Comencemos diciendo que existen cerca de 200 especies
de valeriana, siendo que la Valeriana officinalis
o walichii es la más usada en medicamentos; también se la conoce por valeriana de los pantanos. Es una
planta perenne de la familia Valerianáceas,
cuyo tallo puede alcanzar hasta 1,20m de altura, aunque las que yo conozco no
pasan de 0,70cm. Recibe este nombre en honra a Publius Aurelius Valerianus (emperador de Roma entre 253/260) y
Nathaniel Wallichii (1786-1854) –este
último, cirujano, botánico y pteridólogo dinamarqués; el epíteto officinalis que vemos en varias hierbas
medicinales no quiere decir otra cosa si no que son plantas consideradas
‘oficiales’ para la salud. Las hojas de la valeriana, ovadas y radicales, son
pinnadas en número considerable, con foliolos dentados en forma de corazón; las
flores, producidas con denso corimbo terminal en primavera y verano, son muy
pequeñas, de color rosa pálido o blancas, agrupadas en la parte superior de la
hoja. Aparecen a nuestros ojos con 5 sépalos y los pétalos en forma de embudo, de
3 estambres y 5 lóbulos cada uno. Como todas sus ‘hermanas o primas’ (hinojo, diente
de león, hierba cidrera, entre muchas otras), la valeriana es nativa de Europa (excepto la cuenca mediterránea; aquí fue trasplantada)
y de Asia Septentrional (> valeriana de la india), donde suele crecer en
sotobosques, orillas de ríos y arroyos o corrientes de agua en general. Se
adaptó muy bien a lugares húmedos de Castilla y León, entre muchos otros ‘hábitats’
de clima temperado, principalmente en florestas y márgenes de ríos de la península
Ibérica. En Herrera crece abundantemente a lo largo del río Pisuerga; en Prádanos,
en mi tiempo de niño, me gustaba verla en todos los arroyos, tanto en los
prados como en los valles encajonados del monte, siguiendo el gusto de mi
padre.
La valeriana viene siendo empleada como planta/hierba medicinal desde la antigua Grecia ya en tiempos de
Hipócrates (460-377 aC), médico y filósofo griego, considerado el padre de la
Medicina – ¡según historiadores, este médico tendría sobrevivido a los 110
años! Pues bien, Hipócrates fue el primer sabio a describir las propiedades
medicinales de la valeriana. También Galeno (129-217 dC), prominente médico [de
cabecera, del imperador Marco Aurelio] y filósofo romano de origen griego, describe
los efectos terapéuticos de la valeriana, sobre todo como remedio para combatir
el insomnio, la ansiedad y el nerviosismo. Existen muchas leyendas sobre la
valeriana, pero la más difundida es esta: en Suecia, era costumbre colocar
flores de valeriana sobre las ropas de los novios para librarse de la envidia (¿?) de los elfos > raza mística, con apariencia humanoide, generalmente
bellos y rubios –y seres mágicos ligados a la naturaleza. Aunque bajos y menos
fuertes que los humanos eran, en realidad, más rápidos y habilidosos que estos…
En el siglo XII fue usada como perfume a pesar de su olor dulce no muy agradable.
En España existe un refrán que dice: si
quieres ver a tu mujer saludable, dala raíz de valeriana. Posiblemente, ya
en tiempos pasados los maridos sufrían con los efectos de la TPM de sus
mujeres. Se la llama hierba de los gatos porque nuestros felinos domésticos la
procuran para curarse de sus ataques nerviosos.
En los siglos XVII/XVIII, la valeriana
consiguió otro triunfo: fue considerada una planta de efectos espasmódicos y
promotora del sueño. Más tarde (siglo XIX) se la consideró estimulante, porque
causaba los mismos síntomas que se juzgaba conseguía debelar. Así, delante de
esta contradicción cayó en descrédito. Sólo después de la 2ª Guerra Mundial
recuperó el prestigio en el Reino Unido: los soldados ingleses aliviaban el
estrés de los combates con la valeriana. Desde siempre, esta hierba estuvo
ligada a una variedad enorme de problemas de salud: dolores de cabeza, náuseas,
disturbios hepáticos, trastornos de las vías urinarias, infecciones vaginales
por lavaduras, inflamaciones de garganta, y recomendada como emenagogo,
antitranspirante, antídoto de venenos, analgésica y antigripal. También están
asociadas tradicionalmente a la valeriana, propiedades digestivas, coadyuvante
en estados espasmolíticos del músculo liso y en cólicos gastrointestinales de
origen nervioso. Existen aún otras referencias a las propiedades de la
valeriana como anti-helmíntica, diurética, diaforética y coadyuvante en la histeria,
estimulante del apetito, y muchas otras…
Se
relatan en la literatura medicinal varios compuestos químicos de la Valeriana officinalis. Relacionados con
el aceite esencial se enumeran 150 principios activos, entre los cuales se
destacan el monoterpeno, el sesquiterpeno (valerianol) y algunos ácidos
carboxílicos menos volátiles. Existen otros constitutivos químicos importantes
como los aminoácidos (arginina), los alcaloides (valerianina), los flavanoides
(linarina), entre muchos otros. Su acción medicinal depende de las diversas
preparaciones, en general confeccionadas por la farmacopea alemana. En tisanas,
a través de infusiones y maceraciones, donde se constató la presencia de ácido valeriánico;
las tinturas con valeriana también son referidas en farmacopeas alemanas y
suizas. Los mismo se diga de los extractos fluidos y extractos secos de la raíz
de valeriana, todos ellos indicados en preparados terapéuticos contra agitación
nerviosa, ansiedad suave, insomnio (dificultad de dormir), irritabilidad, etc.
En general, para estos disturbios se toma una dosis única de la raíz de
valeriana, a ser posible 1h antes de acostarse, o si necesario adelantar una
dosis previa de tarde. No fueron identificados casos de dependencia ni síntomas
de abstinencia después de la interrupción del tratamiento. Sin embargo, en
algunos pacientes aparecieron síntomas de estimulación nerviosa asociados al
uso prolongado de valeriana. De ahí las advertencias y cuidados que se deben
tener en el uso de esta planta, sobre todo en niños y ancianos. Constan efectos
secundarios cuando administrada en dosis altas, como agitación/excitación,
cefalea, dispepsia, alteraciones en la vista y oídos, delirio, reacciones
cutáneas, alucinaciones, torpor, convulsiones y hasta casos de muerte por
parada cardiorrespiratoria. El uso continuo de valeriana puede originar el
llamado valerianismo > una inestabilidad
emocional característica.
La valeriana, según comentarios
sorprendentes, es considerada una planta ‘casi perfecta’; sólo se descarta su
aroma que es un poco desagradable, pero en la Edad Media ya fue usado como
perfume. En los herbolarios, la valeriana es la reina de las recomendaciones: es indicada para quien sufre de
insomnio, ansiedad, estrés, epilepsia,
para quien dejó de fumar, etc. La valeriana es una de las pocas plantas medicinales
que tienen sus efectos comprobados científicamente en numerosos estudios ej.:
cerca de 40% de sus consumidores reaccionan bien a sus efectos sedativos,
número equiparado a la mayoría de los somníferos químicos. Con una ventaja:
tiene menos efectos secundarios que los demás medicamentos de síntesis que
ocasionan fuerte dependencia orgánica.
La Valeriana officinalis es reconocida por la OMS por sus cualidades contra la ansiedad y el nerviosismo psíquico, aunque no posee la rapidez de efecto ocasionada por los medicamentos de origen químico. En gatos causa euforia o excitación y, por eso, debe ser controlada porque los felinos pueden ‘enloquecer’. Los entendidos hablan de un remedio muy eficaz como somnífero y calmante que facilita el sueño: la mezcla de la valeriana con el lúpulo > planta herbácea de la familia Cannabáceas [de 2 a 5m de altura]; su aceite esencial de color amarillento es muy usado para dar aroma a la cerveza. Todos los preparados a base de la valeriana se hacen por infusión (tés), decocción (más fuerte que el té), cápsulas y comprimidos y por gotas (tinturas de la valeriana).
Un médico conocido hablaba de la valeriana resaltando sus propiedades como uno de los mayores fármacos conocidos para el equilibrio nervioso y en los trastornos del sueño. Apuntaba sus mejores efectos relacionados al histerismo y otras manifestaciones neurasténicas (insomnio, neurosis, calambres abdominales/cólicos, hiperexcitabilidad, etc), así como en alteraciones menopáusicas y como espasmódico en sentido lato. También el uso de la valeriana es recomendado en trastornos convulsivos, solo o asociado a otros anticonvulsivantes. No se olvide: la valeriana provoca efectos secundarios y, por eso, un consejo médico es indispensable.
La Valeriana officinalis es reconocida por la OMS por sus cualidades contra la ansiedad y el nerviosismo psíquico, aunque no posee la rapidez de efecto ocasionada por los medicamentos de origen químico. En gatos causa euforia o excitación y, por eso, debe ser controlada porque los felinos pueden ‘enloquecer’. Los entendidos hablan de un remedio muy eficaz como somnífero y calmante que facilita el sueño: la mezcla de la valeriana con el lúpulo > planta herbácea de la familia Cannabáceas [de 2 a 5m de altura]; su aceite esencial de color amarillento es muy usado para dar aroma a la cerveza. Todos los preparados a base de la valeriana se hacen por infusión (tés), decocción (más fuerte que el té), cápsulas y comprimidos y por gotas (tinturas de la valeriana).
Un médico conocido hablaba de la valeriana resaltando sus propiedades como uno de los mayores fármacos conocidos para el equilibrio nervioso y en los trastornos del sueño. Apuntaba sus mejores efectos relacionados al histerismo y otras manifestaciones neurasténicas (insomnio, neurosis, calambres abdominales/cólicos, hiperexcitabilidad, etc), así como en alteraciones menopáusicas y como espasmódico en sentido lato. También el uso de la valeriana es recomendado en trastornos convulsivos, solo o asociado a otros anticonvulsivantes. No se olvide: la valeriana provoca efectos secundarios y, por eso, un consejo médico es indispensable.
esta planta es increible la valeriana sirve como un antidepresivo natural increible sin efectos segundarios
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