segunda-feira, 21 de outubro de 2013

Prádanos de Ojeda - nuestros animales silvestres (9)




      Dando proseguimiento a la exposición de las 14 especies oficiales más amenazadas de extinción en la península Ibérica, iniciaremos nuestro apartado con una advertencia sobre esas especies citadas en la Ley 42/2007, y los métodos de caza o captura y acreditación de sus usuarios para especies cinegéticas depredadoras, y  estrategias para la conservación de algunas especies más amenazadas en España, como el águila imperial, el lince ibérico, el oso pardo, el lobo ibérico etc. La lucha contra el uso ilegal de la caza predatoria o abusiva, y contra los cebos envenenados en el medio natural, es algo que debe ser incrementado bajo todos los aspectos posibles. De modo especial, el uso de venenos para eliminar animales silvestres es considerado una de las mayores amenazas para la conservación de la biodiversidad en España. Además es el método no selectivo que causa la muerte de multitud de especies amenazadas, como las grandes águilas (imperial y real), las aves necrófagas (buitres negro y leonado, alimoche y quebrantahuesos) y grandes carnívoros (oso pardo, lince y lobo), etc. Uno de los grandes objetivos de la Ley 42/2007 fue ‘estudiar nuevos métodos para la captura y control de los depredadores (zorros, perros, gatos, etc), y potenciar la figura de un controlador profesional y supervisable de la Administración pública’. El Convenio de Berna (1979), relativo a la conservación de la vida silvestre y del medio natural de Europa, prohíbe métodos de captura vinculada a las especies amenazadas:
    1º- en mamíferos quedan prohibidos, entre otros, lazos y redes de captura, trampas, venenos y cebos tranquilizantes o envenenados, etc;
    2º- en aves son prohibidos lazos, ligas, anzuelos, redes, trampas, venenos etc., y espejos y otros medios de deslumbramiento, así como aves ciegas o mutiladas usadas como reclamo, etc.       
           El Parlamento Europeo y el Consejo de la UE (2009) prohibieron cualquier forma de muerte o captura deliberadas de las especies de aves incluidas en la Directiva, aunque autorizaban la caza de determinadas especies de aves cinegéticas españolas, siempre que se respeten los principios que rechazan  métodos de muerte o captura masiva o no selectiva, como los citados en líneas encima. El Tribunal de Justicia de las comunidades autónomas desestimó un recurso de Castilla y León que requería el uso de lazos con tope para la captura del zorro en zonas específicas de nutrias. En relación a los tipos de caza se prohíbe en carácter general la utilización y comercialización de todos los procedimientos masivos o no selectivos para la captura o muerte de animales silvestres (redes, cebos, trampas, ligas, venenos, etc). La utilización de estos métodos ‘sólo podrá ser autorizada mediante una acreditación  individual otorgada por la comunidad autónoma’. La Ley 4/96, relativa a la caza en Castilla y León establece que ‘el control poblacional sobre determinadas especies cinegéticas sólo podrá ser autorizado a los agentes forestales, celadores del medio ambiente, guardas particulares de campo y especialistas en control de predadores’.  Pero antes de todo deben prevalecer estos dos procedimientos necesarios  para no afectar a las poblaciones amenazadas: a) el bienestar de los animales silvestres; y b)  la readaptación de los animales capturados  a su hábitat tras ser liberados in situ.    
          Todas estas leyes y recomendaciones pretenden establecer estrategias de conservación de las especies más amenazadas, dando preferencia a los taxones con mayor grado de riesgo de extinción en esa lucha interminable y legítima contra las principales amenazas, y en defensa de la biodiversidad peninsular en general, y de Castilla y León de modo específico, como veremos a lo largo de nuestro pequeño informe. Hablamos de 4 especies extremamente amenazadas en España: el águila imperial, la almeja de río, la focha moruna y la lapa ferrugínea. Entretanto, existen otras 10 especies oficiales consideradas en peligro de extinción o vulnerables. Prosigamos, pues, con su delineamiento:
       5ª) el lince ibérico (Lynx pardinus), la especie más amenazada de extinción en toda Europa; sólo sobrevive en España y Portugal. Y la primera estrategia es criarlo en cautividad como herramienta de apoyo a su conservación in situ, frente a la posible extinción de su especie, hoy tan amenazada en España. En los años 1980, se informó que sólo existían unos 1000 ejemplares en la península Ibérica; según el último censo quedan apenas entre 150 y 200 linces, distribuidos en dos núcleos separados: Doñana y sierra Morena. Desde el año 2002 hasta hoy (2013), el número de ejemplares ha disminuido 85%. El escaso número de linces y su concentración en  áreas muy reducidas y extremamente humanizadas le hace muy vulnerable a procesos estocásticos (incendios, epidemias, impactos ambientales etc) y, por eso mismo, susceptibles a su extinción total. En el Acebuche/Parque Doñana (1992), se propuso un programa de cría a partir de 12 fundadores (5 machos y 7 hembras), como apoyo a los programas de conservación de la especie en la naturaleza (conservación in situ). El lince ibérico está en un proceso conocido como ‘torbellino de extinción’ = la especie sufre un rápido declive poblacional y sus números se reducen a unos pocos ejemplares. El lince ibérico llegó a un punto en que factores demográficos, ambientales y genéticos pueden causar la extinción local o total de la especie. Un factor ambiental que suele  provocar el desencadenamiento del ‘torbellino’ son las epidemias del mundo animal ej.: el oryx de Arabia, las tortugas de Monjave, las palomas rosadas de las islas Mauricio, etc. En cuanto al lince ibérico existen dos poblaciones susceptibles de ser gravemente afectadas por factores estocásticos ej.: una epizootia. El programa de Cría en Cautividad ayudará a mejorar el conocimiento de las enfermedades del lince. Se halló una hembra muerta por atropellamiento en el Coto del Rey/Doñana, a 90km de su hábitat normal. Para llegar hasta allí tuvo que atravesar varios campos de cultivo, dos grandes ríos (Tinto y Odiel), y dos autovías. Murió por atropellamiento, pero en su cuerpo se alojaban numerosos perdigones, legado de un encuentro con algún cazador. Este es otro triste ejemplo de las dificultades que afronta el lince ibérico para sobrevivir en un entorno tan difícil; otro lince fue abatido a bocajarro por disparos de un infeliz cazador, en sierra Morena. Todos debemos estar conscientes de que es necesario salvar a nuestro gato mayor.   
        6ª- la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), una de las anátidas (patos, cisnes etc) más amenazadas de Europa. Está catalogada en la categoría UINC en peligro de extinción. Existe una estrategia para llevar a la malvasía cabeciblanca a una situación de equilibrio con su hábitat, incrementando el número poblacional y su área de distribución. Existen dos poblaciones de malvasía: una oriental  (migradora) y otra occidental (sedentaria) = España y norte de África. A comienzos del siglo XX  existían 100 mil individuos; en 1997 estaban reducidos a 50 mil, de los cuales 45 mil eran migradoras y apenas 5 mil sedentarias. En 2002 ya eran 10 mil migradoras y 4 mil sedentarias, siendo España el único país europeo con una población significativa en las marismas del Guadalquivir y laguna de Medina/Cádiz. Los factores contrarios a su supervivencia son los impactos humanos y la destrucción y alteración de su hábitat y zonas de aguas poco eutróficas, alcalinas, con abundantes macrófitos sumergidos y vegetación emergente. Actualmente, muchas zonas  húmedas donde la malvasía desarrolla su ciclo vital están protegidas, pero si no se mantienen las medidas adecuadas es muy probable su desaparición. Los hibridismos también son un problema muy serio contra las especies autóctonas. Otra amenaza real es la alta concentración de carpas y la existencia de cantidades de plomo en algunas zonas húmedas frecuentadas por la malvasía. Es necesario controlar, según los expertos, las prácticas agrícolas en los entornos de las zonas húmedas, los impactos de especies exóticas, el plumbismo y las molestias producidas por el hombre en momentos críticos.   
        7ª- el mejillón cebra (Dreissena polymorpha), un ejemplo emblemático de los efectos producidos por especies exóticas invasoras (EEI). En realidad, esta es la segunda causa de la pérdida de biodiversidad global (40% de las especies en peligro de extinción) después de la destrucción o alteración de los hábitats naturales. La estrategia en defensa del mejillón cebra es controlar la presencia de esas especies invasoras, e intentar disminuir sus efectos negativos donde ya se instalaron. La razón está en el desequilibrio ambiental provocado en el nuevo ecosistema, cuyos efectos son catastróficos: la depredación sobre las especies nativas, los desplazamientos de especies autóctonas, la desestabilización de la red trófica, y la transmisión de enfermedades o alteraciones del patrimonio genético. La combinación de todos esos impactos puede afectar el ecosistema y desembocar en la pérdida, en definitiva, de la diversidad biológica. Por causa de la fragilidad y aislamiento de determinados ecosistemas fluviales e isleños muchas especies son especialmente vulnerables a otras especies exóticas, como es el caso del mejillón cebra. La proliferación de este molusco bivalvo es un ejemplo emblemático del comportamiento fuertemente invasor. Originario del mar Negro, él viene  expandiéndose hace dos siglos en áreas foráneas como en los ríos catalanes, pero casi desapareció debido a unas crecidas en las cuencas del Llobregat, Júcar y Segura. Actualmente, existen varios estudios científicos sobre la especie y sus efectos ecológicos, económicos y sociales de su proliferación, además de un adecuado control sobre la expansión o desaparecimiento en determinados lugares del mejillón cebra en España. Infelizmente, casi todo es pura teoría…      
         8ª- el oso pardo cantábrico (Ursus arctos) está incluido en la categoría UINC en peligro de extinción, desde 1999, no sólo en España como en todo el mundo (Francia, Italia etc, y algunos países asiáticos). La estrategia actual es asegurar la viabilidad a largo plazo de las poblaciones cantábricas de osos pardos, incrementando su número poblacional y su distribución geográfica. En el mundo, muchas poblaciones de oso pardo se enfrentan a crecientes amenazas de pérdida y fragmentación del hábitat, limitaciones demográficas y desaparecimiento de la diversidad genética. En los países donde viven las poblaciones de osos pardos se constata año tras año una inminente amenaza de extinción, siendo las especies cantábricas los únicos representantes puros de una de las 3 líneas evolutivas del oso pardo en Europa y de las 5  que parecen existir en el mundo. En la cordillera Cantábrica hay dos poblaciones que posiblemente están incomunicadas: población oriental (Cantabria, Castilla y León) y población occidental (Asturias y Galicia). La población oriental junto con las poblaciones autóctonas de los Pirineos y del Trentino tienen el más bajo grado de variabilidad genética registrado: los relictos de osos cantábricos resultaron  de un proceso de regresión demográfica y de área muy antiguo. La densidad humana, la agricultura y ganadería, el desarrollo económico han ocasionado la persecución sistémica de la especie y la destrucción de su hábitat. Las relaciones del oso pardo y su hábitat son variables, complejas y desconocidas. No es fácil interpretar el carácter omnívoro de la especie, la variación espacial y temporal de los alimentos y las limitaciones a su hábitat, así como el tamaño de sus poblaciones y movimientos geográficos. Los osos cantábricos ocupan áreas entre 5 y 7mil/km² y están separados por 30/50km de distancias donde se acumulan importantes actividades humanas (minería, autopistas, pistas de esquí, gasoductos, etc): Castilla y León ocupan el 85% de toda esa área con 50/65 osos. Las elevadas tasas de mortalidad (especialmente de las hembras) responden por la actual situación de peligro.      
      9ª- el oso pardo de los Pirineos (Ursus arctos) está igualmente catalogado en la categoría UINC en peligro de extinción. Para salvarlo de su posible e inminente extinción (aún más acentuada) es necesario incrementar su número poblacional y distribución geográfica junto con las limitaciones inherentes a su coexistencia y las comunidades rurales y al desarrollo socioeconómico de su hábitat. En los Pirineos, la población del oso pardo se circunscribe a la zona occidental con media docena de ejemplares (apenas 6 osos). La tentativa de repoblación con ejemplares de Eslovenia no tuvo mucho suceso: dos hembras fueron muertas por cazadores franceses. El hábitat del oso pirenaico se reparte entre Francia, Andorra y España (Cataluña, Aragón y Navarra). Actualmente se estiman entre 8 y 12 ejemplares. Los entendidos dicen que la población pirenaica del oso pardo es considerada prácticamente inviable a largo plazo debido al aislamiento geográfico y al demasiado bajo número de individuos, especialmente de hembras adultas. Serían necesarios por lo menos 25/30 osos, con 6/8 hembras de un año y altas tasas de supervivencia. Para que esto fuese posible serían necesarias 3 hembras y 2 machos en el Pirineo central y 6 hembras y un macho en el Pirineo occidental, para que la extinción en 50 años fuese de 5%. Hoy la viabilidad de la población pirenaica pasa necesariamente por la continuidad del reforzamiento venido de fuera. El Pirineo es un hábitat adecuado para albergar una población osera suficiente y viable. Los osos utilizan el piso montano (entre 1300 y 1800m) en laderas pendientes y cobertura vegetal, donde encuentran refugio y protección pues evitan los espacios abiertos. Sus hábitats más utilizados son los bosques maduros de hayas y abetos, las formaciones de matorral subalpinas y vertientes escarpadas con pinares aclarados de pinos negros, pastizales y herbazales húmedos.    
     10ª- la pardela balear (Puffinus mauretanicus), una especie diferente de la pardela mediterránea y pardela pichoneta, está en la categoría UINC en peligro de extinción desde 2000. Tratase de un ave marina pelágica con distribución en aguas del Mediterráneo occidental y Atlántico norte. La población mundial está en torno de unas 2000 parejas, repartidas entre las diferentes islas baleares: Mallorca (600), Ibiza (350), Menorca (200), Cabrera (200) y Formentera (685). Esta ave marina nidifica en cavidades y cuevas de difícil acceso para sus predadores (acantilados costeros de islas e islotes). Durante 10 meses, ellas se ligan de una o de otra manera a su colonia de nidificación, pues es un ave gregaria que se alimenta de pequeños peces pelágicos. La entrada a la colonia ocurre siempre de noche y en la obscuridad total, aunque al atardecer se agrupan en formaciones que el pueblo llama de balsas, sin duda para defenderse de los ataques de las gaviotas y otros depredadores alados. La depredación por parte de mamíferos introducidos en las islas y la recolección de individuos para el consumo humano son los factores responsables por el declive histórico de su población. La recolección y captura especialmente estuvo muy extendida en los años 1970, llegándose al número absurdo de 2.700 anuales. En 2004 estaba sufriendo un descenso anual de 7,4% lo que sugiere una elevada mortalidad adulta causada por redes de pesca. Los vertidos y la contaminación también se tornan factores de riesgo, tanto por la biología de la especie (extremamente gregaria) como por su área de distribución y migración hasta las costas gallegas. Un vertido de crudo cerca de la invernada sería catastrófico para su población. El reciente accidente del Prestigie (petrolero ruso) dio un alerta dramático acerca de la pardela balear. Es necesario cuidar más de las áreas prioritarias como las colonias de nidificación (y aguas costeras circundantes), zonas marinas de alimentación y zonas del paso migratorio, así como controlar la depredación por carnívoros introducidos por el hombre (gatos, ratas negras, ginetas).      
       11ª-  el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) está incluido en la categoría UINC en peligro de extinción inmediata desde 1990. En Europa sobreviven entre 110/120 parejas de las cuales 92 (79% del total) estarían en los Pirineos/España y el resto en Francia y Gracia (islas mediterráneas). La población pirenaica se resume a 167 individuos adultos. En la cordillera Cantábrica y montañas vascas corresponde a un territorio de 5,2%. Contra esta ave atientan los venenos y sustancias tóxicas, el área de ocupación y la fragmentación de su hábitat. Es necesario también cuidar de las zonas de nidificación y de alimentación, y zonas críticas = reducción de los factores de mortalidad, protección y mejora del hábitat, y reintroducción y refuerzo en sus poblaciones. Hay esfuerzos en este sentido, así como gestionar con mayor rigor los cotos de caza, mantener censos actualizados de perros de caza y establecer restricciones temporales en áreas críticas. Es necesario sensibilizar a la opinión pública sobre las causas de la gran mortalidad del quebrantahuesos. Hay asimismo estudios sobre áreas de nidificación en las ZEPAs = Zonas de Especial Protección para las Aves, y comederos suplementares y facilitar, en las reservas de caza, el aprovechamiento de los cadáveres de los ungulados silvestres dejados por los cazadores. Como decía una estudiosa del quebrantahuesos, ‘hay que avanzar en el conocimiento de la biología de la reproducción del quebrantahuesos y de las causas del fracaso reproductor’. Sin embargo, por lo que pude observar existen muchas hipótesis, investigaciones y devaneos sobre como interferir en la extinción de esta ave, pero de concreto y con deseos reales de aclarar la situación muy poco. Sólo intenciones y criterios orientadores (¿!?) no bastan. El Grupo de Trabajo del Quebrantahuesos, aún se debate entre ‘definir con claridad el ámbito geográfico’ e ‘identificar los problemas de la conservación’, entre muchas otras prioridades… Los estudios aún están en aquella fase burocrática de ‘el Ministerio de Medio Ambiente fomentará la cooperación entre los diferentes departamentos de la Administración General’. Lamentable, digo yo.
     12ª – el urogallo cantábrico (Tetrao urugallus cantabricus) es una ave forestal de distribución paleártica boreal que se extiende desde la península Ibérica hasta la Siberia oriental: de las 12 subespecies conocidas, dos se encuentran aisladas geográficamente del resto del mundo: el urogallo cantábrico y el urogallo pirenaico. Entre los dos existen notorias diferencias, a comenzar por el hábitat forestal: en la cordillera Cantábrica, prevalecen los bosques caducifolios pero distintamente a las otras especies, el urogallo cantábrico de alimenta de brezos, helechos, hojas de acebo y brotes de haya, su dieta invernal = el hábitat típico es el hayedo mezclado con robles albares, abedules y acebos, pero siempre con estructura abierta de sotobosque. El arándano es un recurso habitual del urogallo, hospedador de orugas e insectos, su dieta alimenticia. También es frecuente encontrarlo en prados, brezales y piornales. Sus dominios vitales varían entre 140/1.200 ha. Los urogallos cantábricos ocupan áreas de 2000km², desde los Ancares de Lugo hasta los bosques de Cantabria., pero su área de distribución está cada vez más restringida y fragmentada: la situación atraviesa un momento difícil, pues en apenas dos décadas la población quedó reducida a la mitad. Hoy se estima en 500/600 ejemplares adultos (hembras y machos). La subespecie cantábrica se encuentra gravemente amenazada. El pronunciado declive se debe a una combinación de factores globales: cambios climáticos, pérdida y fragmentación de hábitats, elevada densidad de competidores y depredadores, además de su tasa bajísima de reproducción (0,37 valor medio frente al 2 de poblaciones en equilibrio). Y, sobre todo, la fragmentación forestal y los bordes boscosos de su hábitat favorecen a sus muchos depredadores, sin olvidar las actividades cinegéticas, senderismos y observación de aves. Pero el peor de todos está en la irresponsabilidad de cazadores furtivos y contendidos eléctricos.        
13ª – el urogallo pirenaico (Tetrao urugallus aquitanicus) está amenazado de extinción desde 2001. Es un ave forestal cuya distribución ocurre a lo largo de los Pirineos (España, Francia y Andorra). El área e distribución abarca ciertos sectores forestales/sierras, desde Navarra hasta Girona, en un área de 5.700km² pero con hábitats fragmentados. El urogallo pirenaico está sufriendo un declive acentuado en las dos últimas décadas. En España (2002/04) se estima existan actualmente unos 664 machos adultos, lo que supone una población de 1.328 ejemplares (machos y hembras): en Navarra y Aragón hay pocas probabilidades de supervivencia. Cataluña se destaca con 85% de la población de urogallos. El hábitat típico de esta ave es el bosque de coníferas, sobre todo el pino (negro y silvestre) y el abeto, aunque aparece también en bosques mixtos o de hayas. El arándano es el recurso habitual del urogallo pirenaico, que consume las hojas y frutos, y a veces se sirve de los tallos para su dieta alimenticia. Los pollos y juveniles se alimentan de insectos y orugas. La especie está globalmente amenazada, con grandes declives en varias partes de Europa debido al aislamiento de sus poblaciones. En Alemania existen costosos proyectos de conservación auspiciados por la UE en sus programas Life-Naturaleza. Su declive en los Pirineos se debe a un conjunto de factores entre los cuales destacamos: cambios climáticos globales y regionales, pérdida y fragmentación de bosques hábitat del urogallo, presión humana y depredadores (jabalíes, zorros, pequeños carnívoros y córvidos forestales). Sin olvidar que estos factores actúan en conjunto de forma sinérgica. El declive acentuado se debe a la bajísima productividad (0,63 valor medio), lejos de los valores de equilibrio próximos a 2. Pero la opinión general dice que el declive tan acentuado se debe principalmente a la calidad del hábitat y actividades asociadas al deporte de montaña (nieve y estaciones de invierno).     
        14ª- el visón europeo (Mustela lutreola) es una especie catalogada como en peligro de extinción. Existen tres áreas en Europa: Rusia, Rumania y Francia/España (pequeñas áreas pirenaicas). Hasta el siglo XIX, el visón ocupaba toda la Europa central y septentrional (desde Francia hasta Finlandia); durante el siglo XX, el visón ha desaparecido de la mayoría de los países europeos donde habitaba, perdiendo prácticamente 80% de su área original. Causa: el éxito colonizador de las poblaciones asilvestradas del visón americano. Ya el visón autóctono habita regiones acuáticas de variada tipología: ríos, arroyos, lagunas, zonas pantanosas, canales, marismas y zonas costeras. En España, prefiere los cursos (medios y bajos) de ríos con corriente lenta, cobertura vegetal de ribera ancha y densa, y buena calidad de agua. En los años 1990, la población del visón en España estaba en torno de 1000 ejemplares; en 2002 ya estaba en 500/600 visones, y la tendencia general es negativa. Actualmente, el grueso de los efectivos está en el río Ebro (Navarra), y no es más objeto de explotación tradicional/artesanal de pieles. El declive es global, y en España la pequeña población existente sufre de afecciones y patologías generalizadas. El declive y regresión de la especie se debe principalmente a la fragmentación de su hábitat (entre 1900/2100km de río) para menos de 500 ejemplares. Así, dado su pequeño número y la reducida área que él ocupa, existe un riesgo muy grande de pérdida de su viabilidad genética. Por eso, es necesario desobstruir gradualmente su hábitat a través de canalizaciones, detracciones de caudal, limpieza de la vegetación de ribera y desecación de zonas húmedas. También es preciso descontaminar su hábitat normal y controlar la elevada mortalidad por parte de sus predadores habituales (perros, zorros, etc) y atropellos, así como mantener un rígido sistema de control de las especies foráneas o exóticas. En 2003 fue declarada especie en peligro de extinción, y protegida en Cataluña. Además fueron determinadas algunas Áreas de Interés Especial para el Visón Europeo, consideradas vitales para la supervivencia y recuperación de la especie que incluyen enclaves de refugio, reproducción y alimentación en las diferentes estaciones del año.



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