas merecen por parte de los ciudadanos alfareños, aunque pueda caer un nido encima de algún visitante. El mayor atractivo natural de Alfaro es sin duda la Reserva Natural de los Sotos del Ebro = un conjunto de variados bosques fluviales, agrupados alrededor de los recodos meándricos del río Ebro a su paso por la ciudad-atalaya: Al-faruh = palabra árabe con el significado de ‘farol’ o ‘atalaya’, hoy en torno de 10 mil/hab. En otros tiempos, estos bosques cubrían gran parte del territorio riojano. Hoy, los Sotos del Ebro representan apenas un relicto en escala pequeña de lo que fue en sus días La Rioja, época de esplendor natural cuando los bosques metían miedo a nuestros antepasados. El Centro de Interpretación de la Naturaleza organiza caminatas para conocer y admirar la flora y fauna de esos hermosos ‘sotos’ naturales o bosques fluviales alfareños. Sin embargo, el patrimonio más comentado de la ciudad es el gran número de cigüeñas que aquí anidan todos los años. En Alfaro, al contrario de lo que se dice en Prádanos de Ojeda –‘por san Blas la cigüeña verás’-, el refrán se tornó viejo y desgastado porque se ven cigüeñas a todas las horas del día. En la Colegiata de San Miguel Arcángel se anida casi la totalidad de la colonia de cigüeñas, un bello edificio y ejemplar del barroco rojizo y un Monumento Histórico-Artístico Nacional (1976). Durante la época de cría, las constantes aportaciones de ramajes para los nidos y de alimento para los pichones generan un incesante y espectacular tránsito aéreo de cigüeñas, mientras su gorgoteos se oyen como forma de saludo y bienvenida entre las distintas parejas. En el verano, cuando los juveniles inician sus primeros vuelos, el espectáculo de más de 500 cigüeñas sobre la Colegiata de San Miguel Arcángel de Alfano/La Rioja se torna grandioso e inolvidable.
9. Como nos diría un morador de Alfaro, ‘en raras ocasiones una especie de nuestra fauna cobra el protagonismo de una ciudad o pueblo. Uno de estos casos excepcionales lo encontramos en Alfaro’. Varios factores han intervenido en tan próspera situación cicónida. A principio, la recuperación general que está experimentando la población de cigüeñas blancas en España después de varias décadas de desenfrenado descenso en toda Europa. Otro factor decisivo, aunque no sea el más llamativo, es el medio agrícola del valle del Ebro caracterizado por sus abundantes cultivos de regadío, un hábitat perfecto para la especie. Pero estas causas no justifican por sí solas la formación de tan espectacular colonia ya que otras localidades de la región no son ajenas a ellas y, sin embargo, no se ha producido un fenómeno tan curioso. Así, la tercera motivación biológica estaría en las características arquitectónicas de la Colegiata de San Miguel Arcángel, con 2000m² de superficie, abundantes y amplias cornisas, pináculos, repisas y demás elementos ‘específicos’ que la convierten en lugar de excelencia para la ubicación de tantos nidos y, sin los cuales ciertamente no hubiera sido posible la magnitud y grandiosidad de tal colonia. Y probablemente una cuarta premisa se hace presente en las torres de Alfaro: la cigüeña es un ave especialmente gregaria. Pequeñas bandadas pueden reunirse para cazar y en algunas zonas se observa la anidación en colonias no sólo en Alfaro, pero en muchos otros lugares de la península Ibérica, pues la mayoría de las veces, la cigüeña cría formando colonias como ese caso que vimos en Alfaro. Más del 80% de las parejas crían siempre próximas a otras parejas. Sólo el 14% se encuentran aisladas, asimismo a solos 500m. La mayor parte de los nidos (44,49%) están emplazados preferentemente en árboles (encinas, álamos y fresnos), y en este sustrato 93,42% de los nidos son formados por colonias.
8. La ciudad de Alfano, a pocos kilómetros de Logroño, es uno de los lugares que no puede o debe perder quien viaja en plan de turismo y desea contemplar una maravilla única e indescriptible de la naturaleza: la gran cantidad de cigüeñas blancas (más de 500, según opinan ornitólogos del lugar) que crían y anidan en los tejados del pueblo, posiblemente animadas por la gran cantidad de comida que pueden encontrar en los campos de cultivo y en los arrozales cercanos. No por acaso en Alfaro las cigüeñas son el mejor símbolo local y están protegidas con todos los cuidados que ellas merecen por parte de los ciudadanos alfareños, aunque pueda caer un nido encima de algún visitante. El mayor atractivo natural de Alfaro es sin duda la Reserva Natural de los Sotos del Ebro = un conjunto de variados bosques fluviales, agrupados alrededor de los recodos meándricos del río Ebro a su paso por la ciudad-atalaya: Al-faruh = palabra árabe con el significado de ‘farol’ o ‘atalaya’, hoy en torno de 10 mil/hab. En otros tiempos, estos bosques cubrían gran parte del territorio riojano. Hoy, los Sotos del Ebro representan apenas un relicto en escala pequeña de lo que fue en sus días La Rioja, época de esplendor natural cuando los bosques metían miedo a nuestros antepasados. El Centro de Interpretación de la Naturaleza organiza caminatas para conocer y admirar la flora y fauna de esos hermosos ‘sotos’ naturales o bosques fluviales alfareños. Sin embargo, el patrimonio más comentado de la ciudad es el gran número de cigüeñas que aquí anidan todos los años. En Alfaro, al contrario de lo que se dice en Prádanos de Ojeda –‘por san Blas la cigüeña verás’-, el refrán se tornó viejo y desgastado porque se ven cigüeñas a todas las horas del día. En la Colegiata de San Miguel Arcángel se anida casi la totalidad de la colonia de cigüeñas, un bello edificio y ejemplar del barroco rojizo y un Monumento Histórico-Artístico Nacional (1976). Durante la época de cría, las constantes aportaciones de ramajes para los nidos y de alimento para los pichones generan un incesante y espectacular tránsito aéreo de cigüeñas, mientras su gorgoteos se oyen como forma de saludo y bienvenida entre las distintas parejas. En el verano, cuando los juveniles inician sus primeros vuelos, el espectáculo de más de 500 cigüeñas sobre la Colegiata de San Miguel Arcángel de Alfano/La Rioja se torna grandioso e inolvidable.
9. Como nos diría un morador de Alfaro, ‘en raras ocasiones una especie de nuestra fauna cobra el protagonismo de una ciudad o pueblo. Uno de estos casos excepcionales lo encontramos en Alfaro’. Varios factores han intervenido en tan próspera situación cicónida. A principio, la recuperación general que está experimentando la población de cigüeñas blancas en España después de varias décadas de desenfrenado descenso en toda Europa. Otro factor decisivo, aunque no sea el más llamativo, es el medio agrícola del valle del Ebro caracterizado por sus abundantes cultivos de regadío, un hábitat perfecto para la especie. Pero estas causas no justifican por sí solas la formación de tan espectacular colonia ya que otras localidades de la región no son ajenas a ellas y, sin embargo, no se ha producido un fenómeno tan curioso. Así, la tercera motivación biológica estaría en las características arquitectónicas de la Colegiata de San Miguel Arcángel, con 2000m² de superficie, abundantes y amplias cornisas, pináculos, repisas y demás elementos ‘específicos’ que la convierten en lugar de excelencia para la ubicación de tantos nidos y, sin los cuales ciertamente no hubiera sido posible la magnitud y grandiosidad de tal colonia. Y probablemente una cuarta premisa se hace presente en las torres de Alfaro: la cigüeña es un ave especialmente gregaria. Pequeñas bandadas pueden reunirse para cazar y en algunas zonas se observa la anidación en colonias no sólo en Alfaro, pero en muchos otros lugares de la península Ibérica, pues la mayoría de las veces, la cigüeña cría formando colonias como ese caso que vimos en Alfaro. Más del 80% de las parejas crían siempre próximas a otras parejas. Sólo el 14% se encuentran aisladas, asimismo a solos 500m. La mayor parte de los nidos (44,49%) están emplazados preferentemente en árboles (encinas, álamos y fresnos), y en este sustrato 93,42% de los nidos son formados por colonias.
10. Sabemos de otro hecho curioso
cuando se trata de la cigüeña blanca: hay registros de
bandadas formadas por miles de aves en las rutas migratorias, y hay grupos de
40/50 durante la temporada de cría. Parejas de cigüeñas blancas se reúnen en
pequeñas bandadas para cazar y en algunas zonas anidan en colonias. Pero el
tamaño de los grupos varía mucho, y su estructura social también es muy
variable y vagamente definida. Las juveniles anidan en lugares periféricos, en
cuanto las más viejas lo hacen en el centro de la colonia. Por lo general, las
cigüeñas mantienen entre sí un comportamiento altruista de simple acicalamiento, o sea, las aves de pie acicalan (arreglan) a las aves sentadas,
las madres acicalan a las juveniles, y a veces lo hacen unas a las otras. Un
segundo sustrato utiliza mayoritariamente la construcción humana (39,33%) =
los tendidos eléctricos son los más procurados (12, 22%). Solamente el 3,93% de
los nidos usan torres de iglesias o edificios urbanos, siendo también bastante
usadas las antenas de telefonía móvil, los postes artificiales, las rocas y
otras plataformas. Por lo visto, los tiempos cambiaron hasta para las cigüeñas
blancas. No se hacen más nidos como antiguamente. Así, para definir por qué
existe una colonia de cigüeñas en un determinado lugar hay que observar, antes
de todo, si existe cerca del nido algún vertedero urbano, área de
alimentación (pastizales, arrozales,
prados, charcas y humedales) y reposo (reproducción, invernada o migración).
Son estos varios motivos que intensifican la formación de colonias más o menos
extensas y numerosas.
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