Nuestro ancestral, Gonçal’Eanes de Aguilar, aparece en la historia como um hombre generoso y magnánimo, pues incumbido de replobar, con la mayor rapidez posible, vastos territorios en torno del Señorío de Aguilar [a pedido del rey Alfonso XI], insistió para que los mudéjares permaneciesen en sus koras apesar de la expulsión ya haber sido decretada (1264). El señorío de Aguilar abarcaba no solamente la villa y sus términos jurisdicionales como también una serie de poblaciones conseguidas por mayorazgo > un privilegio relacionado con el sistema de distribución de herencias, a fin de salvaguardar la integridad patrimonial al hijo primogénito. Quintanilla Raso cita, entre otras, Monturque, Montalbán, Montilla Y Castillo de Anzur, que ya pertenecían a la Casa de Aguilar [originaria], además de otros bienes en cortijos, casas, viñas y castillos con sus respectivas aceñas ( > molinos), que llegaban hasta el rio Genil. Sin contar las otras herencias en Portugal, Extremadura y Castilla que él distribuye en testamento entre su mujer, D. Berenguela de Cardona [> de la más linajuda nobleza catalana], hija de D. Ramón Folch, VI visconde de Cardona [en verdad, su segundo matrimonio], los tres hijos varones [Gonzalo, Fernán y Tello) y las dos hijas [Urraca y Leonor]. Cuanto al primer casamiento se desconoce casi todo, apenas sabemos que esta mujer se llamaba Juana Ruiz de Castro, hija de D. Rodrigo Fernández de Castro y D. Leonor González de Lara.
En la vida de este ricohombre, nuestro antepasado linajudo, existen muchos hechos gloriosos, pero también algunos huecos oscuros, donde se incluye una traición justamente contra el rey Alfonso XI, su grande bienechor, realizada con el hermano y sucesor, Fernán González, último señor de Aguilar - según opina Salazar y Castro. Ambos se desligaron del rey castellano y se pusieron al servicio del rey de Granada, al lado de tres poderosísimos linajes de la más alta y vieja nobleza de Castilla. Eran tiempos difíciles para los nobles de España y de muchas revueltas mudéjares (> mahometanos a quien se permitía, a cambio de tributos, seguir viviendo entre los vencedores cristianos sin mudar de religión), concepto antónimo al sustantivo plural mozárabes. Posteriormente, regresaron arrependidos y se colocaron nuevamente al servicio del rey castellano. Hasta el próprio Alfonso XI pidió al papa para que les absolviese de la excomunión y demás penas y pecados…
Nenhum comentário:
Postar um comentário